Aguacero
La tromba en Medina aflora nuevos daños colaterales: una calle hundida en Rodilana y 2.000 hectáreas de cultivo afectadas
El alcalde Guzmán Gómez califica de “tragedia” los destrozos en viñedos y plantaciones de cereal y patatas

Vecinos de Rodilana observan en enorme socavón en la calle Murga del barrio periférico de Medina del Campo.
La espectacular tromba de agua del viernes por la noche en Medina del Campo, donde cayeron 50 litros por metro cuadrado en escasos minutos, afloró ayer nuevos daños colaterales. El alcalde de la localidad, que visitó esta mañana la zona de Obispo Barrientos y Rodilana, explicó que, en este último barrio periférico, la calzada de una calle se ha desprendido en horas recientes por efecto de las filtraciones de agua.
Gómez, que ha estado acompañado por la teniente de alcalde, el concejal de Urbanismo y la aparejadora municipal, indicó que el socavón abierto en la calle Murga de Rodilana “es tremendo” y esta vía pública se ha cortado por seguridad. “Ha colapsado totalmente el saneamiento, quizá por fuga o entrada de agua. Había una bodega y se ha hundido por completo”, indicó.

Vecinos de Rodilana observan en enorme socavón en la calle Murga del barrio periférico de Medina del Campo.
Nada más producirse la tormenta 'bíblica' en Medina, el Ayuntamiento activó el teléfono gratuito 010 para emergencias y se han recibido llamadas, ya menos, para ayuda en achique de agua en garajes. "Luego cada uno, en los daños causados en propiedades privadas, lo tendrá que solucionar con su aseguradora. El Ayuntamiento va realizar, eso sí, una valoración de daños de zonas y edificios públicos”, indicó el regidor.
El primer edil también visitó cultivos de la zona y calificó de “tragedia” los daños que causó el aguacero. “Hay cultivos muy afectados como viñedo, patatas y cereal que no se había segado todavía”, indicó.
Mejores noticias llegaban ayer de los comercios de la zona de la calle Padilla y aledaños de la Plaza Mayor medinense, gran parte de ellos anegados con agua y barro. Según el alcalde, los comercios estaban mayormente abiertos en su mayoría, aunque el barrio de Obispo Barrientos continuaba su proceso de recuperación a menor velocidad, ya que fue la zona cero de la infernal tormenta del viernes.