Diario de Valladolid

Adif reconoce en su informe que no hay un estudio sobre el soterramiento de Valladolid

El gestor ferroviario asegura que ya no está vigente el documento firmado por la Sociedad Valladolid Alta Velocidad en 2006 / Fija, además, de 5 a 6 años para el fin de la integración pero el convenio lo amplía hasta 2033

Una piqueta trabaja en el túnel de labradores

Una piqueta trabaja en el túnel de labradoresPHOTOGENIC

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Valladolid

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Adif reconoce en su informe que no hay un estudio sobre el soterramiento en Valladolid. El documento emitido por el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias refleja que el análisis informativo realizado en 2006 ya no está «vigente». Además, Adif señala que el estudio informativo «desarrolla una solución de integración en superficie». Ese informe elaborado hace 18 años contemplaba el proyecto ferroviario para la ciudad con integración urbana y el realizado ahora por Adif indica que sería necesario «redactar un nuevo estudio informativo» y realizar una «nueva tramitación de la declaración de impacto ambiental». Casi dos décadas más tarde también ha perdido vigencia y requiere una nueva gestión para recibir luz verde. Adif solicita tanto el nuevo estudio como la tramitación y así aparece reflejado en la página 38 de su extenso informe.

El Ayuntamiento de Valladolid se muestra crítico con este informe porque considera que los técnicos que lo han realizado lo han hecho de forma téorica. El alcalde, Jesús Julio Carnero, observa que el Ministerio utiliza «parámetros desequilibrados distintos para medir cuestiones iguales» en el caso de la valoración de la integración y del soterramiento y demanda un «criterio homogéneo».

Extracto del informe de Adif.

Extracto del informe de Adif.E. M.

El convenio que firmaron Adif, la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Valladolid en 2017, que sustituyó al anterior de 2006, se prolongaba hasta 2033 e incluía el dinero que debían aportar el gestor ferroviario, el Gobierno autonómico y el Consistorio vallisoletano, los tres integrantes de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad (SVAV). Ese apartado incluía el dinero a abonar en cada uno de los ejercicios. Los acuerdos que suscribieron el 20 de noviembre de 2017 fueron publicados en el Boletín Oficial del Estado el 25 de enero de 2018. Han transcurrido seis años y lo primero que se debe tener en cuenta es el elevado incremento de las materias primas. Muchas de las obras previstas no se han ejecutado y la valoración económica cambia ahora de forma sustancial. Ese convenio firmado por la SVAV incluía de forma sorprendente que la nueva estación de autobuses de Valladolid debía ser soterrada. Resulta llamativo que el proyecto de la remodelación y ampliación del complejo de trenes y buses fije esa diferencia, la terminal ferroviaria se mantendrá en superficie y la de transporte por carretera será «subterránea».

Extracto del informe de Adif.

Extracto del informe de Adif.E. M.

El gestor ferroviario hace referencia asimismo a las dificultades a la hora de realizar las obras por la «imposibilidad de cortar el tráfico». «Valladolid es punto de paso de las Líneas de Alta Velocidad (LAV) al norte de España y de la línea Madrid-Irún por lo que no es posible plantear un corte de tráfico». El administrador ferroviario hace alusiones a todo ello en la página 10 del anexo Análisis de Soterramientos.

El Ayuntamiento de Valladolid y analizó el estudio elaborado por los técnicos de Adif pero exigió una «segunda opinión» , para lo que propuso que la Sociedad Valladolid Alta Velocidad encargue otro informe «independiente» sobre este proyecto al que no renuncian.

Tras la reunión del Consejo de Administración de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad, el alcalde de Valladolid insistió en abrir un «periodo de reflexión» sobre el estudio presentado por el ministro de Transportes y Movilidad. Asimismo, el alcalde de Valladolid indicó que el Ayuntamiento encargará el estudio si la Sociedad Valladolid Alta Velocidad mantiene su negativa a pedir otro informe sobre las posibilidades del soterramiento. Carnero señaló en varias ocasiones que el gestor ferroviario no cree en el soterramiento.

