El CSN allana el camino a la reapertura de la central de Garoña

El Pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) dio ayer su visto bueno a varias de las actuaciones incluidas dentro del proceso de evaluación de la renovación de la autorización de explotación de la central nuclear de Santa María de Garoña. Modificaciones que como explicaron desde el organismo a través de un comunicado, estaban recogidas en la Instrucción Técnica Complementaria (ITC) emitida por el organismo regulador en su sesión del 30 de julio de 2014.

En concreto, el CSN aprobó la revisión de las especificaciones técnicas de funcionamiento mejoradas, la modificación de diseño sobre la independencia y separación física de circuitos y sistemas eléctricos de la división eléctrica B, mejoras del aislamiento de la contención primaria y la modificación de diseño sobre la protección de equipos relacionados con la seguridad frente a la caída de la cubierta del edificio de turbina tras un incendio.

Asimismo, el Pleno del CSN aceptó también favorablemente, y por unanimidad, la modificación de los requisitos de operación del edificio de almacenamiento de material usado, en el que se realizan actividades de reacondicionamiento de residuos radiactivos de media y baja actividad.

Todas ellas actuaciones previstas en la guía de evaluación preparada por el cuerpo técnico para la evaluación y emisión del informe solicitado por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, cuya remisión al Gobierno se prevé para el segundo semestre del presente año.

Para el nuevo gobierno

Es decir, no será el gobierno del popular Mariano Rajoy, actualmente en funciones, quien decidirá al respecto sino aquél surgido ya sea del logro de acuerdos entre los diferentes grupos políticos o de nuevos comicios electorales.

De forma paralela a la celebración del Pleno del CSN, la central burgalesa protagonizó también el tenso debate de la sesión en la mañana de ayer en las Cortes regionales, donde el grupo Popular dejó en manos del CSN la decisión de reabrir Garoña, y votó en contra de la proposición no de ley formulada por Podemos.

Iniciativa en la que planteó el cierre definitivo y ordenado de la central burgalesa, y que se encontró con la abstención de Ciudadanos (C’s) y con el voto a favor tanto del PSOE como de Izquierda Unida (IU).

Así, el burgalés Félix Díez fue el encargado de defender la proposición desde la formación morada, que también negaba compensaciones económicas a la propietaria, Nuclenor, a la vez que pedía «reactivar de forma inmediata el Plan Reindus», así como un nuevo plan de industrialización para el entorno de Las Merindades.

Podemos aceptó además, la enmienda presentada por los socialistas para que los representantes del CSN informaran en las Cortes de la seguridad de la central.

Argumentos de Díez que toparon de frente con los defendidos por la también burgalesa Irene Cortés. La representante popular, sin embargo, argumentó que «si cumple las medidas de seguridad, Garoña ha de seguir abierta, algo que debe determinar el CSN», remarcó. Organismo cuya imparcialidad también fue cuestionada por contar con mayoría del PP entre sus cinco consejeros.

Por su parte, Ciudadanos justificó su abstención por su incomodidad en «debates frentistas que anteponen las posturas políticas a las técnicas», argumentó en nombre de Ciudadanos, David Castaños.

Incertidumbre

Tras conocerse la postura adoptada en la tarde de ayer por el organismo de seguridad nuclear, muchas fueron las reacciones de los diferentes partidos políticos y agrupaciones ecologistas, principalmente. Todos pendientes de dicha decisión tras posponer el CSN su reunión plenaria prevista para finales de enero, hasta ayer día 3.

Semanas en las que se ha contemplado la posible reapertura y con ello un escenario en el que el funcionamiento de la central se alargaría durante 60 años, es decir se prolongaría dos décadas más la fecha límite para la que fue concebida en su origen.

Pero también se reclamaba prudencia al CSN, al considerar desde algunos partidos que «éste no es el momento de que el CSN apruebe una licencia de reapertura, puesto que un informe positivo daría herramientas a Nuclenor para reclamar el lucro cesante por el cierre», advertían.

La central nuclear de Santa María de Garoña se encuentra en situación de cese definitivo de explotación. Su titular, Nuclenor -participada al 50% por Iberdrola y Endesa-, presentó en 2014 una solicitud de renovación de autorización de explotación al Ministerio de Industria, Energía y Turismo (Minetur). Ésta fue posteriormente remitida al Consejo de Seguridad Nuclear para su correspondiente evaluación, conforme a los procedimientos vigentes en la regulación nuclear.