Diario de Valladolid

Marcelo y el negocio de los cuatro cuñados

Los maridos de las cuatro hijas del fundador iniciaron la actividad avícola en la década de los sesenta cuando el pollo era una comida de lujo / De San Andrés del Rabanedo dieron el salto a Onzonilla

Uno de los fundadores de Oblanca con los pollitos en los inicios de la compañía.-E.M.

Uno de los fundadores de Oblanca con los pollitos en los inicios de la compañía.-E.M.

Publicado por
J.L.F. / VALLADOLID
Valladolid

Creado:

Actualizado:

«Oye Marcelo, guárdame 22 pollos para mí, que soy el primero; no vaya a haber otro y me lo pise». Los hermanos Javier y Óscar recuerdan ver a su padre afanarse para conseguir lo que en la década de los sesenta «era una comida de lujo destinada al domingo». El abuelo Marcelo, considerado el fundador de Oblanca, había sido el impulsor de la idea. En aquel momento no se había desarrollado la industria avícola, «no había granjas de pollos como ahora» y los carniceros lo empezaban a demandar.

La familia Oblanca procedía del campo. «En las reuniones familiares empezó a surgir la idea, motivada por mi abuelo», cuenta Javier. Los cuatro yernos de Marcelo, los maridos de las cuatro hijas, se sumaron a la idea y constituyeron la sociedad. Empezaron con pollos, gallinas y cerdos en la zona de san Andrés del Rabanedo, cerca de Villabalter. «Se arruinaron dos o tres veces antes de que las cosas fuera bien», hasta que «dieron con el camino en la industria del pollo». El primer matadero en 1975 marcó un hito en la industrialización de la actividad. De San Andrés dieron el salto a Onzonilla. Corría el año 2007.

tracking