UCCL lamenta el olvido de la remolacha en la reducción de los módulos fiscales

La Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) denunció ayer que la reducción de módulos fiscales para el periodo impositivo 2017, cuya corrección de errores se publicó hace unos días en el Boletín Oficial del Estado (BOE) se ha olvidado nuevamente de la remolacha azucarera, cuando sí tiene en cuenta otros cultivos como la alfalfa o el lúpulo, en el caso de la provincia de León, o el olivo en alguna comarca de Valladolid.

A juicio de la organización sindical agraria, la remolacha es «el gran olvidado» por la administración.

Desde la Unión de Campesinos no se entiende que la administración diga que el sector de la remolacha es «un sector clave y vital» para la economía de la Comunidad, algo que «no acaba plasmándose en la normativa y deja en evidencia las claras intenciones de la administración», señalaron a través de un comunicado recogido por Ical.

El año pasado los remolacheros vieron reducida su producción como consecuencia de la «extrema sequía» y las restricciones de agua provocaron que los cultivos «no completaran su ciclo y el rendimiento fuera inferior al esperado».

Por ello, la organización agraria solicitó que se revise nuevamente la orden por la que se reducen para el período impositivo 2017 los índices de rendimiento neto aplicables en el método de estimación objetiva del IRPF para las actividades agrícolas y ganaderas, para así incluir la remolacha azucarera entre los cultivos afectadas por diversas circunstancias excepcionales.

Regadíos

Por su parte, la consejera de Agricultura Milagros Marcos, consideró ayer que la constitución de 17 comunidades de regantes en menos de dos años supone «un gran paso» para la estrategia de regadíos en Castilla y León. A su juicio, la Comunidad se ha convertido en «un referente a nivel nacional» en inversiones en materia de regadíos, con 600 millones de euros presupuestados y la previsión de modernizar 40.000 hectáreas e incorporar 20.000 nuevas hectáreas de regadío.

Así lo declaró en los instantes previos a la inauguración del XXXVI Congreso Nacional de Regadíos que se celebró en Valladolid. Según la consejera, las actuaciones que se están acometiendo están «absolutamente planificadas» en el mapa de infraestructuras agrarias de Castilla y León, aunque sobre todo puso de relieve la constitución de esta casi veintena de nuevas comunidades de regantes que han dado el paso para solicitar la modernización de regadío, algo que atribuyó al trabajo diario que se ha venido acometiendo bajo la planificación regional, donde «por primera vez se ha contado con indicadores claros y contundentes» sobre los ahorros que supone la modernización de regadíos.

Marcos recordó que esta modernización constituye un ahorro de agua de hasta un 20 o un 25%; una reducción de entre un 30 y un 35% en el uso de determinados productos que supone menor contaminación y también mayor ahorro para los agricultores y ganaderos; ahorro y eficiencia en la producción, que permite la multiplicación hasta por tres de la producción respecto a las hectáreas que no tienen el regadío controlado.

Esto también permite, según recalcó la consejera, la diversificación de los cultivos, y todo ello favorece la incorporación de hasta un 80% de jóvenes más y haya un 40% más de población en aquellas zonas modernizadas. «Actividad económica, ahorro, competitividad, diversificación de los cultivos, mayor población donde el regadío está modernizado», recordó la consejera, quien explicó que de todos estos aspectos procede el compromiso de la Junta con estas infraestructuras.

Por su parte, el presidente de Ferduero, Ángel Quintanilla, se felicitó también por que 17 nuevas peticiones de comunidades de regantes hayan pasado su tramitación estatutaria para solicitar la modernización, algo que se desarrolla en «total sintonía» con la Junta para la modernización de «todo lo que podamos» y en un plazo «lo más breve posible». Sin embargo, apuntó a la falta de financiación como la principal dificultad que tienen las comunidadesd e regantes.

Asimismo, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero, Juan Ignacio Diego, consideró que «no tiene mucho sentido» pensar en un regadío no modernizado, y confió en el «impulso» de esta técnica «en sintonía» con los interes de las Comunidades y, en concreto, de Castilla y León porque «ha apostado fuertemente por esta línea política» que estimó que tendrá que mantener el nuevo Gobierno.