El vallisoletano que lleva 21 años corriendo los sanfermines con la camiseta del Pucela: "Ponerte entre las astas en una emoción única"

Apenas unas horas después de ponerse delante de los temibles Miura el vallisoletano Fernando del Valle rezuma alegría. Un veterano corredor de los sanfermines se ha acercado a él en el apartado de los toros previo a la corrida y le ha dicho que es uno de los mejores del apócrifo escalafón de los mozos de que encajan sus riñones delante de las inmensas arboladuras de los toros por las calles pamplonicas. “Que me digan eso me hace sentir muy orgulloso , aunque hoy estoy un poco deprimido, porque ha sido el último encierro y me da pena”, confiesa.

Desde hace 21 años Fernando es fiel a su cita en tierras navarras, a la que acude con su camiseta del Real Valladolid. El descenso del equipo no afecta a la categoría del corredor, merecedor de la Champions. “Es que soy muy exigente, me preparo mucho, me gusta correr bien, coger el buen sitio… Ya que me arriesgo pues que merezca la pena de verdad ”, dice Del Valle cuando se le pregunta por su motivación y su buena fama en el planeta de la tauromaquia popular. El año pasado, en un encierro en Cuéllar sufrió una grave cornada, aunque dice que es agua pasada: “no me ha dejado ninguna secuela psicológica, estoy con fuerza y con mucha seguridad”. Desde que le corneó ese toro en la mítica calle de Las Parras dice que comprende mejor una frase que le dijo hace tiempo un amigo: “El mejor encierro es del almuerzo ”.

Este jueves se las vio con los astados de Victoriano del Río , hierro madrileño pero cuyas reses son vallisoletanas, pues nacen en el Valle del Toro, en Mayorga de Campos . ¿Valladolid contra Pucela? “Me gusta mucho correr los toros de Victoriano, son potentes y están muy bien armados, y cada año tienen un tranco más potente y más velocidad, son muy exigentes para aguantarles el ritmo ”, explica.

Dos veces, dos, se ha visto arrollado en esta edición de San Fermín el corredor vallisoletano. “Es que hay un problema, que es que mucha gente no puede seguir un ritmo alto de velocidad, y de repente te ves con una muralla de personas que te impiden pasar, y ahí es cuando viene la embestida y la caída, porque no dejan pasar”, explica Del Valle sin ánimo de atacar, pero sí como una cuestión que resulta de interés para analizar el riesgo de toda carrera delante de las astas. Al peligro del toro se suma el de los inexpertos, miedosos e incompetentes.

“Si se me pregunta por qué corro delante de los toros no puedo explicarlo muy bien, pero me nace un sentimiento especial , una emoción única, eso de estar delante de las astas, sintiendo ese vértigo tan fuerte, tan especial”, indica cuando se le pide que desgrane los motivos que le llevan a asumir un riesgo tan elevado.

Su veteranía le hace conocer bien cada encaste y cada ganadería: “Ayuda muchos saber qué tranco tiene cada ganadería, su encaste y su momento de fuerza, porque hay ganaderías como Miura, que por tamaño y pies te obligan a iniciar la carrera de modo explosivo , muy fuerte”.

Se acabó San Fermín, y en el horizonte de Fernando aparece un lugar mágico por su historia y tradición para ponerse delante de las astas, encajar los riñones y protagonizar un rito ancestral. Y así se despide: “ Nos vemos en Cuéllar ”