Diario de Valladolid

Condenan a 34 años de cárcel a un vallisoletano por abusar de 20 mujeres a las que citaba para trabajar

El ingeniero informático de Valladolid pacta condena después de que el fiscal pidiese 130 años de prisión por agresión sexual a 22 chicas para trabajos en saunas eróticas

Momento de la segunda detención  cuando el condenado trabajaba en Burgos en julio de 2019.-E. M.

Momento de la segunda detención cuando el condenado trabajaba en Burgos en julio de 2019.-E. M.

Publicado por
Íñigo Arrúe
Valladolid

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La Audiencia de Madrid ha condenado a 34 años de cárcel a Agustín C.C ., un informático vallisoletano nacido en 1974, que logró citarse con 29 mujeres entre los años 2016 y 2017, todas en situación precaria o extranjeras que necesitaban conseguir un trabajo para regularizar su situación en España. Además, deberá pagar 80.000 euros de indemnización a 22 mujeres víctimas de abusos . Aprovechando esta necesidad de trabajo y de ser el ‘jefe’ que les podía contratar, abusó de numerosas aspirantes al puesto con engaños  y en otras ocasiones  las fotografió desnudas y reenvió posteriormente las imágenes a amigos.

El fallo (en el que se aplicó la atenuante de dilaciones indebidas)  llegó por conformidad de del acusado con la Fiscalía , que inicialmente solicitaba 130 años de cárcel por 18  delitos de agresión sexual, cinco delitos de agresión sexual en grado de tentativa, uno continuado de abuso sexual y dos de descubrimiento y revelación de secretos.

La sentencia emitida en semanas pasadas –la 543/2023 del citado tribunal madrileño– considera  hechos probados que Agustín C.C., fingía conseguir  trabajo a mujeres a través de varias páginas webs citándolas en hoteles o saunas para después proponerles sexo a cambio de un empleo. Y para saber de sus aptitudes, las hacía desnudar o las tocaba.

No era la primera vez que el acusado actuaba así, pues se trata de un delincuente multirreincidente que ya contaba con otras cinco detenciones por hechos similares. Fue detenido en Valladolid el 10 de julio de 2017 y cumplió prisión provisional desde esa fecha del arresto al 6 de noviembre de 2017.  Posteriormente, cuando el acusado se encontraba trabajando en una empresa cárnica de Burgos, fue nuevamente detenido el 10 de julio de 2019, cuando uno de los casos llegó a tratarse de una violación de una aspirante a empleo que fue agredida sexualmente por Agustín en un SPA de Madrid donde pensaba que iba trabajar como recepcionista. Todo era mentira; el ahora condenado no era empleador, ni el establecimiento de relax era suyo.

Los agentes que investigaron el caso desde 2016, constataron que existían 43 identidades diferentes con sus correspondientes líneas telefónicas y correos electrónicos asociados a cada perfil. Asimismo, comprobaron que existían además 17 quejas o reclamaciones efectuadas por mujeres demandantes de empleo, por lo que se logró localizar a más víctimas del supuesto empresario.

El informático vallisoletano estafaba  a sus víctimas ofreciéndoles de forma ficticia propuestas laborales a través de páginas web como Job Today, Mil Anuncios o Job and Talent, que consistían en desempeñar funciones de recepcionista, secretaria o masajista a cambio de un sueldo superior al salario medio español, según recogió la Fiscalía.

Narcisista antisocial

El informático, al que los peritos del caso describieron como una persona antisocial, narcisista en la que destaca su frialdad emocional, egocentrismo y ausencia de empatía hacia las víctimas » y con «plena capacidad para controlar sus impulsos sexuales»,  ideó un plan para que las mujeres creyeran que la oferta de trabajo era real y así poder ganarse su confianza. De esa forma, creó varios perfiles falsos en Whatsapp utilizando nombres femeninos y masculinos como Susana, Raquel, Óscar o Sonia del Amo, entre otros.

Pedía a las mujeres que le enviaran su DNI, su número de cuenta bancaria para supuestamente pagarles el sueldo y fotografías de cuerpo entero vestidas o desnudas para comprobar su físico . Si bien muchas se negaron a enviarle fotografías desnudas y no seguían adelante, otras lo hacían debido a su precaria situación económica y, una vez accedían, la mayor parte de las entrevistas tenían lugar en habitaciones de hoteles, spas o saunas eróticas en diferentes lugares de Madrid.

«Valiéndose de esa situación   proponía a sus víctimas mantener relaciones sexuales o les realizaba tocamientos en sus partes íntimas. La mayoría de las mujeres tenía entre 19 y 24 años y les llegaba a ofrecer salarios de hasta 4.000 euros al mes», según el relato de la Fiscalía. 

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