Diario de Valladolid

Dos payasos entrañables protagonizan la primera sesión de Cir&co Carpa en el Palacio de Polentinos

Pura emoción es lo que ofrecieron Bibeu et Humphrey a los privilegiados espectadores de todas las edades que llenaron el patio del palacio en el primero de sus cuatro pases programados hasta el domingo

Festival Internacional de Circo de Castilla y León. En la foto un momento de representación 'L'attraction Céleste'-ICAL

Festival Internacional de Circo de Castilla y León. En la foto un momento de representación 'L'attraction Céleste'-ICAL

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ICAL

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Como una de las novedades de este año, el Palacio de Polentinos se estrenó en el Festival Internacional de Circo de Castilla y León, Cir&co, y lo hizo de la mano de dos payasos sensibles, algo torpes, pero extremadamente tiernos. Pura emoción es lo que ofrecieron Bibeu et Humphrey a los privilegiados espectadores de todas las edades que llenaron el patio del palacio en el primero de sus cuatro pases programados hasta el domingo, uno cada día a partir de las 19,30 horas (entradas a seis euros).

Fue, también, el estreno en esta quinta edición de Cir&co Carpa, la sección que, como seña de identidad del festival, engloba a las mejores creaciones del circo contemporáneo bajo carpa, aunque en el caso de Polentinos fuera solo el efecto de las gradas (no está cubierto). Los grandes estrenos, en este caso nacionales, se muestran en una propuesta artística única con un discurso en el que el formato carpa forma parte de la puesta en escena.

Auténticas joyas que combinan las disciplinas aéreas, poéticas, acrobáticas y musicales con una factura muy cuidada. Y eso fue, precisamente, lo que plantean las dos compañías francesas que protagonizan este año esta sección, L’attraction Céleste, la de los dos payasos, y La Faux Populaire, la encargada de sorprender con acrobacia y expresión, en su caso a partir de las 21,30 horas, en la carpa instalada en el atrio de San Isidro (entradas a 12 euros).

Bibeu y Humphrey son payasos, sí, pero también son músicos, acróbatas, virtuosos y, sobre todo, especiales y con una contagiosa capacidad de hacer reír a personas de todas las edades. Una pareja entrañable que dejó un simbólico canto a la vida, al clown, a las risas y al circo. Ella, tan coqueta que hizo al menos un par de amigos entre los espectadores. Él, tan torpe e ingenuo que tuvo que ser avisado, en más de una ocasión, de los peligros en que se estaba metiendo al manejar instrumentos y objetos de lo más variopintos y al caminar por el escenario.

Golpes que daban paso a las risas y a los aplausos y que se entremezclaban con pequeñas joyas musicales, no exentas de humor, con las que enamoraron. Clarinete, sierra musical, acordeón, ukelele, trompeta de bolsillo, platillos.... Bibey y Humphrey se atrevieron incluso a cantar y a bailar, en un encuentro tan íntimo como, por momentos, explosivo.

La expresión en el rostro y el cuerpo fue otro de los puntos fuertes de una compenetrada pareja francesa que dejó claro que para la comunicación y la interacción no hacen falta muchas palabras si hay talento y empeño.

Fue, sin duda, una de las propuestas estrella del día, pero no la única. Hasta veinte espectáculos ofreció el programa de Cir&co este jueves, la primera jornada fuerte. Espacios con narices, Cir&co Clásico, Cir&co Selección, Cir&co Social, Cir&co Cine.... el festival dio para mucho y bueno, y en estos primeros compases está dejando claro que el público, local y visitante, sigue respondiendo.

La última cita del día, otro plato fuerte, estaba prevista en la plaza del Mercado Grande con el primer espectáculo de acrobacia extrema, High wire, a cargo de The Gerlings.

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