Diario de Valladolid

PLENO EN LAS CORTES

El PP deja la reapertura de Garoña, que rechazan Podemos, PSOE e IU, a la decisión del CSN

Irene Cortés alega el empleo y la seguridad, mientras que Félix Díez, Virginia Jiménez y José Sarrión dudan de que sea segura

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ICAL

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El Grupo Popular vinculó, de nuevo, la reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña a los informes técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y rechazó su cierre en base a “un capricho” de los partidos de izquierda, que defendieron que la planta no siga operativa por entender que está “obsoleta” y no es segura para los vecinos de la zona de Las Merindades.

La procuradora del PP Irene Cortés antepuso criterios técnicos, los 1.600 empleos directos e indirectos en la zona y el mantenimiento de la población como argumentos para explicar el voto en contra de su grupo en el pleno de las Cortes a la iniciativa de Podemos, apoyada por PSOE e IU, mientras que Ciudadanos se abstuvo.

Irene Cortés (PP) y Félix Díez (Podemos), ambos procuradores por Burgos y vecinos de Miranda de Ebro y de Medina de Pomar, cruzaron duros argumentos, ya que el segundo acusó a los populares de “retorcer” los trámites para acordar la reapertura antes de abandonar el Gobierno, así como de ser “mayordomos” de las eléctricas y “engordar sus bolsillos”, por lo que la presidenta de las Cortes le pidió que moderara sus acusaciones.

Díez rechazó que sean 1.600 los empleos que se puedan perder, que cifró en 1.000 en los momentos de mayor actividad, mientras que Cortés afirmó, en la comparación con el accidente de la japonesa de Fukushima, que en Burgos es difícil que ocurra un maremoto y que su cierre no librará de accidentes al existir nucleares en Francia.

La popular insistió en que su cierre aumentará la despoblación de la comarca, algunos de cuyos vecinos, entre ellos el alcalde de Villarcayo, Miguel de Lucio, siguieron el debate desde la tribuna de invitados, junto a la defensa de los puestos de trabajo.  

En la presentación de la propuesta, Félix Díez reclamó el cierre definitivo de la central nuclear de Santa María de Garoña por entender que presenta déficits de seguridad y ello supone un riesgo para la población de la zona. Además, tras recordar que está paralizada desde diciembre de 2012 y que su reactor es gemelo del de Fukushima, solicitó compensaciones para la empresa Nuclenor y reactivar el plan Reinbus.

En la misma línea, se manifestó la socialista Virginia Jiménez, que recordó que el Gobierno de Zapatero se decantó por su cierre, que también reclamó reactivar el plan Reinbus, pero matizó, a través de una enmienda, que la decisión de reapertura se posponga hasta la formación del nuevo Gobierno y que el presidente del CSN comparezca en las Cortes para explicar la posición de este órgano.

También, José Sarrión (IU) expresó el rechazó absoluto de su formación a la reapertura de la planta atómica burgalesa, recordó los accidentes ocurridos en tres plantas con el mismo reactor que Garoña y subrayó los riesgos de seguridad, cuando el CSN planteó 150 millones de inversión para mantenerse operativa. “Es un absoluto suicidio para nuestro país mantener abierta Garoña”, enfatizó. “Garoña, ni de coña”, concluyó.

En nombre de Ciudadanos, David Castaños manifestó que su partido no se siente cómodo en “debates frentistas” que anteponen posiciones políticas a las técnicas y, tras anunciar su abstención, defendió que la decisión se adopte en función de lo que diga el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) y de una transición entre el paso de las energías sucias a las renovables con un plan energético nacional.

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