Diario de Valladolid

«En Acor tenemos claro que nuestra apuesta no es el azúcar, sino la remolacha y el agricultor»

La cooperativa garantiza 71 euros por tonelada al agricultor de remolacha | El año pasado prometió 45,80€ y liquidó a más de 69

Jesús Posadas, presidente de Acor.- J.M. LOSTAU

Jesús Posadas, presidente de Acor.- J.M. LOSTAU

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Santiago G. del Campo
Valladolid

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Después de un año complicado por la sequía y el disparado incremento de los costes de producción, Acor afronta ahora la contratación de una campaña prometedora, en la que garantiza al agricultor el mayor precio por tonelada que se ha ofrecido nunca: 71 euros, para empezar. Y aún se sumará a esa cifra todo lo que se pueda añadir al final de la campaña, junto al retorno cooperativo.

Pregunta.– No hace tanto tiempo se hablaba de 42 euros por tonelada de remolacha, en esos días en que otros rompieron el AMI. Ahora ofrecen ustedes nada menos que 71.

Respuesta.– Arrancamos la campaña como precio mínimo garantizado de 71 euros por tonelada . Eso hay que ponerlo muy en valor. Luego nosotros en la cooperativa siempre hacemos un contrato claro y transparente para todos los socios, de forma que tenemos ese suelo y a partir de ahí todo lo que se pueda poner en precio se pone. El año pasado arrancamos con 45,80 euros y se está liquidando la remolacha esta campaña a 65,08 más 4 euros de retorno. Es decir, a  más de 69 euros la tonelada. Este año garantizamos los 71 y a partir de ahí todo lo que se pueda poner en el agricultor, en el remolachero, es el compromiso del consejo rector y se va a poner.

P.– No solo hay remolacha en la cooperativa, también girasol y colza.

R.– Hemos salido con unas contrataciones de 400 euros en colza el año pasado, se ha liquidado a 600 y pico. Hemos arrancado con unos precios de contratación de girasol muy por debajo de lo que luego se ha liquidado. Eso sí creo que nos distingue y es importantísimo para el socio y el agricultor saber cuál es su mínimo para garantizar su rentabilidad y a partir de ahí todo lo que se pueda poner se pone.

P.– Si se promete 71 euros por tonelada y aun así el agricultor no siembra remolacha, ¿qué hay que prometerle para que lo haga?

R.– Hay distintas variables para verlo. Un tema es precio. El agricultor, como cualquier persona que trabaja, lo que quiere es rentabilizar lo máximo posible su trabajo. Pero hay unas circunstancias que son también ajenas. Hablamos de la climatología, estamos todavía en sequía. Mañana va a dar la Confederación la dotación de agua de riego. En función del agua, que es lo más limitante para un cultivo de verano como es la remolacha, nos puede decir cuánto podemos cultivar o no.

El año pasado hubo unas circunstancias muy especiales. Estamos todavía en sequía en la cuenca del Pisuerga y Bajo Duero. En el pasado año se incrementaron los problemas con tres asuntos mayores: uno la guerra de Ucrania, que generó una inestabilidad importante; segundo, la subida de fertilizantes, que se multiplicaron por cuatro, y tercero, el coste energético se disparó. 

Después hubo una circunstancia añadida, que el primer fin de semana de abril hubo una helada importante, tardía, que afectó en el caso de la cooperativa a más de 2.000 hectáreas. De ellas mil se resembraron y otras mil y pico ya el agricultor en ese momento decidió irse al girasol, porque el girasol es un cultivo que también es de la cooperativa. El año pasado se convirtió en un cultivo refugio. Al agricultor le daba más seguridad el girasol, que estaba en ese momento en un precio alto, cerca de 1.000 dólares por tonelada. Por otro lado, es un cultivo en el que necesitas muy poco fertilizante y muy poca agua. Este año desde luego, vamos a crecer, y vamos a crecer bastante. Así lo vemos en la evolución de la contratación, que la tenemos abierta hasta el 15 de abril. Luego si hay que prorrogarla, se prorroga. 

