El barrio convertido en la puerta de entrada a Valladolid por el sur

La elección de los nombres de los barrios daría para un estudio interesante. En el caso de Covaresa, no  fue necesario darle muchas vueltas y los encargados de bautizarlo tiraron por el camino del medio y eligieron como nombre las iniciales de la promotora que puso en marcha la urbanización de la zona:  Constructores Vallisoletanos Reunidos S. A. De ahí Covaresa. Los más veteranos todavía recuerdan cómo, donde hoy se levantan bloques de viviendas y chalés adosados, en  los años sesenta había tierras de cultivo y viñedos. 

Constructores Vallisoletanos Reunidos  S. A. se constituyó en 1976 y el plan parcial para el desarrollo urbanístico de esta parte de la ciudad se presentó en 1979, aunque tuvieron que pasar siete años hasta su aprobación definitiva en 1986. En sus orígenes se conoció con el nombre de Ciudad Jardín y, de hecho, la imagen que los vallisoletanos de la época tenían de Covaresa era la de un segundo lugar de residencia dada su lejanía del centro urbano. Una situación que se ha repetido luego con otras urbanizaciones surgidas en la periferia de la ciudad.

Uno de los impulsores de la iniciativa fue el polifacético Godofredo Garabito Gregorio, nacido en La Mudarra y fallecido en febrero de 2012, quien en su prolífica trayectoria fue historiador, escritor, académico y, entre otras cosas, presidente nacional de los empresarios de la construcción. La idea era ampliar la ciudad por el sur con un macroproyecto de 200 hectáreas en terrenos comprados, entre otros titulares privados, a las Hermanas Carmelitas.

El nuevo barrio contaba con todo lo imaginable: una gran dotación de parques, pistas deportivas, incluso servicios sanitarios propios. Fue en este contexto cuando se produjo la cesión al Ayuntamiento de los terrenos en los que se ubica el Palacio de la Asunción para albergar la sede de la Junta de Castilla. 

Pero lo que en principio se pensó como un macrobarrio con más de 12.000 viviendas y unos 50.000 habitantes, lo que habría convertido a Covaresa en el más poblado de la ciudad con diferencia, al final se quedó en un asentamiento bastante más modesto, con unas 3.000 viviendas y unos 10.000 potenciales residentes .

El emplazamiento que en su día estuvo más al sur de la ciudad, excepción hecha de Puente Duero, está rodeado hoy de nuevas áreas habitadas como Parque Alameda, Paula López y El Peral, mientras el paseo de Zorrilla, antaño con punto final en La Rubia, se alargó hasta los nuevos barrios que  surgieron en el entorno. La ciudad se extendía y con ella también lo hizo su arteria principal.

Con el paso del tiempo, Covaresa creció, la población se multiplicó y con ella también las necesidades dotacionales . Al colegio del Pilar, el centro de  toda la vida para los alumnos de la zona, se sumó el centro de educación infantil El Peral. En 2019 abrió el nuevo Centro de Educación Especial de Covaresa, unas  instalaciones con una superficie de 4.983 metros cuadrados y una inversión de 6,8 millones de euros.

Entre los edificios peculiares, el barrio acoge el denominado Salón del Reino de los Testigos Cristianos de Jehová ,  la sede de culto de este colectivo religioso, ubicada en calle de Miguel de Unamuno. Y un lugar más  de referencia. En febrero de 2008 abrió sus puertas el Centro de Deporte y Ocio Covaresa XXI, el CDO,  con piscinas, spa, y gimnasio, una espacio de titularidad privada convertido en polo de atracción no solo para los residentes del barrio sino del resto de la ciudad, con miles de socios que acuden a hacer deporte. 

Covaresa es el  lugar de partida y de llegada de las dos líneas de autobús con mayor número de viajeros de Auvasa, la 1 y la 2, y  el punto  de entrada a la ciudad por el sur, marcado por las columnas coloristas de Cristóbal Gabarrón, conocidas como puertas de Valladolid, un toque artístico en el tramo final del Paseo de Zorrilla. 

Treinta años después de empezar su construcción, Covaresa  es un barrio consolidado,  con pocos huecos para levantar nuevos edificios , pero también con algunas carencias, bien es verdad que menos que otras zonas,  que los vecinos insisten en reclamar. 

Bien equipado en dotaciones comerciales, la presidenta de la asociación de vecinos, Dana Mihaela, señala como una de las «reivindicaciones más históricas»   la  apertura de un cancha polideportiva al aire y de libre acceso . En 2018, con fondos de los presupuestos participativos, se estrenó una cancha infantil en la plaza de Camilo José Cela, pero Mihaela recuerda que Covaresa  «tiene muchos jóvenes y niños» y el espacio abierto ya se ha quedado pequeño . 

De las dos grandes instalaciones deportivas que funcionan la una es privada, el CDO, y la otra, la pista de tenis, sólo para  federados. Una reivindicación que se arrastra desde años, compartida con otras asociaciones vecinales de la zona,  es la construcción de un centro de mayores .  Aunque Covaresa no es un barrio antiguo, la presidenta vecinal advierte de que «después de 30 años, ya hay bastante población de la tercera edad que necesita una respuesta a su tiempo de ocio».

Ahora, asegura que están  «preocupados por el desarrollo de varias dotaciones que se aprobaron para ejecutarse con los presupuestos participativos y que siguen aun pendientes, algunas desde 2019».

En cuanto a la vida diaria del barrio, Mihaela matiza. La representante de los vecinos asegura que «hay tranquilidad en el entorno del palacio de la presidencia de la Junta de Castilla y León», pero no tanta en el resto y lo atribuye a dos razones principales:  el hecho de haberse convertido Covaresa en  lugar  de paso «para zonas en gran expansión como el Peral», y el trasiego diario de las máquinas municipales , sobre todo las de mantenimiento de parques y jardines, con su contaminación acústica». Eso sí, reconoce que Covaresa, al igual que otros barrios levantados con los nuevos planes urbanísticos, «disfruta de amplias calles y una dotación de pequeños parques suficiente» .

Barrio asociado a un nivel de vida medio alto, Covaresa está limitados dos grandes infraestructuras. Por el sur, la Ronda Exterior  tiene un flujo de vehículos constante, visible y audible desde las ventanas de las últimas viviendas del barrio. Al este se levanta la vía del ferrocarril, una barrera de la que Covaresa no se habría librado ni con el proyecto de soterramiento desechado,  que ahora el PP quiere recuperar, dado que la supresión del tren en superficie empezaba bastante más al norte, en la calle Daniel del Olmo, en el polígono de Argales.

Con o sin tren, Covaresa es todavía hoy sinónimo de una buena zona para vivir,  bien comunicada y con dotaciones que pueden mejorarse, como en el resto de los barrios.