Diario de Valladolid

Nuevo Gobierno

Sánchez concentra en Valladolid el poder de Castilla y León en el gobierno

El ex alcalde Óscar Puente se encargará del departamento más inversor, Movilidad y Transportes, y su número dos, Ana Redondo, cogerá el relevo de Irene Montero en Igualdad tras el escándalo de la Ley del ‘solo sí es sí’

Óscar Puente y Pedro Sánchez, en una imagen de archivo, durante la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo.-JAVIER SORIANO.

Óscar Puente y Pedro Sánchez, en una imagen de archivo, durante la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo.-JAVIER SORIANO.

Publicado por
Felipe Ramos
Valladolid

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Valladolid irrumpe con fuerza en el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. Tanto es así que concentra el poder de Castilla  y León en el nuevo Ejecutivo central. El ex alcalde Óscar Puente se encargará del departamento más inversor, el de Transportes y Movilidad Sostenibl e, y su número dos, Ana Redondo, cogerá el relevo de Irene Montero en Igualdad tras el escándalo de la Ley del ‘solo sí es sí’.   De esta forma, dos de los 22 ministros del nuevo Consejo, que tomarán posesión mañana en el Palacio de la Zarzuela ante el Rey Felipe VI para celebrar después su primera reunión, son de Valladolid, más concretamente de la capital vallisoletana  y del grupo socialista en el Ayuntamiento de Valladolid.

Y ambos concentran ese peso y ese poder de Castilla y León en este nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. Es cierto que hay una tercera castellana y leonesa en el Consejo de Ministros, la leonesa Margarita Robles, que repite en Defensa, pero no cuenta en ese peso porque no es cuota de la Comunidad. Robles hace cuatro años se presentaba de cunera como cabeza de lista al Congreso por Ávila, pero en esta ocasión Sánchez la incluía en las listas de Madrid. Demostración clara de que Margarita Robles no es cuota cuyo peso se dirima en Castilla y León.

Ese peso les corresponde a Ana Redondo, pero sobre todo a Óscar Puente. Conviene recordar que en las reiteradas ocasiones en las que Pedro Sánchez estaba en Valladolid durante la etapa de Puente como alcalde, el ex regidor, ahora diputado, siempre recordaba su respaldo al secretario general del PSOE en las horas más bajas de su azarosa trayectoria, cuando regresaba, tras su salida del partido, para iniciar una segunda vida  política cuyo episodio más reciente es su designación por segunda vez como titular del Ejecutivo central.

Ese apoyo sin fisuras, sin dudas, pese a la resistencia interna a Sánchez en algunos sectores del partido, se ve a hora recompensada con un premio gordo: el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, en el que sustituirá a Raquel Sánchez.

Culmina así Puente una trayectoria ascendente en el siempre complicado engranaje interno de un partido ,  un territorio el que muchos son los aspirantes a ocupar puestos, máxime un ministerio, pero muy pocos los elegidos. Sánchez le entrega a Puente una de las carteras más importantes e inversora del nuevo consejo de ministros, desde la que tendrá que afrontar retos fundamentales, como la finalización de la Autovia del Duero, el impulso a una parada Autovía Valladolid-León (A-60) y los soterramientos de Valladolid, que el nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento de PP y VOX, liderado por el alcalde Jesús Julio Carnero, quiere recuperar y olvidar la integración, ahora en marcha y defendida por ya flamante ministro de Transportes, y de Palencia.

Sánchez ya tenía un primer gesto de reconocimiento con Puente al nombrarlo portavoz del Comité Federal del PSOE, aunque apenas ejercía. Era su etapa de alcalde y sólo comparecía en dos ruedas de prensa hasta que era sustituido en octubre de 2021 por Felipe Sicilia.

Durante sus ocho años de alcalde, hasta que el pasado mayo la alianza entre PP y VOX acabó con su etapa en la alcaldía pese a ganar, por la mínima, en las elecciones, Puente siempre sostenía que lo máximo era estar al frente del Ayuntamiento de su ciudad y descartaba otras opciones, incluso si escuchaba cantos de sirena desde Madrid. Una situación que cambiaba radicalmente al perder la Alcaldía.

El nombre de Óscar Puente , aunque ya tenía cierto cartel nacional,  se catapultaba cuando, para sorpresa de todos , Sánchez, de nuevo Sánchez, le elegía para dar la réplica al mismo presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo en su fracasado intento de investidura. Era otro signo de que el presidente del Gobierno cuenta con él, como lo era el incluirlo en el grupo de negociadores que tejía la red con los independentistas catalanes, PNV, BNG y Coalición Canaria, para hacer posible que Sánchez vuelva a repetir en La Moncloa.

Una intervención en el debate de la fallida investidura de Feijóo que le hacía ganarse el aplauso y el reconocimiento de los suyos y su inclusión posterior en el grupo de las personas de confianza de Pedro Sánchez para negociar la investidura. Ya en ese momento, el nombre de Puente sonaba como ministrable, si Sánchez resultaba investido, como finalmente así ha sido. Las críticas a Puente le venían de fuera, del PP y de VOX. Su sustituto en la alcaldía, Jesús Julio Canero, le recriminaba el hecho de formar parte de los que negociaban la amnistía y le apodaba Puente ‘el amnistiador’. En la calle, tenía que sufrir los improperios y el acoso de algunos radicales y exaltados. El más sonado, el del psicólogo Lucas Burgueño, ahora encarcelado por saltarse la orden de alejamiento que le habían impuesto por amenazar a sus propios padres.

