Diario de Valladolid

«Es mucho más difícil escribir un pregón que interpretar un personaje»

El intérprete vallisoletano vuelve a la ciudad que le vio crecer interpretando los papeles de actor –con la obra de teatro ‘Arte’–, vecino y pregonero de las fiestas de Nuestra Señora de San Lorenzo. Una última aventura que asegura es muy difícil y de la que dice sentirse orgulloso

Roberto Enríquez, pregonero de las Fiestas de Valladolid.-RAQUEL P. VIECO

Roberto Enríquez, pregonero de las Fiestas de Valladolid.-RAQUEL P. VIECO

Publicado por
Guillermo Sanz

Creado:

Actualizado:

De la antigua Hispania a una cárcel de mujeres. De las páginas de una obra de Shakespeare a las tablas del teatro contemporáneo. La magia de las artes escénicas han permitido a RobertoEnríquez viajar en el tiempo y en el espacio una y otra vez. Sin embargo, la última aventura del actor no pasará por delante de ninguna cámara ni de un telón. Lo hará en el balcón delAyuntamiento de Valladolid, donde ejercerá de orgulloso pregonero de las fiestas que engalanan la ciudad que le vio crecer.

Pregunta .- Vallisoletano desde la cuna (que no desde el nacimiento)... ¿De pequeño ya se te daba bien lo de actuar?.

Respuesta .- Todo empezó en los Pajarillos Altos -aunque yo soy de los bajos-. Los salesianos abrieron un centro juvenil en el que se hacían muchas actividades. Un amigo me dijo de ir y fui probando varias cosas, pero acabé decantándome por el teatro porque, además de que me gustaba, era un refuerzo positivo que la gente me dijera que lo hacía bien.

P.- Llegó un momento en el que te tocó interpretar el papel de un vallisoletano en la capital...

R.- Sí.La verdad es que fue miel sobre hojuelas. Yo tenía claro que quería irme a Madrid y trabajaba en verano enSalou para hacer hucha. Chema Amador, que estaba de ayudante de director enHamlet, me llamó para hacer las pruebas y antes de empezar a vivir en el piso que había alquilado con mis compañeros de teatro y ya tenía trabajo en el Centro Dramático Nacional.

P.- ¿Qué es lo que más echas de menos de Valladolid?

R.- En el pregón hablo sobre todo lo que echo de menos. Desde lugares de mi ciudad hasta personas. Desde pasear por sus calles en espacios como el pasaje Gutiérrez o la Antigua o pasear por mi barrio, que a mucha gente le parece más feo que la suela de un zapato, pero yo estoy enamorado de él. Echo de menos también hacer cola para comprar entradas de cine en la Seminci y escuchar a la gente opinando de cine.

P.- ¿Estás preparado para el pregón?

R.- No. Estoy emocionado por lo que me pasa a mí y a mi entorno. Todo el mundo me dice el pregón que debo hacer.Estoy feliz, pero es un ataque de responsabilidad y llevo con él un mes para arriba y para abajo. Es más difícil escribir un pregón que interpretar un personaje.

P.- En una semana vas a ser pregonero, vecino y actor en Valladolid ¿En qué tablas te desenvuelves mejor?

P.- En la de vecino me desenvuelvo bastante bien porque supone dejarte llevar por el cariño de toda la gente.

P.- En las del teatro no te desenvuelves mal y vienes a casa con ‘Arte’. ¿Qué podemos esperar de esta obra?

R.- Arte se ha convertido en un clásico contemporáneo. No ha dejado de interpretarse en todo el mundo. Parece sencilla y es en esa sencillez donde está lo brillante de la obra. El arte es la excusa para hablar del deterioro de la amistad. Es una comedia con mucho veneno.

P.- ¿Dónde se esconde el ‘arte’ enValladolid?

R.- Me gustan muchísimas cosas. Sería difícil quedarme con una sola. Nuestra joyita es la Antigua, pero también me enamora el Pasaje Gutiérrez, la Plaza delViejo Coso -cada vez que paso por ahí pienso cómo era la vida cuando era un coso de verdad- el LAVA pero, sobre todas las cosas, el Museo de Escultura Policromada.

P.- Aunque ya lo ha hecho más veces, este año sin ir más lejos con ‘Mi pequeño poni’, pero... ¿Teatro y Valladolid juntos suponen más presión o una tregua?

R.- Es presión. La gente del teatro considera a Valladolid un público entendido y eso es una doble responsabilidad para mí.

P.- ¿Aprovechará la visita para disfrutar de las fiestas de Valladolid?

R.- Hace mucho tiempo que no vengo. Este año voy a estar actuando y podré aprovechar los días grandes. Tengo ganas de llevar a mis compañeros (Cristóbal Suárez y Jorge Usón) a que conozcan Valladolid y a comer por la ciudad.

P.- ¿Es más de feria de día o de caseta regional?

R.- Las casetas, como las peñas son para mí algo nuevo. Cuando yo vivía las fiestas intensamente no había nada de eso, pero pienso dejarme caer por allí.

P.- ¿Qué era lo que más te gustaba hacer en fiestas?

R.- Yo tengo grandísimos recuerdos de las fiestas -aunque eran SanMateo y pasábamos más frío- De cuando iba con mis padres a las ferias de La Rubia o a la Feria de Muestras y salíamos con una gorra en la cabeza o bolsas llenas de publicidad. O Más adelante de ir con los amigos a las ferias...

P.- Cada vez que pone un pie en Valladolid es más famoso que la anterior. No podrá pasar desapercibido...

R.- Lo testo cada vez que voy. Eso es maravilloso. No me hice actor por esa razón, es un daño colateral, pero es un resultado de que me va bien en el trabajo.

P.- El espectador te ha visto como funcionario de prisiones con mucho carácter, como terapeuta de gente con obesidad o luchando contra los romanos comoViriato. Lo de no encasillarte va viento en popa.

R.- Uno nunca es muy dueño de su carrera, pero intento asumir retos diferentes que no me acomoden. He tenido oportunidades de coger papeles de los de llenar la nevera, pero creo que es bueno no acomodarme.

P.- Cine, teatro o televisión ¿Cuál alimenta el alma y cuál llena la nevera?

R.- Hace tiempo estaba todo más estancado. Esas fronteras ahora se han roto, no existen. Nunca he dejado de hacer teatro. Es bastante agotador, pero me da la vida, para mí es indispensable. Es verdad que la nevera la llena más la televisión o el cine, pero no es sólo una cuestión pecuniaria, es más pensar en quién lo hace y cómo lo hace.

P.- Dicen que el cine está en crisis. ¿Realidad o ficción?

R.- El cine está en crisis en algún aspecto. Antes había un boom de abrir salas de cine y ahora de cerrarlas, igual que los videoclubes, que también han desaparecido. La necesidad de la gente de que les cuenten historias es vital. Creo que el cine no va a morir, pero las formas de visionarlo están cambiando, aunque para mí es impagable la experiencia de disfrutar una película en el cine.

P.- Lo que no pasa de moda es el teatro. ¿Tú que has trabajado mucho con libretos de Shakespeare echas de menos más clásicos?

R.- Los clásicos son una garantía de calidad, pero me interesan mucho también los textos contemporáneos como Málaga o Mi pequeño Poni. El teatro es un espacio en el que todo cabe y yo soy bastante ecléctico como actor y como espectador.

tracking