Reliquias sobre ruedas como reclamo turístico

La concentración de vehículos clásicos de Cigales, que celebró su cuarta edición, se ha consolidado ya como atractivo de visitantes a la localidad pese a que a la cita acudieron una decena menos de reliquias que el año anterior, hasta sumar medio centenar de participantes. «Esperábamos un número mayor, pero la calidad es mayor que otras veces», ensalzó el organizador del evento, Manuel del Olmo.

Para gustos, los modelos. Desde los míticos Seat 600, Renault 5, Citröen DS, conocido como ‘el tiburón’, al Porsche 911 Carrera o el Audi R8 que, «sin ser históricos, sí son exclusivos», o el 4/4 que comenzó a fabricar Renault en Valladolid, el ‘Escarabajo’ de Wolsvagen y, destacado entre todos ellos, un Jaguar MK4, «toda una sorpresa» porque en España tuvo muy poca difusión».

Esta joya de 1947 que conserva su estado original –se ha conservado pero no restaurado, aclararon– se llevó el premio al vehículo más antiguo de la concentración y fue principal foco de las cámaras por su singular diseño. Llegado desde Segovia, pertenece a la colección de Andrés Núñez Bermejo, explicó el mecánico encargado de conducir la reliquia, Ángel Arjona. No es el primer premio que gana, dijo, al igual que sus compañeros de colección, entre los que destacan el Ford T de 1898 o un Cadillac de principios del siglo XX.

Como curiosidades, el velocímetro del Jaguar descapotable mide la distancia en millas –es capaz de alcanzar las 70, es decir, unos 110 kilómetros por hora– y la pintura original tardó aproximadamente 30 días en secarse, explicó el conductor. «Es quizá lo que peor tiene pero sería una pena lijarlo», destacó antes de valorar el coche entre los 90.000 y los 120.000 euros y de calcular que en España quedarán entre 20 y 30 ejemplares.

El premio al vehículo mejor conservado en su estado original fue para una moto, una Ducati Phanta de 1982 que llegó desde la vecina localidad de Cabezón de Pisuerga cuyo dueño, Ángel Parra, adquirió hace seis meses en Madrid con todos los accesorios y pegatinas de serie. «Toda la vida he querido tener esta moto y me ha costado mucho encontrarla porque buscaba la original», explicó su dueño, que la utiliza a diario.

El tercer premio, correspondiente al vehículo mejor restaurado, fue para un Volkswagen Escarabajo de 1966 que, como el resto de galardonados, se llevó una placa conmemorativa realizada por un escultor de Cabezón y una caja de botellas de vino de la do Cigales.

El encuentro en la Plaza Mayor de la localidad, donde se guardó un minuto de silencio por las cuatro víctimas mortales del accidente registrado el jueves, culminó con una ruta hacia Trigueros del Valle, donde los asistentes comieron en el castillo.

Duro sería el regreso, pues aunque no habían recorrido mucha distancia y todos procedían de Valladolid Palencia y Segovia, el aire acondicionado no era un ‘extra’ habitual y las altas temperaturas marcaron la jornada.

Tras el éxito de participación y de público, la alcaldesa de Cigales, Pilar Fernández, elogió que se haya convertido en un «escaparate para promocionar el pueblo», y destacó el hecho de que el encuentro esté vinculado a una industria tan importante en la provincia como es la automovilística.