UN HOMBRE / UN MUNICIPIO / JOSÉ ANTONIO DE MIGUEL
«Soria es la Cenicienta despoblada en la región y la más olvidada por el Estado español»
Nació en el 59 en Cabanillas. Allí creció junto apenas 30 vecinos y con 23 años fue su alcalde, hoy ya no vive nadie. Desde hace años, José Antonio está al frente del Consistorio de Almazán; capital de la comarca y segunda ciudad de la provincia de Soria. Curtido en mil batallas, agricultor, ganadero, cooperativista, empresario y veterano de la política rural, ha ocupado puestos de responsabilidad, todos ligados a su tierra soriana, desde asociaciones agrarias a procurador en Cortes regionales. Un todoterreno cargado de experiencia y razones que, según él, siguen motivándole para luchar por una provincia que es la Cenicienta en Castilla y León. Es adnamantino de hecho pero en la resistencia por el futuro de Soria es numantino.
Pregunta.- ¿Todavía le quedan ganas de seguir luchando?
Respuesta.- Me van quedando menos fuerzas, pero las ganas por luchar por esta tierra son las mismas que las del primer día y hasta el final.
P.- ¿Los que habitan en zonas fronterizas se sienten dentro o lejos de la Comunidad?
R.- Es difícil conocer bien una comunidad tan extensa como la nuestra y sentir ese espíritu castellano y leonés como lo puede sentir un asturiano o un cántabro. Yo no soy partidario de estas autonomías que con buena intención se hicieron a raíz de nuestra Constitución y algunas provincias, como la nuestra, hacen que nos sintamos la Cenicienta más olvidada por el Estado español y despoblada en el territorio nacional. No llegamos a nueve habitantes por kilómetro cuadrado y hay mucha gente mayor y pocas iniciativas empresariales. Luchar contra esto es muy duro y la solución no es fácil.
P.- Pero Almazán no corre peligro de despoblación, es el municipio más grande de la provincia de Soria.
R.- Después de la sangría que hemos sufrido los últimos años, yo creo que no. Espero que a finales de este año logremos aumentar la población. Hay que potenciar las cabeceras de comarca y si Almazán está en peligro, también lo está la provincia.
P.- ¿Cuántos niños han nacido en Almazán el año pasado?
R.- Nacieron 35, pero fallecieron 65 personas.
P.- ¿Hay suficientes herramientas para que Almazán crezca?
R.- No tenemos las herramientas necesarias. Contamos con los recursos propios y poco más. Hemos tenido una ayuda muy interesante del gobierno para restaurar la muralla, pero estamos olvidados por la Junta de Castilla y León. Llevamos años reclamando las Edades del Hombre y no nos han hecho caso. Almazán es una comarca con 5.500 hectáreas de regadío y tenemos esperanzas depositadas para que sea generador de puestos de trabajo.
P.- En cuanto a aprovechamientos forestales no va tan mal…
R.- Los recursos naturales que tenemos son 5.500 hectáreas propiedad del ayuntamiento pero los aprovechamientos son diferentes. La zona de pinares tiene unos derechos consuetudinarios de siglos por los que la madera se reparte entre los vecinos, cuyo aprovechamiento forestal ingresa en las arcas del ayuntamiento para mantener nuestros servicios. Ahora estamos poniendo en valor la micología como recurso turístico y desde hace cinco años hemos conseguido traer a Almazán la primera y más importante fábrica de resinas naturales de toda España que este año alcanzará una cifra de más de ocho millones de toneladas. En este campo nos va bien.
P.- ¡Quién iba a decir que la resina y las setas iban a ser fuentes de riqueza!
R.- Son un complemento extraordinario a las actividades industriales donde tenemos a más de 100 personas trabajando. Antaño eran 300 personas las que trabajaban en las fábricas de muebles, que hoy han desaparecido, pero tenemos dos papeleras muy importantes, como la número uno en la fabricación de papel adhesivo con más de 250 trabajadores o nuestra fábrica de aguas. Qué duda cabe que tener todos estos recursos naturales es una suerte porque bien explotados son una fuente de riqueza y atracción de turismo.
P.- Cualquiera que lea esta conversación, no creerá que Almazán no tenga futuro…
R.- Hemos pasado lo peor de la tormenta de esta crisis y ya estamos viendo el sol. Lo que tenemos que intentar es que no se nos caiga un centro de trabajo más. La gente está más alegre y tenemos que darles confianza.
P.- ¿A los adnamantinos qué acento de frontera les identifica?
R.- Somos castellanos puros pero estamos muy cerca de la raya de Aragón y si algún acento se nos pega es el maño. De hecho, la gente que emigró allí desde los años 50 iba a Zaragoza capital, hasta el punto de que haya más sorianos en Zaragoza que en Soria.
P.- Lo de las razas autóctonas de ovino, ¿un sueño o un patrimonio genético a defender?
R.- Es un patrimonio genético a defender. Yo me quedo con la ojalada de nuestras tierras de secano que no tiene nada que envidiar a cualquier otra raza en Castilla y León. También estamos insistiendo en salvar una vaca propia como es la serrana. No podemos perder ese patrimonio aunque la ganadería extensiva esté en riesgo de extinción. Es un trabajo laborioso, con pocos beneficios, pero hay que mantenerlo y las instituciones tendrán que estar ahí para que no se pierda.
P.- El premio internacional AR&PA 2018 otorgado a la reconstrucción de la muralla del Postigo de Santa María, ¿va a significar turismo cultural o es un sector que cuesta rentabilizar en Almazán?
R.- El premio fue un empujón al sector turístico gracias al esfuerzo hecho por particulares, empresarios y establecimientos. Tengo que aplaudir todas estas iniciativas que han colocado Almazán en el mapa como destino turístico de calidad. Este reconocimiento es una primera fase de las muchas que tiene un plan director de ocho millones de inversión y nos da un espaldarazo para seguir luchando y recuperar nuestro patrimonio.
P.- Soria, ¿tiene futuro?
R.- Soria tendrá futuro si los políticos así lo quieren. El futuro lo tienen que conseguir los sorianos saliendo a la calle y diciendo «aquí estamos aunque seamos pocos», como hace casi 1900 años hicieron los numantinos con el ejército romano, solicitando un futuro como españoles que somos en igualdad de condiciones.