CALLES Y PLAZAS | FOTOS
La calle de la cerámica de Valladolid
Es una vía coqueta, construida en el límite entre San Juan y Vadillos, que aún conserva la antigua fábrica de Silió

La calle Silió en otra época con la fábrica de La Cerámica.
Es una vía de paso, construida en el límite entre San Juan y Vadillos, coqueta pero llena de historia, cultura y belleza. En cada esquina, un nuevo destino de sabiduría que captura la esencia de la ciudad a la que pertenece. La calle Silió esconde una narrativa vibrante, donde el comercio de proximidad sigue dando vida –aunque una vida más tímida–, porque los emprendedores de siempre se van jubilando y el relevo generacional de los oficios tradicionales no se está produciendo.
Solo hace falta echar un vistazo para comprobar cómo cada vez más establecimientos echan la persiana definitivamente. No siempre fue así. Este pasaje de tránsito nació al calor de la fábrica de gres propiedad de la sociedad La Cerámica, y lo hizo en una ubicación clave: en los terrenos aprovechables del desvío del ramal sur del Esgueva, que por entonces no era más que un arrabal en el extrarradio de Valladolid.
Este negocio, según narra el historiador y arquitecto Juan Agapito y Revilla en su libro 'Las calles de Valladolid: nomenclátor histórico', lo fundó Eloy Silió, «persona activa y laboriosa, jefe de la familia conocidísima por el apellido en la ciudad y progenitor del político don César Silió, exministro de Instrucción Pública y Bellas Artes y hombre cultísimo y de arraigados prestigios».
La fábrica se convirtió en el «motor» que impulsó el desarrollo del nuevo barrio que surgió a su alrededor: Vadillos. El edificio, que aún sigue en pie convertido en un supermercado de la cadena DIA, fue la primera estructura de hormigón armado construida en España. «Eloy Silió decidió levantar una nueva factoría, con maquinaria de vapor traída de Francia, cuya obra concluyó en 1908, tal y como puede leerse en la fachada. Se situó en la calle San Bartolomé, hoy denominada Silió», explican en la revista de la asociación de vecinos Bailarín Vicente Escudero.

Valladolid
Las Cortes compiten con Villalar con hinchables, cetrería y música
Diario de Valladolid | El Mundo
En su interior se producía ladrillo prensado de «excelente calidad». Durante mucho tiempo se anunció como el negocio «más importante y antiguo de España» en artículos cerámicos, con una producción de unas 250 toneladas y 50.000 piezas al día. Durante más de 70 años, no cesó su actividad. Sin embargo, ese proceso de elaboración iba acompañado de un contaminante humo negro derivado de la combustión del carbón con virutas. «No se podía ni colgar la ropa de la colada porque acababa sucia, y tampoco se podía respirar», recuerda Javier Nieto, un vecino del barrio que lleva más de 50 años viviendo en la calle Silió. «Siempre había una densa nube negra».
Esa situación provocó numerosas reivindicaciones vecinales con un objetivo claro: que la fábrica quedara en desuso. No fue hasta 1994 cuando se consiguió esa meta. En el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1996 se cambió su uso industrial por residencial y una parcela de equipamientos. Una victoria para el barrio que vio como el cierre de su buque insignia transformó por completo la zona. En concreto, se abrió la calle Nicasio Pérez, se remataron las manzanas que tenían medianeras vistas con cuatro edificios de viviendas, se creó la plaza de la Danza con un aparcamiento subterráneo para residentes, se catalogaron el edificio de la fábrica y su chimenea, y se levantó un centro de salud.
Así es cómo este emblemático lugar se ha convertido en uno de los conjuntos del patrimonio industrial más importantes de la capital del Pisuerga. Pero ahí no termina la historia de este lugar que, aparte de que su fundador diera nombre a la calle, tal y como señalan en su publicación la asociación vecinal Bailarín Vicente Escudero, Eloy Silió podría ser el responsable de que a los vallisoletanos se les conozca con el nombre de pucelanos. «El etnógrafo Joaquín Díaz defiende que este apelativo deriva del nombre con el que se conocía a los trabajadores de La Cerámica encargados del reparto del cemento de la marca italiana Pozzuoli, que Silió distribuía en exclusiva en España. Este cemento que se vendía en sacos de papel grueso, se anunciaba como cemento ‘puzolánico’ o ‘puzolano’. Y así se empezó a llamar a los vallisoletanos que hacían portes de este cemento por los diferentes puntos de la geografía española. Y de los ‘puzolanos’ de antaño a los pucelanos de ahora».
Otro comercio icónico es Deportes Olid que Juan Antonio y María del Carmen abrieron hace 52 años. Ahora su hijo, Juan Carlos Cocho, sigue apostando por ofrecer un asesoramiento a la hora de comprar cualquier tipo de producto relacionado con la pesca, incluso ayuda a sacarse la licencia. «Mis padres empezaron vendiendo todo tipo de productos deportivos: chándales, equipaciones, trofeos... pero poco a poco nos fuimos especializando en artículos de pesca». Ahora lo que más despacha son consumibles: señuelos y cebo natural.
Otras tiendas coetáneas fueron Comercial Tudela y Mercería Nene, donde hoy se ubica el laboratorio dental. De esos establecimientos ya no queda nada. Solo permanecen en el recuerdo de los más veteranos, que iban a comprar electrodomésticos o todo tipo de artículos de costura, repuestos textiles... Uno de los pocos que aún se pueden visitar y, sobre todo, donde se puede comprar, es Autoservicio Luis. Su dueño, Luis Ángel González, atiende a diario a su «segunda familia». Llegó al barrio desde su Medina del Campo natal hace 30 años para poder trabajar en lo que le gusta: la atención al público. «Siempre había trabajado en tiendas y cuando vi la oportunidad de abrir un negocio así no me lo pensé», cuenta antes de añadir que tiene otra tienda en la calle Andalucía que regenta su mujer. «Con mis clientes hablo de todo. Me quedan nueve años para jubilarme y sé que echaré de menos el día a día», reconoce.
José Julio Morales es el propietario del bar Jamay. Entre café y café, explica que el barrio ha cambiado «mucho», sobre todo a raíz de la pandemia. «Ha marcado un antes y un después. Aunque la gente sigue saliendo a tomar el vermú, ahora lo hacen por menos tiempo». En una de las mesas de ese establecimiento está Mariano Sordo, un cliente habitual, que rememora muy emocionado cómo era la zona hace muchos años: «Había una fábrica de desguace de huesos en la calle Maravillas que producía muy mal olor y atraía muchos gusanos. De hecho, los pescadores acudían a comprarlos para usarlos como cebo. También había una vaquería con ocho vacas y un trasiego continuo de camiones de alfalfa y otros piensos. Muy cerca estaba una fábrica de cerveza, en la que se vendía tanto al por mayor como al por menor. Había una zona con 40 mesas donde se podía merendar y cenar. Y en la plaza de San Juan estaban las Bodegas Sanzoles, que vendían mucho vino».
Y el broche final a la calle lo pone el taller mecánico de los hermanos Cascajo. Fueron los primeros en instalar tacógrafos en autobuses y camiones en 1983, y también en montar los taxímetros que tenían una bajada de bandera de dos pesetas para coches pequeños y de cuatro para vehículos grandes. Su dueño, José Fermín Cascajo, que a sus 75 años sigue trabajando, relata cómo ha cambiado el barrio: «Antes no se podía aparcar enfrente del taller y la plaza de los Vadillos era redonda». Y es que justo enfrente de su negocio, que ahora dirige su hijo, se encuentra el antiguo cuartel de la Guardia Civil –cerrado desde hace años– que va a reconvertirse en viviendas de alquiler para jóvenes.

