Diario de Valladolid

El Banco de Alimentos de Valladolid teme una caída del 20% en las donaciones

La gran recogida de Navidad terminó el pasado día 3, pero la entidad prevé que esté por debajo de los 300.000 euros de 2022 / La leche y el aceite son los productos más necesitados

Jesús Mediavilla en el almacén del Banco junto a una remesa de productos. - EUROPA PRESS

Jesús Mediavilla en el almacén del Banco junto a una remesa de productos. - EUROPA PRESS

Publicado por
Fernando Martín
Valladolid

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La generosidad demostrada por los vallisoletanos con el Banco de Alimentos puede verse resentida este año por la carestía de la vida, aunque, incluso así, el presidente de la entidad, Jesús Mediavilla, espera que las donaciones recibidas en la gran recogida permitan llenar la despensa y mantener el ritmo de entregas a quienes no tiene medios para cubrir sus necesidades básicas de alimentación. La inflación que afecta al bolsillo de los ciudadanos también pasa factura a la hora de ejercer la solidaridad.

Cerrada el pasado día 3 la campaña que organiza cada final de año el Banco de Alimentos , la novena, para la compra de los 29 alimentos básicos que reparten, todavía no hay datos de la cantidad recaudada en los 160 supermercados, de doce cadenas diferentes, ubicados en la capital y la provincia, pero Mediavilla calcula que será un 20% inferior a la de 2022, un ejercicio en el que se obtuvieron 300.000 euros

«Este año han subido los alimentos, los carburantes, las hipotecas y la situación ha afectado a las familias, por lo que creemos que puede bajar », afirma el presidente de una entidad que sólo en leche reparte entre 35.000 y 45.000 litros al mes. Pese a que las donaciones ya están cerradas en los supermercados, pueden  hacerse online a través de la página web de la entidad.

A raíz de la pandemia se optó por las donaciones de dinero en las cajas de los supermercados , un sistema más práctico que la entrega de alimentos que se realizaba con anterioridad y que obligaba al Banco a revisarlos -en muchos casos estaban próximos a la caducidad-  y clasificarlos, dado que los envases eran de lo más dispar, para luego repartirlos. 

Mediavilla admite que la entrega de dinero , destinado en su integridad a la compra de productos, les facilita la gestión y además recuerda que los donantes pueden desgravarse el 85% hasta los 150 euros y el 35% de lo que sobrepase esta cantidad.  

Lo recaudado servirá para comprar los 29 alimentos básicos, desde legumbres a colacao , y en especial aceite y leche, los dos productos que más necesitan después de dos años sin recibir las remesas que llegaban desde la Unión Europea. 

El Fondo Europeo de Atención a Desfavorecidos dona alrededor de 550.000 kilos de comida cada año, repartidos en tres fases, pero este año y el anterior sólo  recibieron dos entregas, unos 380.000 kilos, aunque faltaba la leche y el aceite . Las necesidades en la Unión Europea también parecen ir en aumento, máxime desde la  guerra en Ucrania, una contienda que se prolonga ya desde hace dos años y que provocado el desplazamiento de millones de personas a otros países.

Pese a que este año el número de personas que recurre al Banco de Alimentos para cubrir sus necesidades básicas de alimentación ha bajado de los 14.000 de 2022 a 13.000, Mediavilla advierte de que «las necesidades son muchas» y además «sigue habiendo una cronificación» entre las personas que rayan la pobreza . Del esfuerzo de los voluntarios que colaboran en todo el proceso hasta que los productos llegan a sus destinatarios dan fe los 1,7 millones de kilos distribuidos el pasado año en Valladolid.

Las campañas de recogida, tanto la final de año como la que se realiza en primavera, son el escaparate de la entidad, pero con lo que se obtiene no sería suficiente para atender todas las necesidades.  El Banco recibe también donaciones privadas ,  tanto de personas particulares  como de empresas, que permiten que  a estas altura del año se hayan gastado ya 800.000 euros a la compra de alimentos

Para el reparto de los alimentos, el  Banco cuenta con una red que supera el centenar de  puntos de entrega, muchos de ellos parroquias, que se encargan de distribuir  el surtido de productos a los destinatarios.

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