Diario de Valladolid

La A-60 sufre el mismo síndrome que la León-Benavente en menos de un año

Fomento advierte de problemas en el asfalto en el tramo que entró en servicio el pasado verano

Tramo de la A-60 recién inaugurado, que ya persenta un deterioro en el asfalto.-RAMIRO

Tramo de la A-60 recién inaugurado, que ya persenta un deterioro en el asfalto.-RAMIRO

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Redacción de Valladolid
Valladolid

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La A-60, la autovía que une en varios tramos Valladolid con León, padece el síndrome de la León-Benavente. El reflejo son dos señales de alerta al usuario, que se adentra en zona de firme irregular mientras circula por la autovía, al pie del punto kilométrico 120, en sentido creciente (dirección norte, hacia la capital leonesa. Los síntomas son el piso agrietado, el asfalto sinuoso y ondulado que tiene una repercusión directa en las sensaciones del conductor.

La A-60 tardó nueve meses en romperse. Esta es la reseña de la efeméride de aquel caluroso 18 de julio pasado, cuando el ministro José Luis Ábalos declaró inaugurada la continuidad de la autovía, entre en Porma y Santas martas, un trecho de 20 kilómetros que venía a mejorar las condiciones de movilidad para los habitantes del este y noreste de la provincia leonesa, sobre todo en las comunicaciones con la capital. En ese tramo está localizada esta falla, que ya han advertido los servicios de mantenimiento de la vía, y ha terminado por obligar a Fomento a colocar dos postes verticales para avisar de que el asfalto deja de ser terso. La incidencia resulta sorprendente para los cerca de diez mil usuarios potenciales que transitan a diario por esta zona; en esencia, porque emerge con sólo nueve meses de servicio del vial; tampoco hay condicionantes externos, climatológicos, que justifiquen la premura en el deterioro, después de un invierno poco agresivo, con temperaturas extremas o precipitaciones a las que achacar los defectos como recoge la información de Diario de León.

El desgarro se localiza sobre un punto en el que la autovía transcurre sobre una plataforma artificial de tierra, próximo a una de las conexiones con la Nacional 601, al sur de la localidad de Villamoros. Espacio entre viaductos; los puentes que salvan los restos de Lancia y la plataforma que cruza, al sur, el río Esla. En mitad de esta ribera se ubica una de las situaciones más inesperadas en torno a una estructura que se estrenó hace nueve meses, después de invertir 120 millones de euros y ser foco de una expectación sin precedentes en la obra pública en León, atrapada por la crisis.

Hay que recordar que la Benavente León recibió un montón de críticas, sobre todo, por el mal estado del firme y de la alta densidad de tráfico que soporta al día. Un total de 53 kilómetros de grietas cuyo margen izquierda es, desde hace medio año, objeto de una reforma por valor de 6,8 millones de euros. Siempre ha estado en el punto de mira. Baches, badenes, irregularidades, firme ruidoso es lo que espera al conductor al transitar por ella. El estado de la ruta León Benavente genera problemas para la seguridad vial que afectan a los miles de vehículos que transitan a diario por esta vía.

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