Diario de Valladolid

ENTREVISTA A JOSÉ LORENZO JIMÉNEZ

«Las bibliotecas favorecen el encuentro entre el lector y el creador»

José Lorenzo Jiménez-PABLO REQUEJO

José Lorenzo Jiménez-PABLO REQUEJO

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Ana de la Fuente

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José Lorenzo Jiménez fue nombrado el pasado mes de enero director de la Biblioteca de Castilla y León, el principal centro de información sobre los autores castellano y leoneses y punto de investigación para el conocimiento de la cultura y la historia de la Comunidad. Tras casi treinta años trabajando en el ámbito de las bibliotecas dentro y fuera de la Comunidad, Lorenzo Jiménez afronta esta nueva etapa con el reto de «difundir los fondos que atesoran las bibliotecas y satisfacer las necesidades culturales de los ciudadanos».

Pregunta.- ¿Cuál es su principal cometido en este nuevo cargo?

Respuesta.- Coordinar y dirigir todos los programas que tenemos en marcha con la asistencia a todas las bibliotecas del sistema. Así, la labor principal es el mantenimiento de los más de seis millones de ejemplares distribuidos en 300 bibliotecas; la recepción y catalogación de las obras; la elaboración y actualización de la normativa; la organización de todos los fondos procedentes de los organismos autonómicos; la adquisición por compra o donación de todos los materiales relacionados con Castilla y León editados fuera de nuestra Comunidad y la conservación del patrimonio bibliográfico y su expansión mediante la Biblioteca Digital de Castilla y León que difunde universalmente más de dos millones y medio de páginas en un portal que ya supera las 200.000 visitas anuales. Sin dejar de mencionar la importantísima función como agente dinamizador del fomento de la lectura y la labor social.

P.- ¿Y cuáles son los principales frentes que tiene abiertos?

R.- Muchos, ya que el mundo de la información está cambiando constantemente y nosotros, como intermediarios, debemos actualizar los medios y el acceso a la información. Al usuario no le basta con que le digas que existe ese video o libro. Quiere acceder desde su casa o lugar de trabajo y si no lo suministras, lo hará por otros medios. La plataforma de préstamo de libros electrónicos quiere facilitar el acceso a esa información compaginando las peticiones de los usuarios con los derechos de autor de sus creadores. También nos preocupa el control de las publicaciones nacidas digitales sin rastro de papel. Dentro de cincuenta años no se entenderá nuestro mundo sin tener en cuenta internet. No vamos a catalogar la red, pero sí conservar lo más destacable. Un ejemplo claro lo podemos ver en actual proceso electoral. ¿Se podrán entender en un futuro las negociaciones para la formación de gobierno sin los mensajes de los políticos en las redes sociales? Todos estos cambios afectarán al trabajo diario y a los procesos técnicos de nuestras bibliotecas que van a vivir un cambio similar a la automatización y normalización de la década de los ochenta del siglo XX, lo que supone un proceso de reciclaje y formación de nuestro colectivo. Pero, quizá, lo que más me preocupa es difundir todo lo que tenemos que creo no es suficientemente conocido.

P.- Y si esa tendencia de acceder a los libros desde casa se generalizase... ¿Qué función desempeñarían estos espacios en un futuro?

R.- Las bibliotecas, además de proporcionar un acceso libre y sin límites al conocimiento, el pensamiento, la cultura y la información, se están convirtiendo en lugares de encuentro y desarrollo social. Se convertirán en espacios públicos al servicio de la sociedad. Será el nexo de unión entre la cultura impresa y la cultura digital. Se podrá leer de forma individual o en actividades colectivas, realizar trabajos en grupos, presentar libros o películas, así como llevar a cabo actividades formativas y culturales. La competencia lectora es la base fundamental para desarrollar las destrezas oral y escrita de las personas. En este sentido, la Consejería de Cultura lo asume en su II Plan de Lectura y contempla una dotación de medios económicos y de todo tipo a las instituciones especialmente comprometidas con el aprendizaje y fomento de la lectura.

P.- ¿Se puede cuantificar el número de documentos existentes? ¿Qué fondos se pueden encontrar en las bibliotecas de Castilla y León?

R.- En las bibliotecas dependientes directamente de la Junta se superan los dos millones de referencias y en las públicas los siete millones de documentos: libros, revistas, diarios, carteles, grabados, fotografías, microfilms o documentos electrónicos. En la Biblioteca de Castilla y León superamos los 700.000 documentos, de los que 300.000 están disponibles en préstamo domiciliario. Y también se puede encontrar una colección de 18.000 discos y una filmoteca de 17.000 títulos.

P.- Lleva 28 años ligado al mundo de las bibliotecas dentro y fuera de Castilla y León lo que le habrá permitido hacer un buen diagnóstico de la situación actual. ¿Cuáles son las principales fortalezas y debilidades de las bibliotecas de la Comunidad?

R.- Las bibliotecas de nuestra Comunidad tienen varios puntos fuertes como son el satisfacer las necesidades culturales, educativas y de ocio, promocionar la lectura y ser centros de acceso a las tecnologías de la información. Y si hay que ser autocrítico, quizá lo que se echa en falta es una mayor coordinación para lograr que todos los ciudadanos independientemente de dónde residan tengan el mismo servicio de bibliotecas.

P.- ¿Considera que la digitalización es imprescindible para la conservación de libros y documentos?

R.- Es la mejor campaña que se puede hacer para preservar y conservar nuestro patrimonio bibliográfico, especialmente el de los dos últimos siglos. El papel es de muy baja calidad y su lectura y manipulación se deteriora por momentos. Es sorprendente ver que muchos libros del siglo XVI parecen recién salidos de la imprenta si los comparamos con el producido por las gráficas del siglo XIX. Además la digitalización permite disfrutar universalmente de las joyas que se han ido acumulando en nuestras bibliotecas, obras fundamentales en la historia de la humanidad como, por ejemplo, la Biblia de Gutenberg, custodiada en la Biblioteca de Burgos.

P.- ¿El libro electrónico puede ser ‘la puntilla’ o, por el contrario, puede universalizar más la literatura?

R.- La edición digital supone el 25% de la producción editorial española e irá creciendo conforme domine el consumo cultural la generación nacida digital, pero esa información no será gratuita y los medios para controlar la ilegalidad de las descargas ilegales, más severos. Una forma de solucionar la exigencia de los usuarios de acceso a la información y los derechos de los creadores a una remuneración justa es el préstamo de libros electrónicos. Lógicamente con unas tarifas editoriales que puedan asumir las administraciones públicas. De todas formas, creo que el libro impreso seguirá existiendo en convivencia con el electrónico como lo han hecho la radio y la televisión y, en el complejo entorno digital, las bibliotecas seguirán favoreciendo el encuentro entre el creador y el lector.

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