Diario de Valladolid

El Gran Hermano de Valladolid: 32 ‘ojos’ escoltan la ciudad

El Ayuntamiento tiene cámaras de control de tráfico en las principales calles para resolver imprevistos en la circulación, que también sirven de apoyo a la Policía Municipal

Sala de operaciones del 092 de la Policía Municipal, donde están las cámaras de control de tráfico.- PHOTOGENIC

Sala de operaciones del 092 de la Policía Municipal, donde están las cámaras de control de tráfico.- PHOTOGENIC

Publicado por
Laura G. Estrada
Valladolid

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En la central de operaciones de la Policía Municipal de Valladolid, un aviso procedente del servicio de emergencias 112 acaba de alertar de la caída de un ciudadano mayor en la vía pública. En las pantallas de sus ordenadores, a los agentes apostados en la gran sala ubicada en las dependencias de la avenida de Burgos les salta una ficha con los primeros datos y, si hubiera ocurrido en una de las vías principales de la ciudad vigiladas por cámaras , sólo habrían tenido que levantar la vista para observar en directo el alcance del suceso en el 'video wall'. 

Esta vez no ha sido así pero en muchas ocasiones ese conjunto de monitores concebido para comprobar el estado del tráfico en la ciudad suponen un importante apoyo para la Policía. Como aquella ocasión en la que vieron una pelea a través de los televisores y, desde la sala de control, pudieron ir indicando a los compañeros que estaban a pie de calle qué dirección tomaba el agresor o cómo iba vestido, recuerda uno de los cuatro operadores durante una visita a las instalaciones. 

Ante cualquier tipo de suceso que requiera presencia policial, las 32 cámaras instaladas en Valladolid se convierten en un gran aliado . Tanto, que gracias a ellas pueden activar el dispositivo de atención necesario incluso antes de haber recibido un aviso oficial, porque lo están viendo. Así que este Cuerpo, que ya suele ser el primero en llegar al lugar de un requerimiento por una cuestión numérica, cuenta con un ‘plus’ de rapidez gracias a las imágenes en tiempo real .

Eso sí, siempre que el incidente en cuestión esté dentro de la visión de las cámaras. Porque, en verdad, la función de los dispositivos es controlar el tráfico , y su gestión no depende directamente de la Policía Municipal, sino de la Concejalía de Movilidad del Ayuntamiento. El hecho de que estén instaladas en la sala de operaciones del 092 se traduce en una suerte de ‘beneficio colateral’ para los agentes, porque pueden recurrir a ellas como apoyo, pero realmente pertenecen a otro departamento y su cometido es otro, insiste el agente José María Bravo.  

De ahí que la primera de las tres filas del anfiteatro que hay en la sala de operaciones esté ocupada por funcionarios municipales ajenos a la Policía, atentos a lo que ocurre en la ciudad. Su misión, gracias a la perspectiva global que tienen de la ciudad a través de las imágenes que observan en los monitores, es resolver imprevistos en al circulación . O tener una perspectiva en jornadas atípicas, como las que se vivieron en las recientes tractoradas .

Pero, más allá de episodios singulares –como fueron también los Goya o la visita del Rey Felipe VI el pasado 7 de marzo–, la labor cotidiana de las cámaras es atender los imprevistos del día a día . Por ejemplo si se registra un siniestro o hay obras en un carril que dificultan el tráfico en un determinado punto, el personal –de lunes a viernes, en turnos de mañana y tarde– es capaz de modificar la duración de los semáforos para descongestionar un atasco . Van regulando segundos en unas y otras señales luminosas, y van comprobando en las pantallas el resultado de sus acciones.  

Como el objetivo es «conocer, de forma clara e inmediata, la situación del tráfico», reitera el  jefe del Centro de Movilidad Urbana en el Ayuntamiento de Valladolid, Roberto Riol, las cámaras están colocadas en las principales vías y en los principales cruces de la ciudad, precisamente para tener «una visión global». 

La última en instalarse fue la de la plaza de Luis Braille –cuando se realizaron las obras de urbanización hace cinco año–, y las dos de la calle Topacio, en la ampliación del polígono de San Cristóbal –fechadas hace una década–. El resto están en la plaza de San Bartolomé, en la avenida de Salamanca (en este caso hay tres a diferentes alturas de la vía), en Isabel la Católica, calle Estación, plaza de España, Nicolás Salmerón, paseo de Zorrilla (cuatro), Arco de Ladrillo, San Isidro, la VA-20 (cuatro), la avenida de Zamora (tres), Hernando de Acuña, el Centro Cultural Miguel Delibes, Padre José Acosta, Rondilla de Santa Teresa, Gondomar, Santa Clara y Daniel del Olmo (dos).

A corto plazo, aclaró el responsable del servicio, no hay previsión de añadir más dispositivos a la red que ya existe –aunque reconoce que vendrían bien dos más en la carretera de Rueda, una en la intersección con la ronda interior y otra con la exterior–, pero sí están inmersos en una paulatina renovación , en aras de jubilar las que se estropean porque se han quedado viejas. «Aunque las prestaciones son muy buenas, están obsoletas», dice Riol en referencia, por ejemplo, a que no son digitales, se mueven con lentitud o a que no giran 360 grados.

Así, aprovechando las actuaciones de mantenimiento, ya han renovado dos de las cámaras y están en «periodo de pruebas» con ellas. Y es que los modelos actuales permiten implementar muchas más funciones, como por ejemplo el conteo de vehículos o la lectura de matrículas. 

Con las de ahora, aunque sí se pueden apreciar los números y las letras de la placa de un coche –incluso se podría reconocer a alguien sentado en una butaca del estadio ampliando la imagen de la cámara del Delibes–, la acción sólo es posible si se activa el zoom de unas lentes que se mueven despacio. 

Además, la alta definición sólo se logra en tiempo real, pero no ampliando en las grabaciones . Por eso, cuando algún ciudadano pide recurrir a ellas para denunciar alguna situación, tanto los funcionarios del área de Movilidad del Ayuntamiento como los agentes de la Policía Municipal se ven obligados a aclarar que no sirven para eso. Sólo facilitan las grabaciones a la Policía Nacional cuando se las solicitan. 

En definitiva, esta especie de Gran Hermano tiene unas funciones muy definidas y por eso el área de Movilidad insiste en que su cometido es únicamente vigilar la ciudad desde la perspectiva del tráfico, aunque su ubicación en la sala de control del 092 facilite, lógicamente, que la Policía Municipal se beneficie de ellas.

No siempre ha sido así. Cuando en 1987 la Dirección General de Tráfico (DGT) subvencionó a los ayuntamientos para la adquisición de este tipo de tecnología, el centro de control de las pantallas se ubicó en un edificio anexo al actual , en la calle San Sebastián esquina con Victoria, recuerda Riol, y no fue hasta el año 2000 cuando se trasladó a la sala del 092 de la Policía Municipal.

La decisión de integrar allí las pantallas no está exenta de polémica porque el 092 recibe muchas llamadas a lo largo del día –más de 100.000 en 2023, según datos aportados por Bravo–, pero en esa sala no sólo están policías, sino también trabajadores del Consistorio.

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