Olmedo baja el telón tras un fin de semana lleno de espectáculos
El Comediante, una obra visual, que logró sorprender con malabares y equilibrios imposibles
¡Pasen y vean, el mejor espéctaculo del mundo!, y así lo hicieron todos los asistentes a la última jornada de Circolmedo.
Solo aquellos que se acercaron a la villa del Caballero a lo largo de los cuatro días del festival pudiero disfrutar de unos espectáculos creados con mucho ‘mimo’, dónde el humor, la risa y las piruetas no faltaron.
Ayer se puso el broche de oro a una edición donde los pequeños fueron las grandes estrella y las actuaciones volvieron a dejar al público boquiabierto.
El espectáculo más destacada de ayer fue El comediante que supo como combinar la espontaneidad de la calle con el gesto cómico y humorístico del profesional del circo logro divertir a los aistentes a través de la música y varios números de malabares y equilibrios casi imposibles.