Diario de Valladolid

Navidad bajo la carpa del circo Stellar

El espectáculo de este año habla de los orígenes del circo con una niña de nueve años que quiere ser artista como protagonista

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Eva Soto

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Las carpas de los circos siempre han tenido una especie de 'misterio mágico'. Esas grandes lonas a rayas, normalmente de color rojo y blanco, a modo de edificio temporal con banderines en sus picos más altos e infinitas luces, se convierten en 'un gigante' para los más pequeños. Pero esto, el exterior, se trata de un simple 'envoltorio' de lo que más adelante podemos encontrar al cruzar las cortinas de entrada. Como con mariposas en el estómago, como la noche antes de Reyes o la espera al ratoncito Pérez, esas cosquillas son la sensación que inunda los cuerpos de todos aquellos 'niños' que estos días van a disfrutar del espectáculo ubicado en la calle de las Mieses.

Para la mayoría de las personas, el circo es sinónimo de destrezas, entretenimiento y talento. Sin embargo, para aquellos que forman parte de él, representa más que eso: constituye un verdadero estilo de vida. Así llega a Valladolid por cuarto año consecutivo el Circo Stellar, un espectáculo que "ya se está convirtiendo en tradición", cuenta el director artístico, Jose García. Esta apuesta, nacida en Salamanca de uno de los miembros de la familia circense de Sacristán, cuenta con cinco años de vida. Fue Ramón Sacristán (junior) quien decidió comenzar con esta nueva aventura en octubre de 2018 y levantar una nueva carpa con una propuesta diferente, un circo contemporáneo. 

Este circo salamantino estrena cada septiembre un espectáculo nuevo en la ciudad que les vio crecer y durante el año siguiente y hasta el próximo septiembre lo muestran por las "máximas ciudades de España".

Esta gira trata del 5º aniversario y con ella traen a la ciudad una pieza nueva llamada 'Origins'. "El espectáculo lleva al espectador a los inicios del circo,  habla de una niña de nueve años que quiere ser artista de circo como su padres, cuenta la vida itinerante de las familias de circo", continúa el director. La vida nómada, el anhelo de explorar nuevos horizontes, la búsqueda constante de emociones y la sed de aventura son motivaciones esenciales para payasos, acróbatas, equilibristas y malabaristas que nacen con esta profesión 'tatuada'. 

En total son 17 o 18 artistas en pista durante el espectáculo aunque "hay que añadir los familiares e hijos además del equipo técnico y directivo", añade Jose. En total son 35 personas las que conforman esta 'ilusión itinerante' de diferentes lugares del mundo como Francia, Portugal, España e Inglaterra.

Esta "gran familia", de la que forma parte una vallisoletana con un número de Pol Dance, cuenta ahora mismo con seis niños que compaginan su horario lectivo "a distancia" con tardes de descanso, juegos y deberes. Estos estudios que llevan a cabo online, según cuenta García, los rigen "desde el país de origen de cada niño", mientras que algunos de ellos preparan y ensayan a la vez sus propios espectáculos.

"Es una vida dura porque no tienes un sitio fijo. Estamos muy expuestos constantemente a muchas cosas como las condiciones climáticas. En invierno con el frío y respectivamente con el calor en verano. Nosotros tenemos que estar preparados aunque nuestras instalaciones estan adecuadas para ello", finalizó e director artístico de este. 

Las entradas para el espectáculo que está ubicado ya en la calle de las Meses y abierto desde este jueves hasta el próximo 7 de enero se pueden comprar máximo una hora antes del inicio el espectáculo en la propia ventanilla de la carpa o a través de su página web.

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