Diario de Valladolid

TEATRO publica ‘la escena del siglo xxi’, ensayo dedicado a los directores más innovadores

Antuñano lamenta la falta de centros de creación en España

El profesor defiende el poder del teatro para transmitir una postura crítica ante la vida

Hormigón, López Antuñano, Marchena y Viteri, ayer, en Calderón.-J. M. LOSTAU

Hormigón, López Antuñano, Marchena y Viteri, ayer, en Calderón.-J. M. LOSTAU

Publicado por
Julio Tovar
Valladolid

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El que fuera director de la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León, José Gabriel López Antuñano, presentó ayer en el Teatro Calderón La escena del siglo XXI, un trabajo en el que se asoma a la figura y legado de 24 directores internacionales que «con su competencia, capacidad, investigación y trabajo han realizado aportaciones» considerables al mundo de las tablas. En el ensayo, publicado por la Asociación de Directores de Escena de España, se dan cita ilustres como Lupa, Vassiliev, Pommerat, Wilson, Ostermeier, Lepage o Castellucci.

Antes de la presentación, el crítico madrileño quiso romper una lanza en favor de los directores de escena españoles, a quienes ha excluido del estudio para evitar agravios. «No tienen un centro de creación público donde puedan experimentar, donde acertar y equivocarse. Eso no pasa en otros países europeos. En España sólo hay una docena de directores de escena que puedan vivir de su trabajo. Con ese panorama, si una persona casi no puede vivir de su trabajo difícilmente puede dedicar tiempo a la investigación», lamentó.

López Antuñano, como advierte en la introducción, no ha querido hacer un canon, sino volcar sus reflexiones como crítico teatral y espectador sobre hacia «dónde y con quiénes puede ir la escena del siglo XXI».

«Todos ellos investigan sobre cómo llegar a un público nuevo, acostumbrado a la cultura de la imagen, a través de las nuevas aportaciones en el campo del audiovisual; trabajando con el cuerpo del actor; incorporando lenguajes más ricos como el de las Bellas Artes, especialmente de todo aquello no figurativo; integrando elementos de la danza contemporánea o del circo, por ejemplo», explicó López Antuñano a este diario.

Profesor de Dramaturgia, destacó que todos los autores reunidos en su ensayo abordan tanto un repertorio clásico como contemporáneo para mostrar sus inquietudes. «El director es un intelectual, no un saltimbanqui. Tiene una postura ante la vida y, además de manejar una línea estética y de investigación teatral, está marcado por un repertorio en el que se aprecia una apertura hacia las nuevas escrituras además de una continua revisitación de los clásicos desde una óptica contemporánea. Hay un afán por conectar con el público y transmitirle una posición ante la vida que, como suele suceder en el teatro, es crítica, disconforme».

López Antuñano cita Un enemigo del pueblo, de Ibsen, como ejemplo de texto imperecedero. «Desde hace unos años está en el candelero, sirve tanto para hablar de Trump como de la Troika europea o de cómo, a veces, el pueblo reacciona compulsivamente sin reflexionar», subrayó.

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