Diario de Valladolid

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Un libro muestra por vez primera fotos de los sepulcros descubiertos en la Catedral

'La Catedral de Zamora en imágenes' muestra un recorrido completo por el templo a través de 96 páginas y 118 fotografías

Presentación del nuevo libro 'La Catedral de Zamora en imágenes', editado por el Cabildo catedralicio y cuyo autor es José Ángel Rivera de las Heras-Ical

Presentación del nuevo libro 'La Catedral de Zamora en imágenes', editado por el Cabildo catedralicio y cuyo autor es José Ángel Rivera de las Heras-Ical

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ICAL

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El Museo Catedralicio de Zamora y la librería diocesana pusieron este martes a la venta el libro ‘La Catedral de Zamora en imágenes’, que a través de sus 96 páginas ofrece un viaje fotográfico por dentro y fuera del principal templo zamorano. El delegado de Patrimonio de la Diócesis, José Ángel Rivera de las Heras, es el autor del libro, que contiene un total de 118 fotos: 24 del exterior, 54 del interior, 26 del Museo Catedralicio y otras 14 más, realizadas y seleccionadas por el propio Rivera de las Heras, entre las que se incluyen, como novedad, las imágenes de los sepulcros descubiertos en estos últimos años en la nave sur, que no habían sido reproducidas hasta ahora en ningún libro.

La imágenes recogidas en la publicación, que se abre con una presentación redactada por el obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, van acompañadas de “textos laudatorios alusivos a la Catedral escritos por personajes o personalidades importantes dentro del mundo de la historia del arte y también de la historia y la literatura”, entre ellos Miguel de Unamuno, Antonio Gamoneda y Claudio Rodríguez, según explicó el autor. El Cabildo de la catedral y tres empresas colaboradoras han financiado la edición de la obra, que se venderá al precio de doce euros.

El viaje fotográfico comienza con el exterior de la catedral desde diferentes perspectivas: “lo más emblemático de la Catedral que es la cúpula, luego la torre, la puerta del Obispo, con los dos relieves de la Virgen con el Niño Jesús, San Pablo y San Juan, la cabeza de piedra y la cabecera”, indicó el autor del libro.

Después, el lector se adentra en el interior del templo empezando por la nave mayor, el trascoro, y las naves laterales, el cimborrio o la cúpula en su interior, las rejas de la capilla mayor y de la sillería del coro. Luego, diversas fotografías muestran la belleza de la sillería del coro y ofrecen “algunos detalles interesantes”, además del retablo mayor, el retablo de la Virgen de la Majestad con la imagen, el retablo del Santo Cristo, los de las capillas de San Miguel y San Pablo, el retablo de Fernando Gallego, que está en la capilla del Cardenal, el altar del monumento, los dos grupos de Juan de Montejo, el sepulcro del doctor Grado, el Cristo de las Injurias, los sepulcros descubiertos recientemente en la nave meridional, la sacristía, algunas pinturas y el claustro.

También están recogidas en sus páginas algunas de las piezas más destacadas del Museo Catedralicio: la Virgen con el Niño y San Juan de Bartolomé Ordóñez, varias pinturas, la custodia procesional, la custodia de asiento o de mano, algunos de los tapices con sus detalles, un cantoral de canto llano del Archivo Catedralicio y algunas imágenes de la Semana Santa que guardan relación con la Catedral, como el Cristo de las Injurias, la Virgen de la Esperanza y el Nazareno de San Frontis, el Cristo Yacente del Santo Entierro y la Virgen de los Clavos. El viaje fotográfico concluye con unas bellas estampas de la Catedral nevada y en un ocaso e imágenes nocturnas del exterior.

Aspecto literario

José Ángel Rivera de las Heras puso de relieve el aspecto literario de esta publicación. “He querido demostrar cómo hay autores de importancia que han escrito sobre la Catedral”, manifestó. En este sentido, destacó el texto del arquitecto británico del siglo XIX George Edmund Street, que “vino por Zamora, escribió el libro ‘La arquitectura gótica en España’ y dice así: ‘A los pies de la nave norte se alza un campanario románico de tamaño y belleza poco frecuentes, el mejor ejemplar de su estilo que vi en España’. Que un arquitecto inglés diga esto es bastante significativo”.

El autor de ‘La Catedral de Zamora en imágenes’ también subrayó la cita del historiador del arte Fernando Martín, quien fue conservador de platería del Museo Nacional, respecto a la custodia de mano o de asiento del Corpus: “En ella se aúnan la elegancia del diseño con la perfección de la técnica en todas las especialidades. La calidad de los esmaltes rebasa lo conocido hasta esa fecha en España. Toda esta armoniosa composición de elementos clásicos hace de ella un modelo único que destaca aun más por la espléndida combinación de las tonalidades cromáticas y las piedras preciosas”.

Finalidad de la obra

No obstante, tanto el autor del libro como el deán presidente del Cabildo de la catedral, Juan González, resaltaron que la publicación aglutina otro aspecto fundamental que no debe separarse de lo meramente material, como es la finalidad de la obra, del templo, que es “servir a la fe y para alabar a Dios”.

En este sentido, González señaló que, a tal fin, la publicación recoge distintas fotografías de su sentido religioso. “Yo creo que no debemos quedarnos solamente con la arqueología, la arquitectura y el arte, sino que debemos recordar su contenido, su propósito religioso, que queda reflejado en las distintas imágenes que se presentan con sentido religioso”, comentó. “Por eso, yo creo que el abrir el libro debe llevarnos a la obra en sí y al fin de la obra. La catedral está hecha de cara a la fe y esto es lo que demuestra el libro en distintas imágenes y detalles”, agregó al respecto.

Edificio emblematico

Para concluir la presentación del libro, Rivera de las Heras recordó que la catedral es el edificio “más significativo, más emblemático y más importante de la ciudad de Zamora”. La construcción del templo comenzó a mediados del siglo XII y terminó a mediados del XIII.

“Es la más pequeña de toda Castilla y León y, aunque está modificada, en su interior contiene multitud de objetos interesantes como la Virgen de la Calva, el Cristo de las Injurias y la sillería de coro y, por encima de todo, evidentemente, esa solución magnífica que le dio el arquitecto, desconocido, a la Catedral, que era ofrecer luces hacia el interior por medio de una cúpula sobre un tambor, lo que llamamos el cimborrio, que se ha convertido en el diseño, en el perfil más emblemático de la ciudad”, recalcó el delegado diocesano de Patrimonio.

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