Diario de Valladolid

LA REHABILITACIÓN DEL TEATRO MÁS ANTIGUO DE VALLADOLID

Entre las butacas del teatro Lope de Vega de Valladolid en plena reforma

Un manto de polvo cubre las butacas del coliseo más longevo de la ciudad y multitud de pilares de sujeción lo apuntalan / En junio arrancan las obras para convertirlo en un espacio flexible de 3 edificios en 1 que estará listo en septiembre de 2026

Estado actual del Teatro Lope de Vega de Valladolid, Gran Sala - Pedro Iván Ramos

Estado actual del Teatro Lope de Vega de Valladolid, Gran Sala - Pedro Iván Ramos

Publicado por
Alicia Calvo
Valladolid

Creado:

Actualizado:

Era de sobra conocida su fama por su rapidez para crear. Al poeta y dramaturgo Lope de Vega le atribuyen esa afirmación que decía algo parecido a ‘de las musas al teatro en horas veinticuatro’. Ya podía toda obra que llevara su nombre ser de tan rápida ejecución, pero en las obras en las que hay ladrillo y hormigón involucrados, por mucho que su nombre esté por medio, como en el caso del teatro más antiguo de Valladolid, la velocidad no es tal porque se requieren otros tiempos. 

Este diario muestra el estado actual del corazón del más longevo coliseo de Valladolid cuando se encuentra en pleno proceso de rehabilitación tras 24 años cerrado al público, después de 139 a pleno rendimiento. Y cuando ya existe un proyecto concebido para reconvertirse en un edificio polivalente moderno , sostenible y acorde a los nuevos tiempos y al siglo actual. Contiene tres estancias complementarias, que a la vez pueden ser independientes, y un nuevo diseño que saca partido al espacio potenciando los espacios diáfanos y luminosos sin dejar atrás sus señas de identidad de pequeño gran teatro.

El presupuesto de los trabajos de recuperación del teatro alcanza los 14.164.300 euros con IVA (11,7 millones sin IVA), que supone un incremento de alrededor de seis millones sobre el previsto por el anterior equipo de gobierno municipal, y se encuentra en proceso de exposición pública. A mediados de febrero se publicarán los pliegos de licitación del contrato de la obra para que las empresas interesadas concurran a él. 

Desde el ayuntamiento calculan que, si se siguen los plazos habituales, «en junio comience la obra» de rehabilitación como tal, y el nuevo espacio Lope de Vega esté listo para estrenarse «en septiembre de 2026, dado que el plazo de ejecución de la obra es de 27 meses», según indica el concejal Urbanismo y Vivienda, Ignacio Zarandona . Esta fecha supone una dilación de seis meses frente al anunciado en 2022. 

El interior del teatro que un día fue el más representativo de la escena de la ciudad ahora lo cubre el polvo, los desconchones, filtraciones de agua, cascotes, paredes derruidas, escayolas rotas y numerosos pilares de sujeción. En apariencia un desolado panorama que no es sino terreno asegurado para su renacer. El techo permanece desvestido con las vigas y las paredes levantadas. No en vano cerró en el año 2000 y ya han transcurrido varios años desde entonces. 

Pese al deterioro evidente, es el patio de butacas la zona más reconocible y mejor conservada. Aún se mantienen los rojos asientos plegables tal cual se dejaron cuando este lugar bajó el telón en lo que iba a ser un ‘hasta siempre’ y finalmente, por fortuna para los vallisoletanos, se quedará en un ‘hasta luego’.

En este tiempo que ha pasado desde que el anterior consistorio anunciara la recuperación de esta joya patrimonial de la ciudad, los trabajos se han centrado en catas y calas para garantizar la seguridad del proyecto concebido por la UTE Paredes Pedrosa-Contextos de Arquitectura y Urbanismo.  Un proyecto caracterizado por dotar al lugar de la mayor flexibilidad posible y convertirlo en un espacio polivalente con tres edificios en uno : tres espacios escénicos que serán autonónomos  o complementaria y funcionar de manera simultánea según lo requiera cada ocasión. 

Estos espacios son la gran sala (la zona histórica más emblemática del teatro), el edificio María de Molina y el Veinte de Febrero . Los dos últimos tienen dos accesos independientes desde la calle, escaleras, ascensor y aseos propios. De ahí que puedan tener su uso particular y utilizarse aunque cualquiera de los otros esté en funcionamiento en ese momento. 

La obra por delante es ingente y los criterios generales de actuación en el edificio histórico serán «los de restauración y recuperación de elementos originales con el fin de restablecer el orden y la limpieza originales», tal y como consta en la memoria del proyecto facilitada por los arquitectos a este diario. Sin embargo, las zonas menos significativas, esas que conectan escenario, serán remozadas casi por completo: «A causa del mal estado de la estructura y del escaso valor arquitectónico de los espacios interiores intermedios, como los forjados de pasillos, se plantea una nueva configuración de estos espacios, con forjados de hormigón armado visto, creando espacios diáfanos y dobles alturas». 

