Diario de Valladolid

Los vecinos de Villa de Prado, «hasta las narices» de las obras de la red de calor

La asociación vecinal critica el «caos» por los «cambios de tráfico sin previo aviso» ante la «inhibición» municipal

Obras en la red de calor en el barrio de Villa del Prado

Obras en la red de calor en el barrio de Villa de PradoPHOTOGENIC

Publicado por
Valladolid

Creado:

Actualizado:

Las obras biomasa de Villa de Prado están causando molestias a los vecinos. Desde el pasado mes de octubre han visto como el «caos» se ha adueñado de sus calles, con enormes dificultades para entrar y salir de los garajes y con continuos cambios «improvisados» en el tráfico. «Los vecinos están hasta las narices», sostiene el presidente de la Asociación de Vecinos, Jesús Revenga, que no duda en calificar de «jaleo» la organización del tráfico. «Colocan carteles para organizar el tráfico según les conviene a los operarios, sin previo aviso», denuncia. Incluso, apunta que estos carteles han sido «folios pintados sin ningún tipo de logo oficial». Unos ‘dibujos’ que se van moviendo.

Este tipo de problemas comenzaron hace seis meses, aunque las obras en el exterior del barrio a comienzos del 2023. Unas circunstancias que se han prolongado en el tiempo en las que «el ayuntamiento se han inhibido», según Revenga. El representante vecinal lamenta que hasta esta misma semana no ha intervenido el Consistorio vallisoletano en una obras que causan molestas a los vecinos. Si bien, las obras de la red de calor las encarga la Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio. El departamento que dirige Juan Carlos Suárez-Quiñones adjudicó las obras, a través de Somacyl, a la empresa Optusangulo, subcontratada por UTE Valladolid Oeste.

Este representante vecinal lamenta el «malestar» que se ha instalado entre los vecinos y que en ocasiones ha llegado a generar un «mal ambiente» con el director de la obra y los operarios. Jesús Revenga explica que este mismo lunes llamó a la Concejalía de Movilidad y no recibió respuesta.

Critica que la entrada norte del barrio, se vio colapsada por una grúa que cortaba el tráfico: «En una hora punta, entre las 14.00 y las 15.00 horas una grúa atascó la calle que impedía el acceso a los garajes. Deja a casi 2.000 personas sin acceso». Esta situación provocó «multitud de coches parados, que un autobús no pudiera pasar por las calles y que la otra mitad del barrio no pudiera aparcar». «Una locura», concluye Jesús Revenga. En esa misma línea lamenta que la Policía Local «no haya llegado» al barrio y recalca la inacción municipal: «El Ayuntamiento tenía que haber tomado las riendas», sostiene. Una falta de acción que el presidente de la asociación municipal personaliza en la Concejalía de Movilidad ante la falta de respuesta a escritos y llamadas. Este mismo miércoles, «por primera vez hay bastantes carteles en el barrio» para intentar normalizar el tráfico del día a día dentro de las circunstancias.

Pese a todas estas molestias que ha ocasionado en el ‘corazón’ del barrio, las previsiones para finalizar las obras son de 15 días, según les ha trasladado el Ayuntamiento a la asociación vecinal: «No me creo que terminen ya, es una improvisación y un desastre», comenta su presidente que reitera: «Agradable no ha sido». Un «caos» motivado por estas obras de la Consejería de Medio Ambiente que comienza a ver su fin, ayer se asfaltó la calle Monasterio San Millán de la Cogolla.

Una pasividad municipal que ya denunció el PSOE en fechas pasadas. Las críticas de los socialistas se centraban en «el desconcierto» con «cambios continuos» en las paradas de Auvasa, situación que también apunta Revenga. «La realidad es que las zanjas están abiertas en varias calles del barrio, hay cortes en diversas vías y los accesos a Villa de Prado resultan complicados», denunciaban en una nota de prensa. Calles como Monasterio de la Vid o Santo Domingo de Silos son el epicentro de este «caos» que vive el barrio.

Unas obras que tienen una mancha negra difícil de olvidar. El pasado 4 de marzo Reinaldo Cuéllar Quisper, un hombre de 46 años, perdía la vida mientras trabajaba en esta red de calor. El fallecido emigró desde Perú para recalar hace siete meses en Valladolid con el objetivo de reagrupar a su familia. La mala fortuna quiso que hubiera un desprendimiento de tierras en la zona en la que trabajaba y sufriera un corte en una zona «vital» del costado, pudiendo ser provocado por la caída o por los materiales integrados en la tierra.

La estrechez de la zanja donde sucedió este accidente provocó que la asistencia fuese más compleja de lo esperado, mientras Reinaldo perdía sangre. La Policía Nacional pidió la incorporación de los Bomberos de Valladolid para evacuarle. En este instante entró en parada cardiorrespiratoria y, lamentablemente, las maniobras de reanimación no surgieron efecto.

tracking