Diario de Valladolid

CARLOS SOBERA / ACTOR

«Perdemos el sentido del humor a un ritmo vertiginoso»

Actor. Llega al teatro Carrión mañana junto a Marta Hazas para poner en escena ‘Cinco y... acción’, una comedia «loca y vertiginosa» que desnuda el lado oscuro del mundo de la fama

Carlos Sobera.-E.M.

Carlos Sobera.-E.M.

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Guillermo Sanz

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arlos Sobera llega mañana al teatro Carrión junto a Marta Hazas para poner en escena una obra cómica de ritmo vertiginoso que desnuda el lado oscuro del mundo de la fama. 5 y... acción. Silencio en el plató y carcajadas desde la platea hasta el gallinero. El mundo del cine y del teatro se funden en un abrazo en la puesta en escena del libreto escrito por Javier Veiga. Un homenaje a la comedia clásica que regará de risas el Teatro Carrión. La obra se ha convertido en un seguro de diversión. Para muestra, durante su estancia en el Teatro Reina Victoria de Madrid, la compañía aseguró el espectáculo de tal manera que si alguien no se reía en los primeros 15 minutos, podría levantarse y reclamar el precio de la entrada... Nadie lo hizo. Ahora, 5 y... acción viaja por toda España para contar la historia de cómo una inocente presentadora del tiempo (Marta Hazas) quiere triunfar en el mundo del cine. Para ello su amante, el director de la cadena (Carlos Sobera) contrata a un aspirante a director (Javier Veiga) para dirigir una película que en el fondo no quiere que triunfe. Carlos Sobera desgrana este vodevil amoroso en el que pone su firma.

Pregunta.- La primera pregunta es obligada... ¿Qué pasa cuando suena eso de 5... y acción?

Respuesta.- Por un lado pasa que comienza el rodaje de una película y por otro que cinco personajes empiezan a vivir su aventura de amor y desamor.

P.- Los trapos sucios del mundo del arte se ponen al descubierto en esta comedia. ¿Realidad o ficción?

R.- Se mueve más en el mito que en la realidad. Hemos elegido el mundo del cine y de la televisión para que nadie se sienta ofendido, pero todo lo que ocurre puede pasar en cualquier profesión. Vivimos una época en la que tenemos la susceptibilidad a flor de piel. En España perdemos el sentido del humor a un ritmo vertiginoso. Falta autocrítica.

P.- ¿Es esta obra una crítica al mundo de la fama o una hipérbole de lo que pasa?

R.- Es un poco de todo. El conflicto básico es el amor, pero todos los personajes tienen sus sueños y están dispuestos a hacer lo que haga falta para conseguirlos. Todos hacemos cosas no deseables y en esa lucha se refleja la profesión y, sobre todo, el género humano.

P.- ¿Cómo es Adolfo, su personaje?

R.- Adolfo es un conquistador y un machista. Aspira a coleccionar mujeres como el que colecciona arte y sólo al final descubre que está verdaderamente enamorado de la mujer con la que está casado.

P.- De compañera Marta Hazas, que da color a un personaje inocente que pone el contrapunto al aire canalla de Adolfo...

R.- Es una rubia tonta del bote, una mujer simple que hace lo que le dicen porque persigue el sueño de ser actriz en Hollywood. Sin embargo, todos los personajes evolucionan a lo largo de la obra y ella aprende a tener la sabiduría que no se aprende en las escuelas o en las universidades, esa que te enseña a diferenciar entre el bien y el mal.

P.- Su relación sobre las tablas... ¿Cuánto tiene de amor y cuanto de interés?

R.- Adolfo es un conquistador, ella tiene un amor más sincero, pero pronto descubre en Max el amor verdadero.

P.- Además de en el escenario, en la dirección está Javier Veiga, una persona con un humor de autor...

R.- Tiene la capacidad de escribir gags que funcionan como un reloj. Es un autor de comedia estupendo y su presencia es vital en esta función.

P.- ¿Cómo le engañó para embarcarle en este proyecto?

R.- No sé quién engañó a quién... Un día de estos tontos, cenando, dijimos de hacer una función los tres juntos (Javier Veiga, Marta Hazas y Carlos Sobera). Nos pusimos a buscar durante meses un texto que nos cuadrada, pero no lo conseguimos. Al final le dije a Javier que él nos conocía bien y que quién mejor para escribir el libreto. Así surgió un poco todo.

P.- ¿Qué tiene 5 y acción que no tengan otras comedias del cartel?

R.- Tiene bastantes cosas. Muchos personajes, una riqueza audiovisual extraordinaria (en la que participan con cameos audiovisuales Enrique San Francisco, Millán Salcedo o El Langui), la riqueza de la escenografía y el vestuario -cada personaje tiene entre diez y doce cambios de ropa-... Es una función rapidísima y si eso lo acompañas con continuos cambios de vestuario, haces un espectáculo completo que se escapa de los cánones. Está llena de gags que llevan al público en volandas. Es una comedia loca y vertiginosa.

P. Decía Veiga que el objetivo no era hacer reír, que era provocar carcajadas...

R.- Todos los personajes tienen momentos de carcajadas. Están muy bien repartidas. Es como un juego del escondite.

P.- Del Teatro Reina Victoria a toda España... ¿Había ganas de gira?

R.- Las giras son más llevaderas para los actores, dan más vidilla y teníamos ganas de mover la obra.

P.- A nivel personal el teatro siempre ha aparecido en su currículum. ¿Es un oasis para cuando la televisión deja un hueco para volver a sus raíces?

R.- En la televisión me muevo bien porque me gusta ese caos y me gusta improvisar. El teatro es disciplina Ese respirar con el público es algo que sólo lo da el teatro, cuando pruebas ese veneno ya no lo puedes dejar.

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