Diario de Valladolid

El virus se cuela en prisiones e infecta a 54 funcionarios pero a ningún preso

La cárcel de Ávila acumula 18 contagios y once la de Segovia / Los sindicatos hablan de una «calma tensa» entre los reclusos y advierten de que los EPIS son «escasos»

.- ISRAEL MURILLO.

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Publicado por
Mar Peláez

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Son micromundos cerrados bajo rejas , con una única puerta de entrada y una única vía de contacto entre los reclusos y el exterior: los trabajadores, desde que Instituciones  penitenciaras ordenara el 15 de marzo el aislamiento de las cárceles y con ello el fin de los permisos y las comunicaciones vis a vis. Hasta el momento, según los datos facilitados por Instituciones Penitenciarias, este aislamiento ha funcionado y el coronavirus no ha afectado a ninguno de los 3.566 internos de los siete centros penitenciarios de Castilla y León .

Cero contagios, sin embargo los «perdedores» están siendo los trabajadores . En este caso el virus, pese a que la UME procedió a la desinfección de todos los centros, sí ha sorteado los muros de las prisiones y ha infectado a 54 de los más de 2.200 funcionarios, si bien, según fuentes penitenciarias, «la gran mayoría de forma leve».

La prisión más castigada resulta ser la de Brieva, en Ávila , con 18 positivos entre sus trabajadores, y la de Segovia, con 11. Nueve casos se han detectado en Soria, ocho en la de Dueñas (Palencia), frente a los cuatro en Topas (Salamanca), tres en León y uno en Villanubla (Valladolid).

 Y son muchos más los que están en cuarentena en sus domicilios , aunque Instituciones Penitenciarias no pudo precisar un número. Solo a modo de ejemplo, en Topas había esta semana 50 funcionarios en observación, según confirma Dámaso Enrique, uno de los responsables de este área de CSIF de Castilla y León, para quien esto no ha hecho sino «agravar el déficit de plantilla» en la Comunidad, sobre todo la que está más en contacto con los presos, tal y como vienen tiempo denunciando los sindicatos.

 E incluso la cifra podría ser algo más elevada si, como denuncia el coordinador autonómico de Acaip, Valentín Gómez, se hubieran realizado test a los trabajadores. «Muy pocas pruebas se han practicado, tan solo de forma puntual», apostilla Ovidio Martínez, responsable de UGT en el área de la Administración General del Estado.

A esto añade Gómez que los equipos de protección individual «tardaron en llegar a los centros» y que, aunque ahora sí cuentan con mascarillas, gafas, guantes y pantallas, lo hacen en un «número inadecuado». Fuentes de Instituciones Penitenciarias replican que «se han repartido equipos en función del número y profesionales que hay en cada centro».

Se sienten agentes potencialmente propagadores de la infección y temen que «si el virus entra en la cárcel, será de difícil control», afirma Gómez. Pese a ese temor, los responsables sindicales reconocen que se está viviendo una «calma tensa» en Castilla y León y que la situación en la Comunidad parece estar «más controlada que a nivel nacional», donde se contabilizan 217 trabajadores y 32 internos contagiados, y ya se han registrado tres fallecimientos (dos funcionarios y una reclusa) e incluso plantes de presos en alguna prisión en España.

El contacto entre funcionarios y reclusos «se ha reducido al mínimo  posible» , confirma Enrique. Se han suspendido la realización de talleres y se han establecido turnos en el comedor para que «en la medida de lo posible los internos puedan mantener la distancia de seguridad en unos espacios que no siempre son grandes», explica el responsable autonómico de Acaip.

En el patio no hay medidas excepcionales más allá de «instarles a que guarden las distancias». Eso sí, apunta Gómez que «hay muchos que han optado por estar el mayor tiempo posible dentro de sus celdas para evitar contagios y eso se nota en los patios».

 Sin permisos, sin vis a vis , los internos tienen el teléfono como único medio de contacto con sus familiares o sus abogados. Instituciones Penitenciarias ha ido enviando a las prisiones españolas teléfonos móviles para que aquel que lo desee pueda contactar vía videoconferencia. 10 minutos de conversación por cada interno y «tienen permitido quince llamadas a la semana». «El problema ahora es que no hay teléfonos suficientes para todos y se ven carreras para coger la cabina».

 Esta fórmula está contribuyendo, según los representantes de los trabajadores, «a aliviar la tensión »  y a evitar la conflictividad entre una población reclusa que, según dicen, «ha asumido perfectamente la situación y se da cuenta de que el aislamiento es ventajoso para ellos y también para sus familiares, que por otra parte no se podrían acercar a las prisiones».

 Ninguno refiere altercados significativos en los centros penitenciarios de Castilla Y León. «Veremos si se puede continuar con esta tranquilidad si el confinamiento se prolonga en el tiempo» , concluye el responsable de Acaip, en alusión sobre todo a la dificultad añadida que presentan los reclusos con problemas psiquiátricos o aquellos con dependencia a las drogas.

Los más ‘beneficiados’ con las medidas excepcionales establecidas por el estado de alarma son las reclusos que cumplen el tercer grado . El Ministerio del Interior autorizó que cumplan sus condenas en sus casas. Todos tuvieron que comprometerse por escrito a permanecer en sus domicilios. Su vigilancia se realiza mediante una pulsera que alerta si no se cumplen las restricciones de movilidad. Sin poder dar la cifra exacta, fuentes penitenciarias aseguran que en las cárceles de Castilla y León permanecen «ya muy pocos presos de tercer grado». «Y quienes están es porque o no tienen domicilio o no tienen detrás una asociación que les pueda amparar». En España de los más de 7.000 reclusos en semilibertad, aproximadamente 5.500 están ahora en régimen extrapenitenciario.

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