Diario de Valladolid

Una víctima de abusos duda de su proceso y exige alVaticano la documentación

Javier Paz, víctima del párroco Isidro López, promete abrir un nuevo litigio por la vía canónica si no recibe una copia / Ratifica que el obispo de Salamanca le ofreció dinero a cambio de guardar silencio

Javier Paz posa con la reclamación presentada en el obispado.-ENRIQUE CARRASCAL

Javier Paz posa con la reclamación presentada en el obispado.-ENRIQUE CARRASCAL

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Guillermo Sanz

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El silencio es un campo en el que brotan las dudas. El caso de Javier Paz, que denunció ser víctima de abusos sexuales desde que tenía diez años por parte del párroco de San Julián ySan Martín en Salamanca Isidro López, ha sido visto a través de un cristal opaco, algo que ha llevado a Paz a levantar la voz para reclamar la documentación de un proceso canónico del que duda.

Javier Paz acudió ayer al obispado de Salamanca para reclamar a la Congregación para la Doctrina de la Fe (órgano de la Santa Sede) que le sea remitida toda la documentación relativa al proceso que comenzó en 2011, momento en el que denunció ante el obispo de Salamanca el infierno en el que había vivido durante una década (entre 1982 y 1992) a manos de Isidro López. «Ante la duda de que se haya seguido un proceso canónico por el camino correcto he solicitado a la Congregación para la Doctrina de la Fe que me sea remitida la documentación del proceso, de la cual no tengo ninguna copia hasta el día de hoy», relató Paz.

El denunciante entiende que durante tres años (tiempo que tardó en salir una sanción hacia el párroco de SanMartín en el que se le prohibía el ejercicio público del ministerio pastoral) ha sido «toreado» por el obispado. Durante ese tiempo llegó a recibir noticias de amigos religiosos que le informaban de que el proceso no había sido abierto; una incógnita que le ha perseguido durante casi ocho años que quiere despejar ahora:«Espero tener prueba de saber si se han seguido los cauces reales. En caso de no ser así, algo que mis abogados piensan que ha pasado, tomaré las medidas correspondientes e iniciaré otro proceso canónico», promete.

La puerta del laberinto que abrió Javier Paz en febrero del 2011 se cerró por sorpresa cuando su caso fue archivado por el obispo de Salamanca,CarlosLópez, alegando que los motivos que movían a la víctima de pederastia para denunciar era meramente económicos. La pena a Isidro López no llega como castigo a los abusos que sufrió Paz, sino a los de un compañero suyo. «Obispo y Vaticano archivan mi causa alegando que yo lo hacía todo por dinero después de una encerrona en la que me hicieron firmar que me daban una cantidad a cambio de silencio. Conmigo denunciaron otras dos personas, lo que forzó al Vaticano a obligar al obispo a actuar. Se las toma testimonio con vicario judicial, cosa que en mi proceso no se hizo. Se reabre el caso en 2013 y se emite una sentencia en 2014, cuando lo hago público en prensa», relata. En ese lapso de tres años, Isidro López, denunciado por abusos sexuales a menores, continuó teniendo acceso a potenciales víctimas.

En las primeras reuniones con Carlos López la comunicación parecía fluida. Incluso le reconoció que Isidro López había admitido parte de los hechos. El tiempo deterioró las buenas intenciones, un largo camino de espinas que ha llevado a Javier Paz a dar un nuevo paso en su batalla. «En 2013 el obispo abandonó conversaciones conmigo. Desde entonces no he vuelto a tener respuestas. Yo he ido trabajando en solitario y en contacto con más víctimas y asociaciones y, hasta el momento, cero palabras del obispo y de la Iglesia», asegura el denunciante, que añade: «Si hago esto es porque entiendo que el Obispado de Salamanca yCarlos López no han actuado como corresponde ante un problema de la magnitud de abusos en la Iglesia Católica. Entiendo que hay un desamparo a las víctimas y una falta de respeto hacia nosotros como personas. No han protegido a los menores y el silencio que guardan hasta el día de hoy resulta bastante cómplice y doloroso para las personas que hemos pasado por el infierno de los abusos», entiende.

La víctima recuerda su «derecho a tener la documentación en la que yo figuro»; un derecho que reclama por escrito, con pocas esperanzas de que el proceso sea ágil, pero con la promesa de que este no será el último movimiento en su tablero:«Los plazos los marcan ellos porque tienen el poder de tener una ley canónica que está por encima de la penal y civil. Son juez y parte de un problema. Yo si no me responden, si no me dan la documentación, entenderé que no ha existido un proceso canónico y emprenderé uno nuevo», asegura.

Javier Paz explicó a los medios por qué tardó tanto tiempo en dar un paso hacia adelante y denunciar al párroco pederasta: «Yo empiezo a ser consciente de que tengo que denunciar esto a los 28 años, después de un proceso largo de recuperación y del reconocimiento del problema. Ha sido largo y doloroso», asegura Paz, que relata su historia:«El silencio lo lleva el desamparo.Primero es la vergüenza y el dolor. Como personas criadas en la fe cuesta mucho darte cuenta de que personas que te debían haber protegido te han arruinado la vida.Primero tienes que coger fuerzas y luego ya inicias un camino en el que no tienes información. Poco a poco, hemos ido hablando más gente y ahora mismo creo que es una bola de nieve que va creciendo y que no va a parar», augura.

La avalancha de denuncias que se ciernen sobre la Iglesia (que hace dos días anunció la condena por abusos del cardenal Pell, uno de los miembros de la cúpula vaticana) obligará, a juicio de Javier Paz, al Vaticano a dar un golpe de mando en España: «Yo entiendo que elVaticano está indignado con la labor de los obispos de España porque aquí se están poniendo trabas a las investigaciones y no están actuando como en otras partes del mundo. En Irlanda o Estados Unidos han puesto medios a disposición de las víctimas y se están haciendo investigaciones internas, cosa que en España no se ha hecho. Aquí la Iglesia se ha blindado, no hablan y no dicen nada», denuncia.

El desamparo de las víctimas es una de las reclamaciones públicas que hace la víctima de IsidroLópez:«En ningún momento me he visto amparado por la Iglesia, no me han ofrecido ningún tipo de ayuda.Espero que los cambios que han empezado a gestarse dentro delEstado y de la Conferencia Episcopal ayuden a que llegue a buen puerto y a que otras personas no pasen por lo que hemos pasado nosotros», desea Javier Paz, que descarta, como justificó la Iglesia para archivar su caso, que el dinero sea un hilo que le mueva: «No hay dinero que pague una vida destrozada.Tengo 46 años, sufrí abusos desde los diez años y a día de hoy necesito terapia, tengo secuelas psicológicas y físicas. No hay día que no tengas pesadillas», relata.

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