Titirimundi pone el mundo del revés

Un hombre, un maletín y 60 minutos para que el público se deje llevar más por lo que ve que por lo que cree. La realidad y sus límites ocupan un lado del escenario del Teatro Juan Bravo de Segovia y en el otro, Tobias Wegner se libera a través de una pantalla donde se proyecta ilusión, el principal ingrediente de ‘Leo’, el espectáculo inaugural de la XXIX edición de Titirimundi, que desde este míercoles hasta el próximo domingo ofrecerá 244 funciones de 32 compañías en la ciudad del Acueducto.

En una edición dispuesta a romper tópicos sobre las marionetas al orientar buena parte de su programa al público adulto, el festival segoviano decidió arrancar con teatro gestual, con un actor de carne y hueso y una pequeña maleta, sin más, bajo la premisa de que el origen del mundo del títere está en la ilusión. Y Wegner la tiene de sobra: sube paredes, flota, camina por el techo sin esfuerzo, con el truco a la vista del espectador y una trabajada coreografía, fruto de tres meses de ensayos y más de tres años recorriendo teatros con su espectáculo, de la compañía germano-canadiense Y2D Productions.

Lo que no le sobran al espectáculo son efectos especiales, pero tampoco necesita más. Una cámara, una pantalla, dos técnicos y un artista que se inició en un club circense con apenas nueve años y hoy, con 34, juega a cambiar la ley de la gravedad. Mientras Wegner se mueve apoyado en el suelo a un lado del escenario, en el otro, en la pantalla, aparece pegado a la pared; a partir de ahí el espectador debe dejarse llevar, y normalmente lo consigue.

“En mi obra hablo de la libertad, dentro de la habitación estoy encerrado, como en la sociedad actual, y en la pantalla me libero”, explica el protagonista de ‘Leo’, en declaraciones recogidas por Ical, durante su pase para la prensa tres horas antes de la inauguración. “Es un tipo que de repente nota que pasa algo diferente en el mundo y descubre en sí mismo unas habilidades que tenía dormidas, como su personalidad”.

El espectáculo lo estrenó hace tres años y medio y en este tiempo, aparte de recibir premios en citas de referencia como el Festival Internacional de Edimburgo, lo ha representado en una veintena de países. También en España pero, lejos de percibir diferencias entre el público de una u otra nacionalidad, la reacción cambia más por edades, según precisa Wegner, “bastante sorprendido” por las sensaciones que deja en mayores y pequeños. En Titirimundi no había estado y todavía este jueves ofrece un nuevo pase, de nuevo en el Teatro Juan Bravo, a partir de las 20.30 horas.

El programa

Sin dejar de lado a niños y familias, que siguen contando con decenas de opciones en el programa, los espectáculos de interior más destacados de este año se dirigen al público adulto. Segovia acogerá en total 244 funciones de 32 compañías, la mitad de España y el resto, procedentes de 12 países. Calles, plazas, teatros y emblemáticos edificios del casco histórico servirán de escenario a artistas de lugares dispares como Taiwán, Canadá, Chile, Perú, Brasil, Israel o Rusia, aparte de Francia, República Checa, Reino Unido, Italia y Alemania.

Muchos de estos artistas se desplazan además antes, durante o después del festival fuera de Segovia hasta sumar otras 101 actuaciones repartidas por Ávila, Burgos, León, Salamanca, Valladolid y Zamora, así como Madrid o Alcalá de Henares, la sierra e incluso Castilla-La Mancha (Toledo) y Navarra (Barañáin).

Entre los espectáculos programados destaca el de los chilenos de Viajeinmóvil, que ofrecen una versión de ‘Otelo’, el clásico de Shakespeare, adaptado a dos actores, marionetas y objetos en hora y cuarto. Y los brasileños de Pigmalião traen ‘Cuadro de una familia’, un espectáculo para adultos cargado de crítica social, transgresor y con altas dosis de tensión dramática concentrada en 15 minutos.

Para adultos es también ‘Paper cut’, donde el israelí Yael Rasooly funde teatro contemporáneo con un homenaje al cine clásico en 50 minutos de ilusión, realidad y ficción. Y de Francia llega la rusa Polina Borisova, “posiblemente la gran revelación del teatro europeo de los últimos tres o cuatro años”, según sostiene el director y creador de Titirimundi, Julio Michel. Con su obra ‘Go!’ (40 minutos) propone un mundo visual singular y simbólico, emotivo y tierno para tratar el fin de una vida de la mano de una anciana.

Impresionará el realismo del grupo italiano Riserva Canini con ‘Talita kum’ (45 minutos). La esencia del arte de las marionetas y del teatro de sombras “en una especie de danza con una marioneta que, si ves las fotos, no sabes si se trata de una actriz de verdad”, añade.

De los artistas nacionales destaca el reestreno de una hilarante versión de la compañía catalana Pelmànec sobre la obra de Molière ‘El ávaro’ (75 minutos). “Posiblemente sea el espectáculo de teatro de títeres contemporáneo más importante que se ha hecho en España”, sostiene Michel, quien también valora de manera especial el ‘Lazarillo de Tormes’ de la compañía salmantina La Chana. Y el telón castellano de la ilusión, totalmente alzado para que sea el espectador quien juzgue y se deje llevar.