Diario de Valladolid

Barrio a Barrio

El barrio residencial de Valladolid que brotó en un páramo

Un carril bici y una acera que comuniquen con la ciudad es el sueño de los vecinos de este barrio, a medio camino en la carretera que va desde Valladolid a Fuensaldaña. Es un espacio joven, pese a sus más de cuarenta años, que no quiere limitarse a ser una zona residencial y fomenta la vida de barrio

Calle de La Traviata en el barrio de Fuente Berrocal. J.M. LOSTAU

Calle de La Traviata en el barrio de Fuente Berrocal. J.M. LOSTAU

Publicado por
Fernando Martín
Valladolid

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Desde tiempos inmemoriales es conocido que el hombre se asentaba allí donde encontraba facilidades que le facilitaran la supervivencia. La proximidad de un río y la abundancia de caza eran dos condiciones más que atractivas para acoger asentamientos humanos. De eso hace ya mucho tiempo y, sin embargo, no hay río que no tenga pueblos o ciudades en su márgenes y Valladolid es un ejemplo. Las reglas que marcan el surgimiento de un barrio no son las mismas, aunque en ocasiones hay ciertas similitudes. No es, sin embargo, el caso del  que nos ocupa: Fuente Berrocal .

Surgido a principio de los años 80 en una especie de páramo a medio camino entre Valladolid y Fuensaldaña , nada hay a primera vista, más allá de la tranquilidad que supone librarse de los ruidos e inconvenientes propios de fragor urbano, que invite a instalarse allí.   Y, sin embargo, el trabajo de aquellos pioneros que decidieron montar un cooperativa fue el germen de lo que hoy es un barrio con 600  viviendas y una población en torno a 1.600 personas , que se ve incrementada durante el verano.

Primero había que bautizarlo. La segunda parte del nombre parece clara al discurrir próximo el arroyo Berroca l, que atraviesa el polígono del mismo nombre y desemboca en el Pisuerga.  No estaba tan claro la primera : ‘Fuente’. En el barrio no hay ninguna, pero al bucear en documentos de estudiosos y curiosos que remueven los archivos por el mero placer de conocer la historia de su ciudad, descubrimos que hubo una fuente junto al arroyo Berrocal en la parte que ahora ocupa el polígono industrial. La zona era un cruce de cañadas y se supone que esta fuente era un lugar de abrevadero para el ganado. La fuente, pues, existió  y todo apunta a que de ahí viene el nombre del barrio.

El camino fácil. Los terrenos sobre los que se levanta Fuente Berrocal estaban ocupados por terrenos de cultivo y algunos gallineros y hubo que convertir un espacio rústico en un terreno urbanizado. Pero pretender crear un barrio tan lejos de la ciudad tiene sus inconvenientes. Para su desarrollo urbanístico, el Ayuntamiento  catalogó Fuente Berrocal como PAU, Programa de Actuación Urbanística, una figura que  implica un proceso casi siempre largo hasta la consolidación de una zona. Y en esas están todavía los vecinos. 

Wikipedia, la enciclopedia ‘Álvarez’ del siglo XXI, recoge que los programas de actuación urbanística «efectúan la ordenación y urbanización de terrenos clasificados como suelo urbanizable no programado para la realización de unidades urbanísticas integradas». Añade este compendio de saber que es wikipedia que «dichas unidades urbanísticas integradas suelen ser nuevos barrios, con dotación de servicios y equipamiento suficientes para garantizar la satisfacción de las demandas propias de la población o de las actividades económicas y sociales que se desarrollen dentro del barrio».  

Hay un tercer apunte  interesante en el que se señala que «el programa de actuación urbanística también debe especificar las obras de infraestructura necesarias para la correcta conexión del nuevo barrio con el resto de la ciudad desde el momento en que la gente comience a vivir».

El PAU que se puso en marcha en Fuente Berrocal alumbró en medio de la nada  un barrio residencial, compuesto de forma mayoritaria por chalés , tanto individuales como adosados, muchos de ellos de gran porte.

Cuarenta años después del trabajo de aquellos primeros pobladores que decidieron  instalarse en el campo, pero sin dejar de ser ciudad, Fuente Berrocal es un barrio tranquilo, por el que puede pasearse sin las molestias del bullicio urbano, pero con carencias.  Todo barrio tiene una reivindicación histórica y la de los vecinos de Fuente Berrocal es la construcción de una acera y un carril bici que comunique con la capital. 

El pasado mes de febrero los vecinos, junto con los de La Galera , se manifestaron para reclama la construcción de esta doble infraestructura, que el anterior equipo de gobierno se comprometió a sacar adelante, aunque la compleja tramitación urbanística ha impedido que el proyecto avance. «Parece ser que había un problema con algún terreno que había que expropiar y ahí está», afirma la presidenta de la asociación de vecinos, Isabel Arranz Oña .

El carril bici y la acera evitarían el riesgo que supone bajar ahora a pie o en bicicleta a Valladolid por una carretera sinuosa y con cierta intensidad de tráfico.  Hay construido un tramo de acera junto a la fábrica de Lingotes Especiales , ya cerca del barrio, pero es apenas una pieza de puzzle y ahora, con nuevo equipo municipal en el Ayuntamiento, volverán a plantearlo,  «aunque ellos ya saben lo que hay », añade Arranz  Oña.

La asociación de vecinos nació en 1997 y, según su presidenta, en este tiempo se ha intentado fomentar la vida de barrio, nada fácil en un ambiente más bien residencial, en el que los habitantes, la mayoría jóvenes y de mediana edad, trabajan en la capital.  A falta de un centro cívico, un local cedido hace las veces de lugar de encuentro para las actividades de la asociación y, a la vez , cumple las funciones de iglesia. Para la atención médica, a los residentes en Fuente Berrocal les corresponde el centro de salud de La Victoria .

Como en otros lugares de la ciudad que son zonas dormitorio, tampoco aquí abundan los locales comerciales, tiendas o bares. Hay una tienda y un pequeño supermercado y en el sector de la hostelería el restaurante ‘El Hueco’ es ya una institución en el barrio. Un autobús, el número 4, comunica Fuente Berrocal con la ciudad cada hora, una frecuencia que la presidenta de la asociación de vecinos considera que debía ser  menor en horas punta.

La presidenta de la asociación de vecinos tiene, sobre todo, reclamaciones para el Ayuntamiento, que vienen de la etapa anterior. Afirma que necesitan «bancos, papeleras» y pide que consulte con ellos a la hora de instalarlos. Al consistorio le pide también que mantenga en buen estado las parcelas que tiene en el barrio. El Berrocal, el arroyo que está en el origen del barrio, es un quebradero de cabeza por los residuos que llevan sus aguas, hecho que Arranz Oña asegura haber denunciado también.

El Berrocal es un barrio al que hay que ir, no es paso obligado hacia ninguna parte. El acceso desde la carretera de Fuensaldaña es su puerta de entrada y salida. Sus moradores eligieron este emplazamiento y saben los inconvenientes que implica. Son Valladolid, pero nunca estarán  dentro de su trama urbana, aunque aspiran a estar lo más cerca posible con una comunicación más fluida.

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