Nissan cifra en 147 los empleos que se destruirán

El presidente del comité de empresa de la planta de Nissan en Ávila, Iván Zazo, cifró en 147 los puestos de trabajo que la dirección plantea “destruir” en la fábrica abulense. Esto supondría casi la tercera parte de la plantilla actual, compuesta por 500 trabajadores.

Según precisó Zazo, de los 147, 50 serían despedidos puesto que la empresa considera que “no hacen falta” para cumplir con el volumen de producción que se prevé para los próximos dos años y que se sitúa en las 13.000 unidades anuales. Otros 80 serían despedidos para contratar “de una manera más barata y precaria” a otros tantos trabajadores de subcontratas. La cifra se completa con los 17 empleados que están pendientes de su reingreso desde 2010 y a los que se ofrece una recolocación en Barcelona.

En total “147 trabajadores saldrían de la plantilla actual”, manifestó el presidente del comité de empresa que tradujo así el Plan de competitividad anunciado por la compañía hace algunas semanas y en el que se planteaba un abaratamiento de los costes un 25% y un incremento de la flexibilidad un 20%. “Es un plan de recortes puro y duro, y además brutal”, denunció Zazo.

No obstante, el comité trasladó su voluntad de negociar, siempre y cuando la empresa retire los planes de destruir tal cantidad de puestos de trabajo. “Evidentemente no vamos a pasar por que haya destrucción de empleo”, advirtió. Si la dirección mantiene los términos de su propuesta se emprenderán “otras acciones” que Zazo no precisó.

La postura de la empresa, según explicó, es conseguir más flexibilidad para asumir fluctuaciones del mercado de hasta un 20% sobre las 13.000 unidades anuales, es decir, 2.600 anuales. Para ello, se plantean los citados despidos y, en el caso de que se necesite ampliar la jornada, recurrir a subcontrataciones. “Subcontratar de forma precaria y con una doble escala salarial, que también nos han planteado, para acometer esa diferencia en el volumen de producción”, indicó.

En realidad, los planes de la factoría pasan por subcontratar todos aquellos servicios que hasta ahora venía desarrollando la plantilla y que se alejan más de los procesos productivos, tales como movimiento de materiales (almacén), limpieza y tareas generales de mantenimiento.

En cuanto a la reducción de costes también se ha puesto sobre la mesa aumentar en cuatro días al año la jornada laboral y aumentar los ritmos de cadena, entre otros. En cualquier caso, se trata de planteamientos que se alejan del espíritu del convenio acordado en 2010. “Si el convenio de 2010 es un convenio de referencia no entendemos por qué nos vienen con estos recortes. Además, en su día les dimos una serie de condiciones laborales para que la empresa pudiera llenar de capacidad la planta”, recordó.

En tal sentido, advirtió del “excesivo optimismo” de la multinacional cuando se lanzó el nuevo vehículo que se produce en Ávila, el camión NT500 y que contrastó con unas previsiones “más realistas” del comité de empresa. Los representantes de los trabajadores avisaron de la necesidad de dotar a la planta de Ávila de una mayor carga de trabajo, puesto que el nuevo vehículo aún no tiene en el mercado la posición que se esperaba.

“Veíamos venir esto, pero pensábamos que la empresa asumiría sus compromisos y pondría trabajo encima de la mesa para no llevarnos a estos extremos”, lamentó Iván Zazo. A este respecto, apuntó que el posible traslado a Barcelona de los 17 trabajadores que esperan su reingreso supone otro incumplimiento de la factoría.