Las empresas siguen ‘adelgazando’ su capacidad de venta en el exterior

Las empresas castellanas y leonesas ‘exprimieron’ al máximo durante cuatro años el ‘jugoso’ negocio de vender en el exterior. Fueron cuatro años de récords absolutos, pulverizados estadística tras estadística. Pero parece que ya no hay más jugo que exprimir. Han llegado quizás a su tope. Y es que, desde que arrancó 2017, las empresas de la Comunidad, en su conjunto, no han hecho más que disminuir su capacidad exportadora.

Según los datos difundidos ayer por el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, Castilla y León vendió fuera de España mercancía por valor de 10.226,2 millones de euros. Esta cifra supone un retroceso del 5,6% sobre lo registrado en el mismo periodo de 2016.

La caída podría haber sido incluso más elevada de no ser porque agosto dio un mínimo respiro a las empresas castellanas y leonesas. En ese mes, las exportaciones se elevaron, aunque sólo un 2%, quedándose en 732 millones de euros.

La dependencia de Castilla y León del sector del automóvil es tal que una caída en sus ventas en el extranjero repercute inmediatamente en el conjunto de las exportaciones. Ese ha sido el caso de los primeros ocho meses del año. Cayeron un 3,4% las ventas en el sector sobre el que pivota gran parte de la economía castellana y leonesa y, como si de un juego de naipes de tratara, el conjunto de las exportaciones se resintieron.

A todo ello contribuyó también la caída de las exportaciones de productos químicos, con una bajada del 15%. Ni siquiera el aumento de prácticamente el 6% en productos de alimentación sirvió para compensar el balance.

Francia continúa siendo el país al que miran los empresarios castellanos y leoneses cuando quieren poner en circulación sus productos, si bien en esta ocasión las relaciones comerciales se enfriaron, con una merma del 6,2%.

La realidad que vivió la Comunidad hasta agosto chocó de lleno con los datos registrados a nivel nacional. Hasta un 9,1% se incrementó el volumen de exportaciones en España. Eso hizo que Castilla y León se convirtiera, por detrás tan sólo de Navarra, en la Comunidad con peores resultados de todo el país.

No ha perdido aún la séptima posición de España en volumen absoluto de ventas, pero sí ha adelgazado en peso relativo. Si Castilla y León se llevaba a finales del pasado año el 6,4% de la tarta de España, a finales de agosto tan sólo era ya del 5,6%.

Cinco provincias castellanas y leonesas vieron recortado su poder de compra. Pero si hay una que destaca sobre todas ésta es Ávila. No sólo fue la que anotó mayor caída relativa de Castilla y León (un 24,4%), sino de toda España. Del mismo modo aminoraron sus ventas en el extranjero Burgos, Salamanca, Palencia y Segovia.

Por contra, Zamora asistió a un repunte notable de sus ventas, incrementándolas en un 23,1% en los ocho primeros meses del año. Lo mismo que sucedió en Soria. En este caso crecieron en casi un 10%. Valladolid y León podría decirse que congelaron sus exportaciones, ya que sus crecimientos no superaron el 0,3%.

El otro extremo de la balanza, las importaciones, apuntó un incremento del 8,1%, situándose en los 8.852,8 millones de euros de enero a agosto, llevado sobre todo por el auge en las compras de bienes de equipo, que subieron por encima del 32%. El aumento en las importaciones de empresas de Castilla y León fue algo tres puntos inferior al vivido en España.

La provincia de León marcó el crecimiento máximo del país. Sus importaciones rebasaron el 82% sobre los datos recogidos el año pasado. Salamanca y Segovia, en cambio, fueron las únicas de la Comunidad que aminoraron sus compras en el extranjero.

Con todas estas cifras, Castilla y León obtuvo un superávit comercial hasta agosto de 1.373 millones de euros, en base a la información del Ministerio, un 43% menos que el obtenido en el mismo periodo de 2016.