Ayuda emocional ‘en línea’ para los pueblos
El colectivo Tierra de Campos pone en marcha un teléfono de atención psicológica para atender a personas con depresión, miedo o angustia / En los tres primeros días han recibido una decena de llamadas / Habilitan también el servicio ‘Charlemos un rato’ para que gente que vive sola pueda hablar con alguien
La abrupta ruptura de la rutina a partir de la declaración del Estado de Alerta ha obligado a toda la población a reconstruir su día a día y a buscar alternativas para sobrellevar el confinamiento en casa, pero la nueva realidad está haciendo mella, sobre todo, en personas con problemas latentes, que necesitan ayuda para que los pensamientos negativos no se apoderen de su actitud a la hora de afrontar el aislamiento.
Una situación que se agrava en entornos rurales y que ha llevado al colectivo Tierra de Campos –con sede presencial en Medina de Rioseco y Peñafiel pero con cobertura en buena parte del territorio autonómico– a poner en marcha un servicio telefónico basado en dos líneas de actuación . La primera, destinada a facilitar conversación a quien necesite charlar un rato y la segunda, a prestar apoyo psicológico en la distancia.
«La mayoría de las personas que se han puesto en contacto con nosotros desde que comenzamos con la iniciativa –este mismo miércoles– ha estado previamente en tratamientos o terapias por crisis de angustia, depresiones crónicas o hipocondriasis y ahora están confusos, tristes o tienen miedo», explicó una de las tres psicólogas del equipo, Susana Pérez.
Algunos, detalla la especialista, «llevaban tiempo bien» pero el hecho de no poder salir y de romper hábitos –«ir a misa los domingos, quedar a tomar el vermú o echar la partida», apunta como ejemplos– les ha arrastrado a un «desorden de ideas» y su estado «se ha complicado».
Para aportarles herramientas que les motiven a levantarse, asearse y arreglarse a diario o les empujen a desempeñar, por ejemplo, actividades físicas, la terna de especialistas ha hecho una primera valoración a quienes han descolgado el teléfono en busca de auxilio emocional, a través de lo que denominan una «escucha activa».
«Es complicado actuar cuando no conoces a la persona con la que hablas y además, al ser por teléfono, se pierde mucha información relacionada con el lenguaje corporal, pero éste es un servicio gratuito y voluntario, y por eso creemos que lo que nos cuentan, es porque lo sienten», añadió Pérez para explicar cómo van configurando el historial de estos pacientes sentados al otro lado de la línea.
El perfil, según han comprobado en la decena de llamadas atendidas en los tres primeros días con el servicio activo (a través de los números 983 725 000 y 682 661 644 en horario de 10 a 14 horas y de 16.30 a 18.30), es de personas de entre 45 y 65 años, sobre todo féminas, pero con gratas excepciones.
«En el mundo rural las mujeres son más participativas», valoró Pérez, «pero el que hecho de que no sea presencial ha hecho que también haya hombres que han decidido romper la barrera. Y también nos ha sorprendido que tomara la iniciativa de coger el teléfono alguien de 92 años, porque forma parte de una generación educada en no expresar emociones».
A partir de una primera toma de contacto ‘virtual’ , el equipo de psicólogas organiza las siguientes llamadas en función de las necesidades de cada usuario, con un margen de tiempo personalizado para que se puedan adaptar. Siempre con el objetivo de «darles herramientas» –más que consejos, aclara la especialista del colectivo Tierra de Campos–. «Nosotros somos una linterna para alumbrar el camino, pero son las personas las que tienen que dar los pasos».
«No siempre se soluciona el problema, pero sí podemos ayudar a que sobrelleven la situación de otra manera, aportándoles estrategias para afrontar el miedo o la tristeza», añadió la coordinadora de este proyecto de ‘terapia en la distancia’, Ana Ayuso.
«La escucha activa como terapia les sirve de mucho, sin quitar importancia a lo que les está pasando », añadió Ayuso antes de aclarar que no sólo gente anónima ha contactado con el colectivo, sino que también ellos han «tomado la iniciativa» y han llamado a vecinos que saben que viven solos en los pueblos o pueden necesitar un desahogo, puesto que llevan casi treinta años recorriendo la geografía rural.
«Somos una entidad sin ánimo de lucro que trabaja desde hace 28 años con colectivos desfavorecidos, en riesgo de exclusión social », aclaró la presidenta de esta asociación, Mari Luz Gutiérrez, para enmarcar el trabajo de la veintena de personas que forman parte de un equipo con diversos perfiles profesionales, como pedagogos, economistas o informáticos, además de los psicólogos.
Gracias a la financiación pública, a través de ayudas europeas o de la Junta de Castilla y León, y a las procedentes de instituciones privadas, imparten en los pueblos cursos relacionados con la introducción y formación en nuevas tecnologías o con habilidades para la búsqueda del empleo –entre otras propuestas, expuso Gutiérrez–, destinadas a colectivos vulnerables, como inmigrantes o perceptores de Renta Garantizada.
Puesto que también el colectivo se ha visto obligado a hacer un alto en las actividades que estaban impartiendo, y con el objetivo de que los usuarios sigan activos y reciban atención a distancia, la presidenta de Tierra de Campos sostuvo que se están apoyando en aplicaciones como el WhatsApp para seguir en contacto y recomendarles ejercicios. «Les pedimos que escriban todos los días lo que han preparado para comer, o les animamos a que apunten recetas que hace tiempo que no elaboran», puso como ejemplos.
Ayuda, en definitiva, desde diversas ópticas para afrontar con una actitud positiva el difícil momento actual .