TRIBUNALES
Un trabajador de una tienda de telefonía se enfrenta a seis años de cárcel por estafar a ancianos en Valladolid
El empleado accedía a datos de clientes que tenían una cuenta asociada al Banco Santander y cuando se hacía con la clave del banco, duplicaba la tarjeta SIM

Una imagen de archivo de los juzgados de Valladolid
La Fiscalía de Valladolid solicita seis años de cárcel para un hombre que trabajaba en una tienda de telefonía por estafar 18.920 euros a una decena de ancianos. Está acusado de un delito continuado de descubrimiento y revelación de secretos y también se enfrenta a un delito de estafa; por cada uno de ellos se le piden tres años. A mayores, el fiscal también pide que indemnice a cada una de las víctimas.
Los hechos se remontan al 2020 cuando el acusado entró a trabajar en Tres Telemarketing para realizar ventas y contratos de telefonía. Aprovechando este puesto de trabajo "comenzó a entrar en las bases de datos de clientes, a través de la plataforma de Vodafone", según recoge el escrito de la Fiscalía.
El acusado, E.F.F.S., empezó a seleccionar a sus posibles víctimas según sus datos, y elegía a personas ancianas y que tenían una cuenta asociada al Banco Santander: "Descargaba la aplicación del Banco Santander en un móvil y seguidamente introducía el DNI de la víctima". En ese momento, se le pedía la contraseña y este solicitaba la recuperación de la misma para que mandaran un SMS al móvil de la víctima. Así, le aparecía el número del teléfono de la víctima con asteriscos, salvo los tres últimos dígitos.
El hombre realizaba una búsqueda de esos tres dígitos con las aplicaciones que tenía al alcance por su puesto de trabajo y si coincidían, realizaba un duplicado de la tarjeta SIM de la víctima. Una acción que llevaba a cabo desde la tienda en la que trabajaba con una tarjeta de portabilidad de Vodafone y creaba esa nueva SIM a nombre de una persona con identidad ficticia y ponía esta identidad en el nuevo móvil que quería duplicar.
Con esta mecánica consiguió estafar 18.920 euros a sus víctimas. La primera persona afectada fue en septiembre de 2020 al que le sustrajo de distintos cajeros 2.900 euros. De esta forma y sucesivamente en el tiempo, iba estafando a sus víctimas; realizaba compras por valor de 1.620 euros o movimientos por 1.550 euros.
Entre el 19 de noviembre y el 5 de enero realizó s mayor golpe. Realizó cargos no autorizados a una cuenta bancaria en más de 30 ocasiones. Unos importes que alcanzaron un importe total de 12.200 euros.
No fue hasta junio del 2021 cuando se realizó un registro en su domicilio en el que se encontraron prendas que llevaba puestas cuando realizaba reintegros de dinero en los cajeros y dos teléfonos móviles con los que realizaba los duplicados de las SIM. En un análisis superficial de uno de estos dispositivos, se hallaron imágenes correspondientes a la documentación de terceras personas como de cuentas bancarias.