Diario de Valladolid

El puente Colgante de Valladolid goza de una salud de hierro

El último estudio, promovido por el gobierno anterior con intención de peatonalizarlo, confirma «el buen estado de la estructura» y asegura que «es capaz de aguantar incluso el paso de vehículos pesados durante muchos años»

Vehículos y peatones por el puente Colgante de Valladolid. -PHOTOGENIC

Vehículos y peatones por el puente Colgante de Valladolid. -PHOTOGENIC

Publicado por
Laura G. Estrada
Valladolid

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El puente Colgante de Valladolid goza de una salud de hierro. Es la conclusión que se desprende del último estudio realizado por la empresa de ingeniería que contrató el anterior equipo de Gobierno, a fin de realizar un diagnóstico con intención de restringir el tráfico rodado y limitar su uso al tránsito peatonal y de bicicletas. El informe, más allá de detectar pequeños deterioros, relacionados sobre todo con la corrosión, determina «el buen estado actual de la estructura» y confirma que «es capaz de aguantar el paso de vehículos pesados durante muchos años».  

A tenor de los resultados de esta memoria, y teniendo en cuenta que el actual alcalde, Jesús Julio Carnero, dijera recientemente que no se plantea eliminar la circulación de vehículos a motor a no ser que las condiciones del puente así lo aconsejaran, todo parece indicar que se mantendrá como está . De hecho, este año no está prevista ninguna intervención, más allá de las relacionadas con labores de mantenimiento, aseveraron desde el área de Movilidad del Consistorio. 

«Son las condiciones del puente las que deben aconsejar que se lleve a cabo una decisión en ese sentido o no», contestaba el regidor hace apenas unas semanas a preguntas de los medios de comunicación en referencia a la peatonalización, cuando se publicó en el Bocyl que la Junta de Castilla y León había iniciado los trámites para convertirlo en Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Monumento. 

Insistía entonces el primer edil en que entre los planes inmediatos del equipo municipal no estaba peatonalizar el histórico paso –el segundo construido en la ciudad sobre el río Pisuerga después del Puente Mayor–, a no ser que la conservación del puente así lo aconsejase. Y el documento del estudio de ingeniería no contempla que resulte necesario por ahora para garantizar su conservación. 

De hecho, en el epígrafe de ‘cálculo estructural’, el informe recuerda que «en sus orígenes, el puente se diseñó para dar servicio al paso de carruajes y caballerías, con una carga de prueba de 400 kg por metro cuadrado» y que, tras las reformas del año 1916, «ha soportado todo tipo de tráfico rodado, incluso tráfico pesado». Recuerda también que fue en 1995, momento en el que se sustituyó el suelo por el actual de trámex, cuando se limitó el paso a vehículos ligeros de hasta cuatro toneladas. 

De haber seguido adelante con el proyecto de rehabilitación que encargó el anterior equipo de Gobierno municipal, se hubiera sustituido la plataforma de rejilla por una losa de hormigón ligero , dentro de un conjunto de actuaciones encaminadas a adecuar la estructura al nuevo uso para viandantes y ciclistas, cuyo coste se cifró en 1.374.885 euros y su plazo de ejecución, en diez meses. 

Además de desmontar el tablero actual, porque no permitiría «un fácil uso peatonal», la intervención también contemplaba la limpieza de la suciedad y el óxido, el refuerzo de zonas deterioradas por la corrosión, o la iluminación de la estructura. 

Pero, insiste este documento fechado en septiembre de 2022, el puente Colgante «no presenta grandes deficiencias», más allá de la presencia de corrosión en algunos elementos», ni se observan «deformaciones o erosiones del cauce que puedan socavar las cimentaciones». Ni siquiera se realizó un cálculo de viento. «Se considera que no procede el cálculo del viento, ya que el puente ha demostrado con cien años de historia que aguantará cualquier circunstancia de viento que podamos calcular», sostiene. 

Por tanto, no parece que haya condicionantes que urjan una intervención relacionada con la restricción del tráfico. El inaugurado como ‘puente de Prado’ el 20 de abril de 1865 seguirá como hasta ahora, presumiendo de ser el primer puente construido en España con la tipología de ‘bow-string’(arco-cuerda). 

Según la memoria, se fabricó en Londres, en los talleres de Birmingham de la empresa John Henderson Porter, y se transportó por fragmentos desde el puerto de Liverpool al de Bilbao. Su montaje sobre el Pisuerga duró siete meses. 

Gracias a que se trata de un «hito dentro de la arquitectura de hierro en España», está inmerso en el procedimiento para considerarlo Bien de Interés Cultural, si bien se trata de un proceso que se ha iniciado hace poco y que se puede dilatar hasta dos años. Si la respuesta es favorable, quedará sometido a un régimen especial de protección, y cualquier actuación que se realice necesitará la autorización previa de la Comisión Territorial de Patrimonio. 

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