GRAN SALA

De este modo, la sala principal conservará los elementos que no están derruidos y puedan restaurarse para mantener la impresión que muchos vallisoletanos recuerdan de un lugar cargado de historia de la escena y de la ciudad. Pero se modernizará notablemente. En ella, el patio de butacas «se excavará para permitir el paso de conductos de climatización y se construirá una nueva platea inclinada con una pendiente, que permita una disposición con butacas o sin ellas para conciertos de pie. El aforo de esta gran sala es de 501 plazas y contará con dos accesos, el principal, por María de Molina, como siempre, y uno secundario desde 20 de Febrero. Acogerá un patio de butacas móvil con gradería con y sin foso según el evento que albergue. Por ejemplo, para recitales, conciertos de cámara, recitales y otras sesiones de magia, está pensada gradería sin foso. Para conciertos, la platea plana en posición baja; para propuestas de café teatro, la platea escalonada, o la platea en posición alta con escenario central, para microteatro o monólogos.

La nueva concepción del teatro mantendrá los palcos de las plantas baja y primera, mientras que los de la segunda y tercera se cambiarán por galerías de butacas, y en el acceso de la puerta principal se establecerá un atrio diáfano.

MARÍA DE MOLINA

El segundo edificio, el de María de Molina, albergará en su planta primera, antes ocupada por oficinas, otro espacio formado por una sala polivalente y «una grada retráctil que permite un uso de pequeño teatro escalonado cuando esté despegada». «Cuando esté replegada deja libre todo el espacio de la sala», según refleja la descripción del proyecto.

VEINTE DE FEBRERO

Finalmente, el edificio denominado Veinte de Febrero será restaurado para celebraciones, presentaciones, cafetería y espacio ambigú. Como muestra detalles que reflejan la flexibilidad del resultado final está que en el extremo opuesto al acceso haya «un mueble con puertas plegables que oculta la barra de la cafetería, lo que permite su apertura o cierre según el uso de su espacio».

Estas son las líneas maestras de una de las intervenciones del patrimonio cultural más significativas de la ciudad que permitirán a Valladolid recuperar uno de sus emblemas culturales. De nuevo mirando a todo el conjunto de los tres escenarios, los espacios públicos se distribuyen en las plantas baja, segunda y tercera. El sótano se reserva para los almacenes y los pisos cuarto, quinto, sexto y séptimo son plantas técnicas para el funcionamiento del escenario. La planta octava tiene instalaciones pero de uso interno.

El concejal de Vivienda, Ignacio Zarandona subraya que «es un alarde constructivo importante». «El proyecto trata de dar mucha flexibilidad con esos tres espacios» y recuerda que «Valladolid no sólo es ciudad de cine, también de teatro  y cuando el Lope de Vega estaba abierto todas las salas tenían su hueco.  Gracias a la nueva funcionalidad se le va a poder dar más uso, incluso se valora como sede permanente de la Seminci », subraya para agregar que «es una gran noticia para la ciudad su recuperación».

Abrió en 1861 y tuvo a Zorrilla de público

Todo en él fue ilustre. Su nombre, los artistas que en él actuaron y hasta el público. Por el escenario del teatro vallisoletano al que da nombre ‘el fénix de los ingenios’ , Lope de Vega, han pasado figuras de primera, pero también por sus butacas desde su apertura en 1861. Aquel día de 1865 entre el público se encontraba José Zorrilla y encima de las tablas un joven poeta, Emilio Ferrari, aún desconocido, recitó una de sus loas. 

Obra del arquitecto Jerónimo de la Gándara , durante sus primeros años fue el único de la ciudad y venía a ocupar el hueco del desaparecido Teatro de la Comedia. Su primera función fue la representación de ‘ El premio del bien hablar’, como homenaje a Lope de Vega. Previamente hubo un concierto de la banda militar el regimiento de Almansa. Tras la comedia, la velada continuó con la lectura de varios poemas dedicados al dramaturgo y poeta y con el baile 'Los ventorrillos de la Puerta de tierra de Cádiz' , según recoge el ayuntamiento en su web.

Su andadura en solitario duró poco puesto que el Calderón , también del mismo De la Gándara, abrió tres años después, en el 64. Ambos se mantuvieron. Aunque el Lope de Vega fue adaptándose a las exigencias de cada momento. A principios del siglo pasado empezó a funcionar como cine proyectando como primera película, el 9 de enero de 1940, ‘La sirena del puerto’.

Su aspecto exterior también varió. Su fachada de estilo neoclásica fue reformada en 1920 por un frontal escalonado recubierto de azulejos y en ellos se admira la imagen del poeta que da nombre a este coliseo, Félix Lope de Vega.

Conciertos, películas y sesiones  de teatro también dejaron hueco para otros eventos, como los del festival de la Seminci mientras fue sede de la Semana Internacional de Cine de Valladolid.

Pero el peso de los años y la competencia terminó por cerrar en abril del año 2000 este lugar, que contaba con 934 plazas y un día fue un referente cultural y resurge para volver a serlo.

tracking