Diario de Valladolid

La oposición achaca el «caos» por la gripe a la falta de personal sanitario

El consejero de Sanidad niega un colapso de las urgencias y defiende que la respuesta a la epidemia fue «razonable» y estaba prevista en los planes

El consejero de Sanidad, Antonio María Saéz Aguado, saluda a la procuradora ‘popular’ Rosa Valdeón.-ICAL

El consejero de Sanidad, Antonio María Saéz Aguado, saluda a la procuradora ‘popular’ Rosa Valdeón.-ICAL

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Aitor Ferrero

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La gripe llegó ayer a las Cortes. Pero no se manifestó en fiebre y congestiones, sino en una comisión de Sanidad en la que, a petición de los socialistas, el consejero del área, Antonio María Sáez Aguado, compareció para explicar la actuación del sistema castellano y leonés de salud frente a la epidemia de gripe y el brote de bronquiolitis que tuvieron lugar en la Comunidad durante el periodo navideño.

En la reunión –que pronto derivó en un cruce de acusaciones políticas–, el consejero defendió que que la respuesta dada fue «razonable» y que los hospitales contaban con planes de actuación progresiva que se aplicaron cuando los enfermos de gripe empezaron a llenar las salas de espera y, si bien reconoció que, en esta ocasión, la epidemia se ha adelantado a las previsiones, remarcó que no se trataba de una situación «especialmente distinta a la de otros años». Saéz Aguado respaldó su postura con números y explicó que, cuando la gripe superó el umbral epidémico –fijado en 50 casos por cada 100.000 habitantes– en la semana del 19 al 25 de diciembre, los hospitales pusieron en servicio 280 camas adicionales que, en las dos primeras semanas de enero, se incrementaron hasta las 345, mientras que el personal se aumentó hasta los 232 efectivos.

Estas cifras no convencieron a los grupos de la oposición, que, con distintos matices, establecieron un frente común bajo la máxima de que el «colapso» de las urgencias –palabra que se repitió varias veces en cada intervención– fue un problema «estructural» derivado de la falta de personal y el cierre de camas.

Así lo expresó la portavoz socialista, María Mercedes Martín, que acusó al consejero de hacer una «interpretación idílica» de la realidad y de «poner parches» temporales incapaces de solucionar una situación «alarmante» y «escandalosa». En una intervención tibia, la procuradora socialista atacó a los gestores de los hospitales, a los que culpó de anteponer la economía y el ahorro a la salud de los pacientes siguiendo una «política de asfixia», denuncia que el consejero de Sanidad replicó esgrimiendo que, entre 2010 y 2016, el personal sanitario de la Comunidad sólo ha disminuido un 0,3%, una contestación que, acompañada de una broma referente a una declaración de Martín, irritó a la portavoz.

El procurador de Izquierda Unida, José Sarrión, optó por denunciar la situación del hospital de Salamanca –sobre cuyas movilizaciones dijo que «expresan un cabreo»– y falta de recursos dedicados a la sanidad en el mundo rural, una crítica que también realizó el portavoz de Ciudadanos, Manuel Mitadiel, quien reprochó al consejero «tener una visión de la realidad desde un despacho» y le aconsejó «autocrítica». Si bien Saéz Aguado refutó ambas acusaciones, la actitud frente a los procuradores de IU y C’s fue más sosegada –habló de la «sensatez» del discurso de Sarrión– que la tomada con el PSOE y, sobre todo, con Podemos, cuya portavoz, Isabel Muñoz, clamó también contra los gestores, a lso que acusó de «decir lo que quiere escuchar la Junta» y afirmó que hay casos de profesionales sanitarios que han recibido amenazas por denunciar su situación, un extremo que Sáez Aguado respondió que «no era de recibo» y le pidó que lo retirase.

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