«La corrupción existe desde que bajamos del árbol»

De no haber sido actor, se hubiera dedicado al fútbol. Guillermo ‘Willy’ Montesinos prácticamente se ha criado ante el público. Más de 50 películas avalan su carrera, además de unas 15 piezas sobre el escenario y varios papeles en televisión. Actualmente está en Cuéntame cómo pasó encarnando a un tabernero del barrio, y pronto comenzará con Dinamita, de Tirso Calero, al tiempo que gira con la obra que presenta el sábado en el Teatro Zorrilla: Un enemigo del pueblo. «Está la cosa como para no compaginar», dice entre risas.

La trama gira en torno al poder y la corrupción en un pueblo cuya economía procede en gran parte de los ingresos del balneario. De la noche a la mañana, los vecinos ven peligrar su sustento cuando se conoce que las aguas están contaminadas. El poder político intentará tapar la situación, en pro de sus intereses en vez de los de los habitantes. «Tengo unas escenas pequeñas pero muy importantes por la trascendencia de mi personaje en el desarrollo del tema de la contaminación», explica el actor, al que su profesión le ha aportado «toda una vida».

P. - La obra recoge un conflicto de intereses, de honestidad frente al beneficio propio, algo que recuerda mucho al panorama político que se está viviendo en España, ¿no cree?

R .- Recuerda muchísimo; esta obra está escrita en 1883 y nosotros la hemos trasladado a la década de 1920, y hay frases que parece que están puestas por la situación de ahora, pero no. Están los poderes fácticos; el poder de los medios, que o te apoya o te hunde; el poder industrial; el pueblo llano... la situación actual es muy parecida a la de ahora, incluso por el lenguaje. Lo que pasa es que el nivel de corrupción y de engaño al pueblo no ha cambiado. Ahora las cosas se conocen, hay más medios, se sabe todo lo que se está haciendo.

P. - ¿Calificaría la obra como teatro social?

R .- Es puro teatro, el teatro es un hecho cultural y necesario para la sociedad; no lo calificaría así, es ‘teatro, teatro’. Se trata de una forma realista aunque esté situada en los años 20 y se escribiera a finales del siglo XIX. El público ha quedado encantado de ver ‘teatro, teatro’, porque la oferta actual cuenta con muchas cosas que, en mi opinión, no son teatro, son otro tipo de eszpectáculo. La gente tiene ganas de ver una obra con una estructura y con unos diálogos de calidad, y nosotros creo que lo hacemos muy bien, y han quedado muy agradecidos de que hagamos esta obra de teatro. A nosotros, que somos una ‘cooperativa’, nos resulta muy difícil poder tirar para adelante porque nos hemos encontrado que, normalmente, los ayuntamientos o autoridades que deberían preocuparse por la cultura, no nos ayudan nada.

P. - El pasado día 13 se cumplían 15 años del estreno de Cuéntame cómo pasó, ¿qué siente al participar en una serie tan longeva?

R. - Llevo aquí dos temporadas haciendo una colaboración como tabernero del barrio, un papel simpático y estoy encantado; aquí estamos muy agusto. Después de 13 años se ve que esto funciona, y este verano que he estado viajando he alucinado con la audiencia que tiene, llega a todas partes, y he alucinado con que mi papel, que es secundario, lo conozca tanta gente.