La pobreza vuelve a niveles anteriores a la crisis

Viven en estado de alerta. Un contratiempo, un mínimo gasto extra, puede hacer estallar su ya de por sí maltratada economía doméstica. 447.135 castellanos y leoneses viven al filo. Son los ciudadanos que se encontraban en 2017, a ojos estadísticos, en situación de riesgo de pobreza o de exclusión social.

Aunque no sirva de consuelo para ese 18,4% de la población de Castilla y León a los que encender la calefacción, llenar la despensa de carne o pescado, pagar la hipoteca... les suponga un sobreesfuerzo, lo cierto es que los fríos datos arrojan una conclusión: la pobreza se está contrayendo en Castilla y León, al menos a grandes rasgos, y lo hace de forma más palpable que a nivel nacional.

Tanto es así que la pobreza y exclusión se sitúan en la Comunidad en niveles inferiores a la etapa precrisis. En números absolutos son 100.134 personas menos que en 2008 las que se encontraban el pasado año en las puertas del riesgo de pobreza o exclusión social (tasa Arope). En términos relativos, supone una disminución del 18,2% en los últimos nueve años.

Según el octavo informe anual sobre el riesgo de pobreza y exclusión, realizado por EAPN España, mucho más pronunciado ha sido el descenso si nos fijamos en el año 2014 cuando las cifras se tiñeron de un triste récord, al llegar a contabilizar a 651.140 castellanos y leoneses al borde de la pobreza y exclusión (el 26,1% del censo global). Desde entonces, la cifra ha caído durante tres años de forma consecutiva.

Descendió «con gran intensidad» entre 2016 a 2017. La tasa Arope disminuyó en un 21%, lo que significa que 120.689 salieron de esa delicada situación económica y social. Se trata, como remarcó ayer la consejera de Familia, Alicia García, «del retroceso más elevado de toda España» en el último año.

En base a estos datos estadísticos, se podría decir que la recuperación económica llega con mayor claridad a los castellanos y leoneses en masculino que a las castellanas y leonesas. Por primera vez en los últimos cinco años, la tasa femenina supera, en 1,3 puntos, a la masculina.

Y, además, llega con más intensidad a Castilla y León que al conjunto de españoles. Castilla y León presenta ocho puntos porcentuales menos de tasa de pobreza y riesgo que España (18,4% frente al 26,6% nacional), siendo ésta la mayor diferencia de toda la serie cronológica.

Al contrario de Castilla y León, el conjunto del país aún no ha conseguido situarse en niveles previos al estallido de la crisis económica. Todavía le restan ‘borrar’ del listado de pobreza a 1,4 millones de españoles para conseguir la marca anterior a 2008. Con todo ello, la Comunidad se sitúa como la sexta autonomía con menor número de habitantes en riesgo de pobreza o de exclusión social.

RIESGO DE POBREZA.

El informe de EAPN también se detiene a evaluar cuál es la población en riesgo de pobreza, entendida ésta como el porcentaje de personas que vive en hogares cuya renta disponible (tras impuestos y otras deducciones) es inferior a 8.522 euros, a razón de 710 euros mensuales. En esta situación se encontraba al cierre de 2017 un total de 373.144 castellanos y leoneses, o lo que es lo mismo el 15,4% de la población.

Tercer descenso consecutivo. Son 60.000 personas menos en riesgo de pobreza que hace un año y 74.389 menos que los que se estimaban en 2008. De nuevo, las cifras vuelven a registros anteriores a la crisis. Castilla y León es así una de las seis únicas regiones que ha conseguido reducir su pobreza por debajo de la registrada en 2008, cuando se situó en el 17,5%. Su comportamiento vuelve a diferir con lo que ocurre en España, donde su tasa continúa lejos de la anotada hace nueve años.

TASA DE POBREZA SEVERA.

Pese a estos buenos resultados, el informe detecta que «la reducción de la pobreza no existió para el grupo más desfavorecido», es decir para aquellos que ingresan menos de 355 euros mensuales por unidad de consumo. En Castilla y León, 96.000 personas sufren pobreza severa. Prueba de ello es que esa tasa de pobreza severa en Castilla y León fue del 4%, seis décimas más que un año antes y un 50% más elevada que la registrada en 2008. Aún así, esa tasa continúa 2,9 puntos por debajo de la anotada en España.

HOGARES CON POCO EMPLEO.

Otro de los indicadores del informe apunta a las personas que viven en hogares con baja intensidad de empleo. 154.238 personas (el 9.2% de la población de Castilla y León) saben bien qué significa. Aunque la cifra se ha recortado en 86.624 personas en un año, la Comunidad ha sumado a sus estadísticas a más de 50.000 personas residiendo en hogares con poco trabajo o escasos ingresos. El 9,2% actual nada tiene que ver con el 5,5% que se veía en 2008.

CARENCIA MATERIAL SEVERA.

Pero si hay un indicador que mide la pobreza en su peor expresión, ese es el de la carencia material severa. La cifra se ha recortado a la mitad en un año, pasando de afectar al 2% de los castellanos y leoneses en 2016 a hacerlo al 1%. En números redondos: 25.319 castellanos y leoneses. Sólo Aragón y Navarra presentan un menor índice. Sin embargo, en este caso la Comunidad aún no ha conseguido, por 5.000 personas, rebajar su nivel a los de antes de la crisis.

La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Alicía García, señaló en declaraciones recogidas por Ical que «Castilla y León es la Comunidad en la que más desciende la tasa Arope de toda España respecto a 2016, ya que se redujo 4,8 puntos porcentuales: en 2016 estaba en el 23,2 y se ha reducido hasta el 18,4 actual, un 20,7 por ciento menos».

«Si analizamos –continuó– el periodo 2008-2017 también desciende la tasa, muy por encima de lo que sucede en España, situándose la región en una situación precrisis en cuanto a la tasa Arope».