El teletrabajo gana peso en la región

«El aumento del uso de las tecnologías digitales, como los teléfonos inteligentes, las tabletas y las computadoras personales para trabajar desde casa o en cualquier lugar, está transformando rápidamente el modelo de trabajo tradicional. Puede mejorar el equilibrio entre la vida laboral y personal, reducir el tiempo de desplazamiento al lugar de trabajo y aumentar la productividad, pero también puede dar lugar a jornadas laborales más largas, mayor intensidad de trabajo e interferencia entre el trabajo y el hogar». Lo dice la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un reciente informe, sobre un fenómeno que ha penetrado con fuerza en Castilla y León y ‘amenaza’ con quedarse e incluso ampliarse.

Casi el 8% de los ocupados de la Comunidad utiliza al menos ocasionalmente esta fórmula para trabajar. Castilla y León es la cuarta comunidad donde el teletrabajo tiene más fuerza. Son 76.500, según un informe de Adecco y en solo un año ha ganado nueve décimas de cuota y ha escalado del sexto al cuarto lugar.

Nada menos que el 51% de los empleos creados en los últimos dos años incluye algún grado de teletrabajo: «12.600 nuevos teletrabajadores frente a 12.200 contrataciones convencionales».

Esta nueva fórmula laboral, que ofrecería grandes ventajas a las zonas rurales si recibieran un internet de calidad, viene creciendo desde 2006, si bien en el bienio 2014-2015, primera etapa de la recuperación macroeconómica, su número disminuyó. «Esto llevó a pensar que el espacio ganado por el trabajo desde el hogar durante la crisis había sido más una medida de reducción de costes que un síntoma de un cambio organizativo en las empresas». Sobre todo, porque implicaba menos costes de electricidad y teléfono y ahorraba gastos de transportes. Pero desde 2016 volvió a crecer y lo hizo con más fuerza en 2017, «lo que permitió llegar a la actualidad con la mayor penetración histórica de esta modalidad».

El informe de Adecco sobre Oportunidades y Satisfacción en el Empleo ofrece una radiografía diversa sobre algunos aspectos de la calidad del empleo y de la vulnerabilidad del parado:

ESTUDIAR Y TRABAJAR

El 11% de los ocupados españoles estudian y trabajan. Castilla y León no se distingue por esta duplicidad como son los casos de Murcia, Aragón o Navarra. En la Comunidad apenas lo hace el 9,9% de los ocupados, dos décimas más que hace un año. Se trata de un incremento menor al nacional, donde avanzó en cuatro décimas. Sólo Extremadura, Cataluña, La Rioja yBaleares presentan menos porcentaje de compatibilidad.

PARADOS DE LARGA DURACIÓN

Castilla y León tiene 48.800 personas que llevan dos años o más buscando empleo. Representan el 36,7% de los desempleados. En el último año han disminuido en 2,2 puntos, menos de la mitad que en el conjunto del país (4,7). No obstante es la cifra más baja desde junio de 2011 y menos de la mitad de la que se registraba a final de 2014. Siete comunidades superan el porcentaje de la región y nueve están por debajo. Hay que tener en cuenta que Castilla y León registra una tasa de paro inferior a la media (13,2% frente al 16,2%) y que la Comunidad líder en paro, Extremadura, casi duplica la regional (24,9%).

PRESTACIONES

Sólo el 57,5% de los parados de la Comunidad cobra prestación por desempleo. «La reducción del paro de larga duración está vinculada con el aumento de la proporción de parados que cobra dicha prestación», señala Adecco. Castilla y León está ahora casi en la media nacional, ya que está recuperando posiciones, pues en junio de 2015 solo la cobraba el 47,5% de los parados.

ACCIDENTES

La siniestralidad laboral crece en la Comunidad, pero Castilla y León es la cuarta autonomía con menos accidentes por cada 10.000 ocupados: 62,5. Sólo Madrid, Valencia y Cantabria mejoran las cifras de la Comunidad, mientras que Baleares es la región con mayor siniestralidad.

REPUNTE DE LAS HUELGAS

Tercera autonomía menos conflictiva. Castilla y León se mantiene entre las comunidades autónomas con menor conflictividad. Con menos de ocho huelgas por cada 100.000 empresas, sólo registran un indicador menor Castilla-La Mancha (6,8) y Andalucía (7,1). Sin embargo, en el último año las huelgas han aumentado un 31,1%, el mayor porcentaje de España. Este repunte le ha hecho perder la segunda plaza. Cuestión distintas es el número de participantes en huelgas, que en España ha aumentado un 117% y en Castilla y León casi se multiplican por cuatro.