Oblanca prevé crear cien empleos nuevos e invertir 12 millones de euros

El Grupo Oblanca cumplió ayer medio siglo de vida y para celebrarlo reunió en la capital leonesa a una nutrida representación de todos los ámbitos sociales, entre los que no faltó la consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, quien puso a la compañía dedicada a la producción de carne de ave como ejemplo de apuesta «por el empleo, la calidad y el medio rural» y recordó que Oblanca se ha propuesto como objetivo crear cien puestos de trabajo más en la provincia de León.

«Es un placer y un orgullo para Castilla y León contar con una empresa con ese compromiso con León y con la Comunidad», manifestó antes de destacar que en todo el proceso de elaboración, el entramado de Oblanca garantiza tanto la trazabilidad como la sanidad de sus productos, además de mantener un compromiso con el medio ambiente.

«El compromiso de Oblanca es máximo con el medioambiente y el medio rural. Han apostado por la calidad y por la generación del valor añadido», añadió.

Marcos recordó que el Grupo Oblanca suma casi 650 empleos, de los que 350 son directos, en todas las fases de la cadena productiva y que factura cerca de 70 millones al año, además de presentar un potencial de crecimiento con inversiones superiores a los 12 millones y plantear llegar a incrementar en un centenar los empleos que genera actualmente en toda la comunidad autónoma, según informa Ical.

«Hemos visto como este año las exportaciones de Castilla y León han crecido por encima de la media nacional en el ámbito de la industria agroalimentaria», aseguró Marcos.

La consejera, por último, felicitó que en el último año se hayan multiplicado los datos tanto de la incorporación de jóvenes como del número de exportaciones de empresas leonesas del sector de la agroalimentación y lo calificó como «sector de futuro» para los jóvenes que quieran incorporarse a la compañia agroalimentaria.

El consejero delegado y presidente del Grupo Oblanca, Javier Álvarez Oblanca, recordó que la compañía es el resultado de un proyecto iniciado hace 50 años por su padre y sus tíos «para ganarse la vida y mantener a sus familias y estamos orgullosos de lo que hemos hecho y del camino que hemos recorrido». Un camino que les lleva a contar en la actualidad con un centenar de explotaciones de granjeros repartidas por toda Castilla y León e importantes proyectos de futuro.

Además, señaló la «apuesta por León y el medio rural». Prueba de ello es que todo el proceso de producción, «desde la cría del pollo o las incuvadoras, hasta el envasado y la distribución, se realiza aquí». Autoridades y responsables de entidades públicas y privadas se sumaron a la fiesta organizada por Oblanca en el Palacio de Exposiciones de León, al que acudieron entre otros el alcalde Antonio Silván.

El evento contó un amplio programa que incluyó la presencia del monologuista Leo Harlem, un ‘show cooking’ experiencial a cargo de los chefs del restaurante Cocinandos, una charla de motivación, un homenaje a los trabajadores del Grupo y un catering y fiesta; todo ello amenizado por el maestro de ceremonias, Fede de Juan, que presentó los actos.

Oblanca ya llevaba preparando un plan de inversiones para aumentar su facturación un 45% en tres años. Se llamaba ‘Plan 100’ y pretendía dar impulso al silo robotizado y ampliar el matadero. La familia Oblanca pretendía invertir 12 millones de euros en una ampliación de las instalaciones.

La inversión en el silo implicará una mayor agilidad en la preparación de los productos para atender a los clientes en todas las rutas. La ampliación del matadero supondrá pasar de sacrificar los 6.000 pollos a la hora actuales a 9.000, un 50% más. La fábrica actual en su conjunto ocupa 15.000 metros cuadrados y la ampliación será de 6.000 metros.

Este impacto, además, afectaría a la facturación y al empleo. Grupo Oblanca preveía pasar de los 69 millones de ventas en 2017 a cien millones en 2020. La consecuencia era la creación de cien puestos nuevos de trabajo que se sumabana a los 550 actuales entre directos e indirectos. «Esas inversiones ya estarían en marcha si no fuera por el incendio desatado en 2016 en la incubadora de Alija del Infantado», precisaba el pasado mes de mayo Javier Álvarez Oblanca, consejero delegado del grupo.

El plan estratégico se marca el reto de la exportación. «No solo de pollo, que viaja mal porque el coste logístico se acaba comiendo el poco resultado que pueda haber», explica Óscar Oblanca. Su reto es abrir el mercado exterior a base de elaborados de pollo: pechugas cocinadas, albóndigas... «El camino que tiene hoy en día una industria de pollo es elaborar el producto. Lo pide el consumidor, que cada vez va menos a la tienda a comprar un pollo entero», precisa Javier Álvarez. Ambos hermanos tienen claro que los elaborados son «el futuro». La gente quiere llegar a casa y si puede no manchar ni el plato y que la comida vaya con un envase tan digno que puedas comer en él».

Oblanca buscaba con este plan ganar peso en el sector nacional. En ese momento estaba entre los doce primeros por facturación. En León, su sede, es de las grandes en volumen de negocio y por eso es su apuesta firme para ampliarse con el empleo.