Diario de Valladolid

ESPÍRITUS LIBRES / MAYTE BAJO, BAILARINA

"Todavía veo prejuicio a la hora de llevar a los niños a la escuela de danza"

Es vallisoletana. Discípula de Mariemma, fue primera bailarina del Ballet Nacional de España y sigue vinculada a la Escuela Profesional de Danza de Castilla y León. Colabora con la compañía de Carlos Rodríguez con ‘Eterno Picasso’. Ascendencia de Cantalejo y de la localidad palentina de Mazuecos de Valdeginate. Para Mayte, Mariemma fue toda su esencia y la base de su profesión. Actualmente produce con su marido vinos con DO Ribera del Duero en Piñel de Arriba. Sigue pensando que a Mariemma se la conoce poco en Valladolid

Mayte Bajo, en el museo de Mariemma de Íscar.  -ARGICOMUNICACION

Mayte Bajo, en el museo de Mariemma de Íscar. -ARGICOMUNICACION

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Javier Pérez Andrés

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El anterior entrevistado, Juan Andrés Saiz, hizo esta pregunta sin saber a quién iba destinada:

Pregunta.- ¿Este es el mundo que soñaste cambiar cuando eras joven?

Respuesta. No, pero hay que seguir trabajando para construir el camino y que sean los que vienen detrás los que puedan vivir en ese mundo soñado por ti.

P.- ¿Qué es para usted ser un espíritu libre?

R.- Alguien que se conoce y sabe cómo quiere vivir, adaptándose a cada situación, sin perder nunca su esencia.

P.- ¿Cómo se gana la vida?

R.- Con la danza, que es el motor de mi vida. 

P.- ¿Qué le gustaría ser de mayor?

R.- Feliz. Y que la danza siga formando parte de mi vida. 

P.- ¿De qué se siente más orgulloso en su vida?

R.- De mi carrera como bailarina, de mi paso por grandes compañías, como el BNE como primera bailarina, o de ser artista invitada en el Bolshói de Moscú. También me siento muy orgullosa del proyecto de mi marido Jesús en Bodegas Arbás y de nuestro vino Rond de Jambe, que es el nombre un paso de danza con mucha historia detrás. Así unimos nuestras dos pasiones: el vino y la danza.

P.- ¿Tiene algún sueño por cumplir?

R.- Formar una compañía en Castilla y León.

P.- ¿Qué es para usted el amor?

R.- El motor de mi vida. 

P.- ¿Qué tal se lleva con Dios?

R.- Soy muy espiritual, pero a veces tengo conflictos. 

P.- Un espíritu libre al que admire.

R.- Mariemma. Gracias a ella soy bailarina. Ella me enseñó un mundo exigente, intelectual, disciplinado e intenso que me caló hondo desde pequeña. 

P.- ¿Por qué empezó a bailar?

R.- Porque me gustaba la música y siempre que la oía empezaba a bailar. 

P.- ¿Cuántos años estuvo formándose? 

R.- Alrededor de una década. Pero en la danza no se puede parar, tienes que seguir formándote.

P.- ¿Cuándo se fue a Madrid?

R.- Con 16 años me fui a la escuela de Mariemma. Cuando acabé me fui a estudiar otros estilos y con otros maestros para completar mi formación. 

P.- Conoció a Mariemma, ¿qué recuerda de aquella época? 

R.- Teníamos una relación muy cercana. Era mi maestra y mucho más. 

P.- Si Mariemma hubiese sido actriz, ¿tendría mayor reconocimiento?

R.- Seguro. Siempre decía que la danza era la Cenicienta de las artes. Y luchó toda su vida para que se reconociera en nuestro país. Por eso la admiro, porque con la edad te das cuenta de lo duro que es luchar para defender tu legado, tu profesión. 

P.- ¿Se ha hecho justicia con la memoria de Mariemma?

R.- En Valladolid se la conoce poco y toda su labor y legado, aún menos. Deberíamos buscar la manera de que se la conociera muchísimo más. En el mundo profesional se la conoce y valora, nadie que baile profesionalmente desconoce quién es Mariemma y su legado. Íscar, su pueblo natal, está muy comprometido en divulgarlo y por eso colaboro con ellos siempre que me lo piden. 

P.- ¿Aún son más mujeres que hombres?

R.- El hombre que se acerca a la danza tiene que tener una sensibilidad especial y aún existe mucho estigma con esto. Todavía veo prejuicio a la hora de llevar a los niños a la escuela de danza.  

P.- ¿Qué recuerda de sus primeros días como primera bailarina del Ballet Nacional?

R.- La ilusión. Cuando era pequeña lo había soñado muchas veces. Y luego recuerdo el trabajo. 

P.- Una bailarina, ¿nunca deja de bailar?

R.- Nunca, pero el tiempo pasa factura en el cuerpo. Tiene que haber un momento en el que dejes el escenario y bailes de otras muchas formas.  

P.- ¿Ha hecho cantera?

R.- Estoy muy orgullosa de la trayectoria de nuestro alumnado, ya que algunos decidieron dedicarse a la enseñanza y otros al mundo profesional. De estos últimos podría mencionar a Diego Aguilar, en el Ballet Nacional de España; Hugo Aguilar, en el Ballet Flamenco de Andalucía; Lucía Cardeñoso, en la Compañía Antonio Najarro; Paula Bolaños, en la Compañía Noche Flamenca; Abel González, en Parque España Japón, o Virginia Laje, en el Musical Don Juan.

P.- Déjeme una pregunta para el próximo invitado. 

R.- ¿Qué harías para que lo que haces fuera más conocido?

 

 

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