La calle Silió en otra época.
La calle Silió en otra época

Biblioteca municipal cerca de la calle Silió en otra época.
La calle Silió en otra época

Fachada de la fábrica de cerámica de Eloy Silió en el 1986.
La calle Silió en otra época

Vista de la calle Silió con la fábrica "La Cerámica Sociedad Anónima" a la izquierda, en el 1980.
La calle Silió en otra época

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

María José del Valle, dueña de la ferretería Plaza, en el número 2.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Bajos del número 4 en los que se encuentran apartamentos turísticos en la calle Silió.
La calle Silió en la actualidad

Cheli Ledo, propietaria del comercio de calefacción y gas Ledo, durante más de 24 años en el número 2.
La calle Silió en la actualidad

Dos vecinos conversan a las puertas del Autoservicio Luis en la calle Silió.
La calle Silió en la actualidad

Luis Ángel González, dueño de la tienda de alimentación Autoservicio Luis, durante 30 años, en el número 2.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Juan Carlos Cocho, propietario de la tienda de pesca Deportes Olid, en el número 2.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Felicidad Castaño, propietaria de la panadería Dulces Tentación, en el número 2.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Varias personas pasan por delante del bar restaurante La Rezeta.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Varias bicicletas en el parkibici de la calle Silió.
La calle Silió en la actualidad

El parkibici de la calle Silió desde la plaza de la Danza.
La calle Silió en la actualidad

Dos vecinos de la zona disfrutan del día soleado en la cercana plaza de La Danza.
La calle Silió en la actualidad

Edificio de la fábrica Cerámicas Eloy Silió desde la plaza de la Danza.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Edificio de la fábrica Cerámicas Eloy Silió desde la plaza de la Danza.
La calle Silió en la actualidad

Una mujer pasa por delante de la Ferretería Plaza en la calle Silió.
La calle Silió en la actualidad

Fábrica de Cerámica Eloy Silió.
La calle Silió en la actualidad

Rebeca Martín, administrativa de la autoescuela Vadillos, en el número 5.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Bloques de pisos en la calle Silió.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Antigua casa cuartel de La Guardia Civil.
La calle Silió en la actualidad

Antigua casa cuartel de La Guardia Civil.
La calle Silió en la actualidad

Rosa María Trigos, dueña del bar Lidia, en el número 8.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Antigua casa cuartel de la Guardia Civil.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Mina Sabiri, dueña de la tienda de moda árabe y perfumes Estrella, en el número 2.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Antigua casa cuartel de la Guardia Civil.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Dos mujeres charlan en la calle Silió.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad con el edificio de la fábrica La Cerámica de fondo.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Lourdes Palomo, propietaria de la Expendeduría número 11, en la esquina con la calle Unión.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Beatriz Montero, dueña del bazar Punto 100 , en el número 6, atiende a una clienta.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

José Fermín Cascajo con su hijo Iván delante de su taller de coches Hermanos Cascajo, en el que el padre lleva desde 1997 y en su momento colocó la mayoría de los taxímetros de Valladolid.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Karla Quispe, dueña del salón de uñas Karly Studio, en el número 4.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Antigua casa cuartel de la Guardia Civil.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

José Julio Morales, dueño del bar Jamay, en el número 8.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad.
La calle Silió en la actualidad

Vanesa Calzada, dueña del taller de arte La Fontanería Crea, en el número 6 ubicado en los soportales.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad
La calle Silió en la actualidad

Beatriz Montero, dueña del bazar Punto 100, en el número 6.
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad
La calle Silió en la actualidad

La calle Silió en la actualidad
La calle Silió en la actualidad

Miguel Ángel Rivera, dueño de la tienda de animales y plantas Rivera, en el número 4.