Y también es cierto que en este momento el agricultor, con el tiempo que tenemos, está a las labores y no a los papeles.  Con el tema de esta nueva PAC que lo iba a simplificar todo y lo ha convertido en un sudoku, pues desde luego el agricultor está más a la labor que hacer los papeles. Al agricultor siempre nos da pereza hacer los papeles, y segundo, queremos unir lo que es PAC, los nuevos ecorregímenes y la contratación. Pero aparte, el incremento de superficie será importante.

P.– El año pasado no llegó a 7.000 hectáreas la contratación. ¿Cuál es el reto ahora? ¿Las 14 o 15.000?

R.– Nosotros hemos llegado a contratar más de 14.000 hectáreas, pero ahora creemos que para hacer una campaña mejor para el agricultor, con menos hectáreas estamos más tranquilos todos. Entre otras cosas por una razón muy sencilla: la producción por hectárea está creciendo. Al final hablamos de toneladas de remolacha, no hablamos ya de tantas hectáreas.

P.– ¿Por poner un número?

R.– Podría ser en torno a 12.000.

P.– En cuanto a esa productividad de la que habla, ahora una nueva amenaza es la prohibición de los insecticidas sintéticos con neonicotinoides.

R.– En el tema de los neonicotinoides lo peor ha sido el calendario, porque el momento en que salta la prohibición se iniciaba la siembra. Eso ha creado incertidumbre, pero el problema no es tanto como en un principio parecía. Primero, sin esos productos hemos cultivado los remolacheros durante muchos años. Nosotros tenemos socios que por la rotación de cultivos con colza y girasol, han sembrando siempre sin ello, con producciones de 136 a 140 toneladas por hectárea.

Por supuesto que la vida es más cómoda con neonicotinoides, pero no es definitivo. Segundo, porque los problemas que genera la siembra sin ellos son añeros, tanto la pulguita como el pulgón. No es un mal endémico, como existe en zonas de Francia. Se puede cultivar sin neonicotinoides. Hay en este momento productos que están autorizados ya por el Ministerio. Y hay casas de semillas que anuncian que ya en dos o tres años habrá variedades comerciales genéticamente resistentes. Así que va a ser el pasar estos dos años con más cuidado. Sobre todo es un tema de vigilancia.

P.– Hablando de Francia y del mercado internacional, el año pasado mucha caña de azúcar de Brasil, de Sudamérica, se fue al biodiésel. Creció de pronto el precio del azúcar. ¿El panorama va a ser parecido, el precio del azúcar va a seguir fuerte?

R.– El azúcar es un commodity que no va unido al cereal. En este momento está bajando el cereal, el azúcar está estable. Tiene una serie de variables diferentes. Es un tema que depende de la producción mundial, tanto Brasil como la India y Pakistán son grandes productores de azúcar.

¿Qué esperamos? Desde luego, que el precio del azúcar se mantenga, y por lo tanto el cultivo de remolacha siga siendo muy rentable. Y ahí quiero matizar: se habla mucho del incremento del precio del azúcar en la cesta de la compra. Y es cierto, ha subido en torno al 50% en el supermercado. Nosotros hemos trasladado ese 50% al precio de la remolacha de nuestro socio. 

P.– Acor vendió el pasado año parte de su parcela en la Avenida de Santander, en Valladolid, a la fabricante de autobuses eléctricos Switch Mobility. La firma ha aplazado varias veces el inicio de las obras de su factoría. ¿Cree que empezarán algún día?

R.– Lo único que puedo decir es que ese tema es un acuerdo entre empresas privadas. Además, tenemos una confidencialidad compartida ambas partes. Pero segundo y más importante, a día de hoy todos los compromisos que tenía Switch con Acor están cumplidos, y a día de hoy no hay ninguna deuda por parte de Switch con Acor. Acor con Switch y Switch con Acor están cumpliendo totalmente los compromisos.

