Cuatro sagas empresariales se unen a Caja de Burgos para asentar industria y empleo

Los grupos empresariales Antolín, Gonvarri, Calidad Pascual y Aciturri tienen al menos cuatro características en común. La primera es que todos ellos tienen su origen en una empresa familiar que con el trabajo y los años se ha convertido en multinacional y la segunda, y más evidente, es que todos tienen origen burgalés. La tercera es que se trata de grupos industriales y todos ellos tienen fábricas en Burgos y provincia y el cuarto elemento en común es que, en algún momento de su trayectoria empresarial, han tenido el respaldo financiero de Caja de Burgos, hoy convertida en fundación bancaria.

Los cuatro grupos empresariales y la Fundación Caja de Burgos llevan dos años trabajando para dar forma a una iniciativa de apoyo a la creación de nuevas industrias y empleo en la provincia con la que poder respaldar a aquellos emprendedores que se planteen transitar por el mismo camino que estos grupos recorrieron dando vida a fábricas en las que se genere empleo de calidad.

«Cerrar el círculo»

Se trata de «cerrar el círculo» de su trayectoria vital y empresarial «apoyando a una nueva generación de emprendedores en el desarrollo de proyectos industriales y de creación de empleo» en la provincia de Burgos, según reza en el convenio firmado hace un año entre los cinco socios para llevar adelante esta idea. Ese documento lleva las firmas de Francisco Riberas, Tomás Pascual Gómez-Cuétara, Ernesto Antolín y Ginés Clemente, además de Rafael Barbero, en nombre de la Fundación Caja de Burgos, ya que se da la circunstancia de que Clemente no sólo es presidente del Grupo Aciturri sino también de la fundación bancaria.

La iniciativa está a punto de darse a conocer en una presentación pública que tendrá lugar en Burgos el próximo 27 de febrero y, posteriormente, se presentará en Madrid. Aunque este proyecto se asemeje a otras aceleradoras para start up o lanzaderas de empresas ya existentes, nace con un carácter propio y un nombre definitorio que se presentará el día 27. Sin embargo sus dos principales rasgos son que se ceñirá exclusivamente a proyectos de tipo industrial que pretendan instalarse en Burgos y su provincia, que son, precisamente, las características comunes de los socios fundadores de este proyecto.

Según explicaron a este periódico, está abierta la posibilidad de respaldar proyectos de resto de Castilla y León y de toda España o, si fuera el caso, de procedencia internacional, siempre que estos candidatos tengan claro que deberán radicar sus fábricas y sus empleos en territorio burgalés si quieren contar con el respaldo financiero y el asesoramiento que plantean los cinco socios.

La plataforma que integran Fundación Caja de Burgos y los grupos Antolin, Gonvarri, Calidad Pascual y Aciturri tiene un caracter exclusivamente privado y carece de respaldo institucional, aunque no está descartado que en un futuro o en el caso de proyectos concretos se pueda colaborar con las diferentes administraciones.

Los cinco socios contribuyen en idéntica proporción a su sostenimiento y se reparten a partes iguales la capacidad de decisión, si bien la Fundación Caja de Burgos tiene reservado un papel más directo en la gestión. Según ha podido saber este periódico, la Fundación pondrá su experiencia en la selección de proyectos de emprendimiento al servicio de esta lanzadera que, por otro lado, será completamente independiente de otros proyectos que apoyo al emprendimiento que desarrolla actualmente y también de la futura aceleradora de empresas que llevará por nombre La Locomotora.

Además, Fundación Caja de Burgos aportará su experiencia en la gestión de la comercialización de las parcelas de las sucesivas ampliaciones del polígono industrial de Villalonquéjar de Burgos desde su creación. Será el director general de la Fundación, Rafael Barbero, quien asuma la gestión diaria de esta entidad, que tendría oficinas propias e independientes de las de Caja de Burgos en la capital burgalesa.