Ahora,como ministro de Transportes y Movilidad Sostenible y como el resto de miembros del Gobierno, se enfrenta a cuatro años duros, complejos y, seguro, llenos de sobresaltos, en una Legislatura que se aventura complicada y muy difícil . Un cargo, el de ministro, que, todo indica le hará tener que renunciar a su promesa de presentarse de nuevo como candidato a la alcaldía en 2027. Como dijo el general McArthur, Puente abandonaba la alcaldía pero con un ‘volveré’ en las próximas elecciones municipales, una promesa que no será posible cumplir salvo que el Gobierno no dure cuatro años o él renuncie antes de que termine la legislatura.

Lo que sí sucederá ahora, una vez que asuma la cartera de Transportes, es que dejará el Ayuntamiento de Valladoild, donde era el presidente del Grupo Municipal Socialista y, después de 16 años, ocho en la oposición y otros tantos como alcalde, también dejará de asistir a los plenos. En su lugar entrará como concejala Celia García. La vida política de Puente toma otros derroteros, esta vez ya sí en los peldaños más altos del tablero nacional, al frente del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible y siempre de la mano de Pedro Sánchez.

Y, de repente cuando nadie esperaba más ministerios para la Comunidad, saltaba la sorpresa y aparecía el nombre de Ana Redondo en el Ministerio de Igualda d. De esta forma, Valladolid se hace fuerte en el nuevo Consejo de Ministros.  Ana Redondo, la mano derecha del flamante ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, en el Ayuntamiento de Valladolid, como lo demuestra el hecho de que fuera su número dos en en la candidatura de las municipales de mayo, será la nueva ministra de Igualdad. Un Ministerio que en el gobierno anterior estaba en manos de Podemos con Irene Montero, a quien ahora sustituye Ana Redondo, después de que el PSOE lo asuma, como parte de su acuerdo con Sumar.

La designación de Ana Redondo es, sin ningún género de dudas, la gran sorpresa de los nuevos nombramientos del presidente Sánchez. Además, para una cartera, la de Igualdad, que estaba en el centro del debate del pacto PSOE-Sumar, toda vez que el ala de Podemos en la coalición de Yolanda Díaz insistía en mantenerla en su poder, y más concretamente en  manos de la ya ex ministra Irene Montero. Igualdad es una patata caliente porque llega después de la polémica Ley del ‘Sólo sí es sí’.

Cambios en el nuevo gobierno de Sánchez, en el que entran Óscar Puente y Ana Redondo, en los que la dirección del PSOE de Castilla y León, con su secretario general Luis Tudanca a la cabeza, era ajena . Dos ministros totalmente ajenos a ese núcleo de las Cortes de Castilla y León, en el que se asienta esa dirección autonómica de los socialistas castellanos y leoneses. Sánchez conforma su gobierno sin contar con la dirección del PSOE de Castilla y León, aunque sí habló con otros dirigentes socialistas de Castilla y León.

Una dirección autonómica del Partido Socialista que no las ha visto venir en la designación de los miembros del Consejo de Ministros , donde entran, y en dos carteras esenciales  para Pedro Sánchez y Ferraz como las de Transportes e Igualdad, Puente y Redondo. Tanto es así que bien podría decirse que la dirección del PSOE de Castilla y León de Luis Tudanca se iba enterando del nombramiento de los nuevos ministros del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por la prensa. 

Ni peso, ni influencia, ni tenidos en cuenta por Sánchez y por Ferraz, quién sí hablaba con otros dirigentes socialistas de la Comunidad Y para muestra, el desconcierto que generaba, no tanto la elección de Puente que se daba por cantada, sino la de Ana Redondo , que ni por asomo se la esperaban. Una persona de la absoluta confianza de Puente, su mano derecha, como lo demuestra el hecho de que la llevara de número dos en su lista las pasadas municipales. Ana Redondo que, conviene recordar, es también afín al director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno, Óscar López, como lo demuestra el hecho de que fuera ella quien asumía la portavocía del grupo socialista en las Cortes tras la marcha de Óscar López al Senado. De ahí, de las Cortes, tras la llegada de Tudanca a la secretaría general era rescatada por Puente para incoroporarla a su equipo municipal.

Y si nula es la influencia y el peso de Tudanca y su dirección en la designación de Redondo como ministra de Igualdad, qué decir en el caso de Óscar Puente, que se convierte de hecho, si es que no lo era ya de facto, en la verdadera cabeza visible del PSOE de Castilla y León. Descontada la leonesa Margarita Robles, Sánchez elige a dos vallisoletanos y ambos del grupo municipal socialista en el consistorio de Valladolid, el liderado por Puente. Algo inédito que lanza un mensaje claro de quién es el hombre fuerte del socialismo castellano y leonés en el momento actual.

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