«Sólo bajando los precios no se llenarán los polígonos»

La burbuja estalló en el suelo y la crisis económica se encargó de ocupar una destacada parcela en los polígonos industriales de Castilla y León. A medida que ésta aceleraba el paso, se hacía más evidente que aquella antaña voracidad de las distintas administraciones por fabricar suelo industrial no se ajustaba a la ley de la oferta y la demanda. Aún una sucesión de farolas apagadas, de viales desocupados, de naves sin dueño, emergen donde debería haber vida industrial.

Sin empresas ni actividad económica que justificara la cuantía de tanta inversión, es momento de soltar lastre. La respuesta de la Junta llegó hace dos años en forma de importantes descuentos sobre el precio de las parcelas. Sin embargo, el presidente de la Federación de Polígonos Industriales de Castilla y León (Fepecyl), Antonio Rodríguez, se muestra muy crítico y sentencia: «sólo bajando los precios no se llenarán los vacíos».

Y no lo harán porque, a su juicio, «muchos de ellos están abandonados, no tienen vida de ninguna clase y no ofrecen llave en mano». «Mucho del terreno que vende la Junta carece de servicios mínimos y, sin ellos, de poco vale que te dejen el terreno barato», sostiene Rodríguez, para quien esos incentivos resultan ser un «caramelo envenenado» cuando después el empresario interesado en instalarse en un polígono concreto debe «gastarse gran cantidad de dinero en licencias, en meter el agua, la luz, colocar el transformador, acondicionar los viales de acceso... y todo lo que conlleva no tener el terreno preparado». En esos casos, «no es cuestión de que te dejen el suelo a 30 euros», apostilla.

Además de dotar a esas áreas de los servicios auxiliares, el presidente de la federación propone que esos polígonos «se especialicen» en algún sector. Y paralelamente reclama facilidades de financiación, como el pago en diferido, o facilidades en el pago de las licencias.

«Hay mil soluciones», señala Rodríguez, para acabar con ese «superávit de polígonos existente en Castilla y León» al que se ha llegado después de que las administraciones «construyeran polígonos como frontones». «Fue una moda».

Si «poco» ha cambiado la situación de los polígonos propiedad de la Junta de Castilla y León en estos dos últimos años, menos aún en los que gestiona el Sepes, dependiente del Ministerio de Fomento, que «ni siquiera ha bajado los precios», ni mucho menos en las áreas industriales dependientes de las corporaciones locales. Y mientras, «los particulares están vendiendo a lo que pueden», apostilla.