Barrio A Barrio
El barrio de Valladolid que ya habitaron los romanos hace 1.700 años
El barrio más nuevo de la ciudad, junto con Los Santos-Pilarica, es un espacio moderno y con una población joven, aunque también con carencias para las que sus vecinos piden remedio / Hace 1.700 años ya existió en la zona un asentamiento romano
Alrededor de 1.700 años antes de que Villa de Prado surgiera como barrio, allá por el siglo III, los romanos ya se habían instalado en este parte de la ciudad . Lo atestigua la villa romana de Prado, de donde tomaría luego el nombre el barrio, hoy bajo tierra, ubicada junto al paraje de Caño Hondo, el lugar en el que se organizan cada año el festival de fuegos artificiales durante las ferias y fiestas de la Virgen de San Lorenzo. Las excavaciones realizadas en los años cincuenta en la villa, datada entre los siglos III y IV, sacaron a la luz valiosos restos de mosaicos , uno de ellos colgado en el hemiciclo de la sede de las Cortes de Castilla y León, justo detrás de la mesa presidencial.
Tras varias campañas arqueológicas, el yacimiento se tapó y ahora los vecinos del barrio reclaman que los restos de la villa vuelvan a la luz y puedan ser visitados como un atractivo más de la ciudad. De hecho, durante el anterior mandato municipal, el Ayuntamiento planteó esto mismo, hacer visitable el yacimiento, un proceso complejo al tener que contar con Patrimonio, pero al final el proyecto no salió adelante.
El germen de lo que es hoy el barrio se remonta al año 2001 con la aprobación del plan parcial. La granja José Antonio, construida en los años 50 del siglo pasado por el Instituto Nacional de Colonización y hoy propiedad de la Diputación de Valladolid, y la subestación eléctrica de la Olma, que ocupaba casi cinco hectáreas de torretas y cables de alta tensión, eran las únicas infraestructuras entre la Avenida de Salamanca y el estadio José Zorrilla. El resto era campo , propiedad de la Diputación.
La subestación eléctrica era el principal problema para el desarrollo urbanístico de la zona y en 2005 Iberdrola inauguró la nueva central eléctrica, que sustituía al campo de torretas por un edificio de 3.800 metros cuadrados que se levanta próximo a la Avenida José Acosta. Fue por esos años, entre 2003 y 2005, cuando empezaron a construirse las primeras viviendas . Las 85 hectáreas daban para unas 4.000.
El Ayuntamiento de Valladolid y la Diputación habían llegado a un acuerdo por el que el consistorio se quedaba con 24 de las 63 parcelas que ocupaba todo el plan parcial a cambio de encargarse de la urbanización de los terrenos. El acuerdo derivó años más tarde en un litigio entre ambas instituciones al no ponerse de acuerdo en la liquidación. El enfrentamiento llegó al juzgado y el Ayuntamiento tuvo que pagar a la Diputación cinco millones de euros . Corría el año 2021 y Villa de Prado se había convertido ya en el barrio que es hoy.
Ubicado en un lugar privilegiado, no muy lejos del centro de la ciudad, fue un bocado goloso para las promotoras de vivienda y veintidós años después de aprobarse el plan parcial ya están construidas todas las parcelas residenciales . La Diputación, para la que Villa de Prado fue un pequeño ‘maná’, puso a la venta el último terreno que le quedaba el pasado año por 2,7 millones de euros.
Donde hace apenas veinte años había un terreno baldío hoy se levanta un barrio moderno , el más nuevo de la ciudad junto con Los Santos-Pilarica, de calles espaciosas y bloques de viviendas que se combinan con chalés adosados, aunque tampoco exento de problemas.
La zona construida ha llegado ya hasta las estribaciones del centro cultural Miguel Delibes, inaugurado en marzo de 2007, dentro de los límites del plan parcial, pero ya no hay más margen para nuevas construcciones en dirección al estadio Zorrilla al ser todo zona ajardinada.
Con unas cuatro mil viviendas construidas, 1.900 de ellas de protección, y una población que supera las 7.000 personas, Villa de Prado es un barrio joven con una edad media de sus residentes en torno a los 45 años .
La construcción de casi dos mil viviendas de protección atrajo a muchas parejas jóvenes hasta esta zona de la ciudad y la presencia tanto de una población de mediana edad como de un importante colectivo infantil es evidente en su calles y, sobre todo, en las zonas ajardinadas del barrio.
Mientras Villa de Prado se expandía, en 2007 se inauguró el edificio más representativo, con permiso de la granja José Antonio, el más veterano que alberga el barro,: la sede de las Cortes de Castilla y León.
Tras quedarse obsoleta la antigua sede del castillo de Fuensaldaña, se eligió el emplazamiento que hoy ocupa para levantar la mole que es el Parlamento regional,. En 2014 ‘llegó’ al barrio, procedente de la plaza de Madrid, donde estaba la anterior, la sede de la Agencia Tributaria, otro de los grandes edificios administrativos que alberga Villa de Prado.
Tanto las Cortes como la Agencia Tributaria han favorecido la apertura de negocios de hostelería , aunque el presidente de la asociación de vecinos, Jesús Revenga, asegura que «sí que se ve movimiento, pero tampoco ha sido el revulsivo que se esperaba». Revenga, al frente de la asociación vecinal desde hace años, es testigo de la evolución de Villa de Prado desde sus orígenes, y es tajante al asegurar que «ha terminado la expansión del barrio» y añade que «todo el suelo residencial se ha cubierto en el último año y medio».
El representante vecinal admite que Villa de Prado es un barrio «del siglo XXI, bien diseñado», pero en el que también hay carencias. Una de las reivindicaciones que figuran entre las permanentes es la construcción de un centro de salud . Ahora los vecinos acuden al de Huerta del Rey, pero Revenga recuerda que hay una importante población infantil señala que la pandemia evidenció que «se quedaba pequeño» para atender a los dos barrios.
Revenga recuerda que entre las parcelas dotacionales que están sin construir, hay una que tiene como uso el sanitario y mantienen la esperanza de que la Junta de Castilla y León construya algún día el centro de salud de Villa de Prado. Hay otras demandas que ya no tienen solución. Pese a ser un barrio moderno, los vecinos echan en falta en su trazado más espacios verdes en el entramado de bloques de viviendas. «La zona de jardines está en un lateral y podía haber estado más mezclada en las calles y no en la periferia», afirma Revenga.
Resueltos los problemas de alumbrado que arrastraban tras el cambio de farolas durante el anterior mandato municipal, mantienen, sin embargo, como otra de las demandas en las que insistirán ante el nuevo equipo de gobierno municipal, la conversión en peatonal del puente Colgante, uno de los pasos más utilizados por los vecinos .
Dado que, además de compartir el centro de salud, Villa de Prado también utiliza el centro cívico de Huerta del Rey y son muchos los que llevan a sus hijos a colegios que están en la zona, Revenga echa en falta «una comunicación más fluida» con el barrio vecino . Separados por la Avenida Padre José Acosta, son muchos los que utilizan un camino natural hecho por el paso continuado de viandantes y luego atraviesan la calzada por la que circulan los vehículos para acceder a Huerta del Rey.
Con sus carencias, Villa de Prado ha venido a cubrir el vacío que había al noroeste de la ciudad, entre Parquesol y Huerta del Rey, con un barrio joven y moderno. Más allá ya no hay posibilidad de construir. La ciudad está completada por esta parte, aunque los romanos se anticiparon en 1.700 años.