Diario de Valladolid
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Redacción de Valladolid
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La irrelevancia del menú parlamentario, así como su manejo recurrente de los asuntos cuando ya están revenidos y a punto de tufo, convierte el estupor de la expectativa en mera mueca, sin atisbo siquiera de aspaviento. Si en el pleno anterior encajamos el anuncio de cierre de Siemens Gamesa en Miranda de Ebro, ayer se ofició la clausura de Isowat Made en Medina del Campo. Dos fábricas que se deslocalizan, a pesar de que sus productos (las palas eólicas y las torres eléctricas y herrajes de catenaria para la alta velocidad) tienen la demanda más intensa en nuestra Comunidad. Así que algo debemos de estar haciendo francamente mal, para no evitar estas deserciones continuadas.

Desde luego, en el caso inesperado de Siemens, que abandona una zona de Castilla y León industrialmente machacada por la clausura de Garoña y bloqueada por su cercanía al País Vasco, cuyas regalías no admiten competencia, se echa en falta una mayor diligencia por parte del Instituto para la competitividad empresarial de Castilla y León, que es el nuevo nombre grandilocuente para la incompetencia que antes albergaba la Agencia de desarrollo económico ubicada en el edificio de la Perla Negra. Porque la razón empresarial que justifica esta deslocalización es que la fábrica de Miranda de Ebro manufactura unas palas eólicas canijas que dejaron de tener demanda.

Y para fabricar las nuevas de dimensiones gigantescas, optan por trasladar la producción al norte de África, donde los costes son significativamente más bajos. Entrando en esa lógica, difícilmente rebatible, lo que cuesta entender es que nuestro fastuoso Instituto para la competitividad empresarial no hubiera testado a tiempo que las palas eólicas fabricadas en Miranda ya no se llevan. Porque quiero suponer que esa es la dedicación esencial y prioritaria del organismo heredero de las anteriores camandulerías, que actualmente hacen ruido por los juzgados. Y si así no fuera, que les cambien de nuevo el nombre, para evitar engaños y no engatusar a incautos.

Pero estos modificados tampoco figuran en el menú parlamentario y quizá ni siquiera inquietan a la nutrida procuraduría. Otros asuntos genéricos de relleno les ocupan y distraen de su labor legislativa: las sacas, tientos y sugerencias de Rajoy con las pensiones públicas (el socialista Tudanca); el maltrato al empleo femenino en Castilla y León (Pablo Fernández Santos, de Podemos); el ofrecimiento de rescate de la Ordenación del Territorio (Luis Fuentes, de Ciudadanos); y las medidas para afrontar los cierres y deslocalizaciones de empresas (José Sarrión, de Izquierda Unida).

Con este frontal de cuestiones dirigidas al «todavía presidente Herrera»(Pablo Fernández dixit), quien conserva incólumes la destreza y el ingenio para la lid parlamentaria, las preguntas a los consejeros giraron entre el enunciado pomposo, el desenfoque competencial, el menudeo insustancial y las reiteraciones. El resto del menú se nutre de rebotes de pasados plenos, entre los que destacan los requerimientos de transparencia de Podemos para las solicitudes y ayudas de la Lanzadera Financiera.

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