El segoviano Balotelli triunfa en los cortes de Valladolid
En tornoa 5.000 aficionados vibraron en el coso de Valladolid con un concurso en el que destacaron la calidad de muchos embroques al límite y las embestidas templadas de los astados
El imperio del corte, la suerte ancestral y desnuda de la tauromaquia popular, esa evolución hacia el temple de la necesidad de evitar la cogida, acampó ayer por la tarde en el ruedo del paseo de Zorrilla. Un concurso que convocó a los aficionados bajo el reclamo del desafío entre veteranos y noveles, aunque la distinción entre ambos grupos en muchos de los chavales era una leve línea imperceptible.
Y el público respondió, y los tendidos de sombra se colmaron de gente en su mayoría joven, llegados desde toda la provincia vallisoletana y desde muchos de los lugares de origen de los cortadores. Colorido y alegría en el graderío; ganas de contemplar y emocionarse con el toro y por el toro. Prohibidos los encierros y las capeas en Castilla y León, los concursos de cortes son el asidero para saciar la afición.
En los chiqueros esperaban astados de los prestigiosos hierros hermanos Jandilla y Vegahermosa, sangre originaria de la Janda, a las faldas de Vejer de la Frontera. En la actualidad, desde Mérida fueron hasta La Rioja, a la finca de Toropasión, y desde allí a orillas del Pisuerga. Su juego, con diferentes versiones, ha aportado movilidad y nobleza a raudales. Bien presentados, salvo el cornicorto segundo, aunque algo más de romana les habría dotado de una presencia más relevante. El quinto, que se quedó con ganas de saltar al callejón, ofreció el peligro de los que ‘tiran líneas’ y recortan el viaje. Y el de la final también intento la huída. Alto de cruz, no se lo puso fácil a los chavales.
Tras los cinco novillos clasificatorios, el jurado seleccionó para la final a Javier Manso ‘Balotelli’, Oliver García, Luis Gómez y Óscar Calvo. Un quinteto selecto y variado en su concepción a la hora de embrocar su anatomía ante la cara de los astados. Discutible en algún caso su pase al sexto utrero, no tanto por su falta de mérito como por el valor de lo realizado por alguno de sus compañeros de grupo. Cortadores como Samuel Martín o José Manuel Medina ‘Zorrillo’ bien pudieron haber estado presentes en el último y definitivo capítulo del concurso.
El astado final era todo menos fácil; esperaba y exigía distancia cortas. Donde el cortador se la juega. Riesgo sin lucimiento. Al final se llevó el gato al agua Balotelli. Cabeza y corazón. Un segoviano de Narros de Cuellar. Tierra de valientes.