El informe de Adif fija un plazo de 5 a 6 años para el fin de la integración aunque el convenio de la SVAV de 2017 lo amplía hasta 2033, lo que supone el doble de tiempo. El debate sigue abierto. El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, insiste en que el soterramiento es posible. Considera que es la gran obra que necesita la ciudad y así lo indicó en multitud de ocasiones durante la campaña electoral previa al 28 de mayo de 2023. El primer edil antes de las votaciones era Óscar Puente, actual ministro de Transportes y Movilidad Sostenible. Su criterio difiere del que defiende Carnero. El PSOE apuesta por la integración ferroviaria e insiste en que el soterramiento no es viable. El PP lo ve de forma totalmente distinta. Carnero considera que la inversión no llegará a los 1.570 millones de euros a los que hace referencia Puente y asegura que si ha sido posible realizarlo en otras ciudades de España y del extranjero también lo es aquí.

Valladolid dio el visto bueno al proyecto de integración ferroviaria cuando estaba Puente en la Alcaldía pero nadie garantiza que el tren seguirá en superficie a su paso por Valladolid. De hecho, Carnero ha señalado en varias ocasiones que la integración ferroviaria puede incluir el soterramiento. Y no tiene prisa. El actual equipo de Gobierno del Consistorio vallisoletano contempla que el PP llegue a Moncloa y en ese caso el panorama podría ser totalmente diferente. El Ministerio de Transportes con Puente a la cabeza no realizará aportación alguna para soterrar las vías. En ese caso, la esperanza de Carnero está puesta en un cambio de Gobierno. Sabe que en la actualidad puede contar con la aportación de la Junta pero no del Ministerio.

Frente a quienes le reprochan que se ejecuten soterramientos en lugares como Murcia o el que se va a a empezar en Montcada i Reixac, Puente dijo que en el primer caso «no es comparable al hacerse con muro pantalla» y respecto al municipio barcelonés señaló que es «un sitio muy peligroso y se pensó que era la mejor solución».

Los plazos para cerrar el proyecto si continúa adelante la integración ferroviaria en superficie tampoco están claros. El ministro eleva a 1.570 millones de euros el coste de la operación, frente a los 350 de la integración, en un plazo entre 17 y 19 años, pero el periodo para culminar las obras que dejarán el tren en superficie ya no se aprecia con tanta claridad. Aunque se fijó inicialmente en un plazo entre 5 y 6 años en la rueda de prensa que ofreció en Valladolid el pasado 23 de febrero, Puente apuntó que será mayor y dejó en el aire que pueda cumplirse ese horizonte temporal previsto para la integración dado que sólo se han hecho 3 de los 17 pasos y túneles previstos, y calculó que las obras se alargarán una década.

Esa diferencia de criterio que sigue existiendo quedó patente en Valladolid en la rueda de prensa del 23 de febrero. El ministro dijo que meter el tren bajo tierra por la ciudad es imposible y que la integración en superficie es lo realista y en un plazo razonable. El debate que sigue abierto entre Carnero y Puente alcanzó otra dimensión cuando el exprimer edil de Valladolid le dijo a su sucesor en la Alcaldía que mientras sea ministro no habrá soterramiento. El titular de Transportes le dijo al alcalde que deberá decidir si quiere continuar con la integración o disolver la Sociedad Valladolid Alta Velocidad.

Los argumentos de Puente para continuar con la integración ferroviaria y descartar el soterramiento se vieron reforzados por las manifestaciones realizadas por la directora de proyectos de Adif, Montserrat Rayo, quien señaló en Valladolid en la rueda de prensa del 23 de febrero que el soterramiento mediante muros pantalla está descartado por riesgo de inundaciones y por su mayor afectación del tráfico ferroviario. La responsable de proyectos de Adif habló también de los problemas que entrañaría la construcción de un túnel con tuneladora, la opción que siempre se manejó. Rayo advirtió que para el soterramiento, con una longitud de 5,9 kilómetros, habría que «partir de cero», recordó que Valladolid tendrá una tercera vía, lo que complica la intervención, pero sobre todo insistió en la dificultad por falta de espacio para la operación con tunelador..

El informe de Adif incluye los plazos del proyecto, lo que retrasa aun más la ejecución. Estima una duración de redacción y tramitación del estudio hasta la aprobación definitiva del expediente en 48 meses, a los que hay que añadir otros 6 meses desde la orden de estudio, licitación y adjudicación hasta que se inicien los trabajos.

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