P.– Acor acometió hace años una desinversión importante, la estación fotovoltaica de Tordesillas, otra ha sido este terreno de Switch…

R.– En cuanto al terreno de Switch, lo que se ha enajenado ha sido una parte, nosotros todavía seguimos teniendo bastante superficie ahí. Ha habido una modificación del Plan General de Ordenación Urbana de Valladolid que ha afectado a más propietarios, y a nosotros también nos afecta para bien. Ahí se ha hecho una venta de cerca de 12 hectáreas. Nos quedan todavía unas 15 hectáreas más.

P.– ¿La próxima desinversión?

R.– La Asamblea General ha aprobado ya dos veces consecutivas la desinversión de Rumanía. La cooperativa no tiene prisa, porque la empresa que está explotando en Rumanía el ejercicio pasado ha dado beneficios, pero es un encargo que tenemos los responsables de la cooperativa, llevarlo a cabo. Allí hay una explotación agrícola de cerca de 4.000 hectáreas en funcionamiento. Es un proyecto que nació para producir girasol y cereales para nuestra la fábrica de aceites. En este momento tenemos un acuerdo, una sociedad montada con Sovena, el número uno del aceite en la Península, somos socios con ellos al 90% y estamos produciendo en la fábrica de aceites de una manera diferente.

P.– El nuevo consejero de Agricultura lleva un año en el cargo. ¿Qué le demanda Acor, qué le plantea?

R.– Por parte de la Consejería de Agricultura hemos tenido en todo momento una relación muy cordial, una comunicación muy fluida y desde luego creemos que es un técnico cualificado para la Consejería.

Siempre hay cosas que pedirle. El mayor problema que yo veo es el tema de la transición de generaciones. En el campo de Castilla y León hay un problema que es conocido por todos, esa falta de jóvenes para incorporarse al campo, que también es un problema, que por supuesto afecta a la cooperativa Acor. Se está haciendo mucho trabajo, se venía trabajando mucho de antes, no es una novedad de este consejero. Hay que incidir mucho en eso, en la incorporación de jóvenes al sector.

P.– ¿El presidente de Acor cultiva ahora más o menos remolacha?

R.– El año pasado estuve muy afectado porque soy regante del Pisuerga y tuve que bajar el cultivo respecto a mi media. Pero este año, aunque tenga dificultades de agua, creo que el metro cúbico de riego más rentable con diferencia es para el cultivo de remolacha y, desde luego, vuelvo a incrementar mis hectáreas.

P.– Hemos hablado de desinversiones. También de que hay otros cultivos en Acor aparte de la remolacha ¿Y las próximas inversiones?

R.– También tenemos una fábrica grandísima, importantísima, de aceites. El año pasado se incrementó el girasol como cultivo refugio. Tenemos también la colza, que a lo largo del tiempo va incrementando poco a poco. Son cultivos muy rentables para esta sociedad. También se está abriendo una vía con el cultivo del pistacho y frutos secos. En este momento es una vía pequeña, pero también tiene esa posibilidad el socio de Acor y se van a incrementar las hectáreas que entran en producción en estos próximos años.

P.– Todos esos cultivos son susceptibles de riego por goteo y de incorporación de energía solar.

R.– Seguimos apostando por las instalaciones fotovoltaicas para riegos de perforación. La mejor manera de rentabilizarlos es con una instalación fotovoltaica o con pequeños molinos, en lugar de pagar la energía a precio de contador o el gasoil a precio de coste.

P.– ¿Esa mentalidad está entrando en el agricultor?

R.– La gente está apostando por ello, sobre todo porque ve claramente que al que lo tiene instalado, le sale muy bien la cuenta y al final es mucho mejor el boca a boca que lo que queramos hacer desde la cooperativa o las administraciones.

P.– Hace años se hablaba mucho del tema Azucarera, tras la ruptura del AMI. Ahora da la impresión de que simplemente a los agricultores les da lo mismo lo que pase en Azucarera. Hace poco se han salido las Opas de Aimcra, ahí se ha quedado… Parece que ya no es ninguna prioridad lo que pueda hacer o deja de hacer esa empresa.

R.– Azucarera, o British Sugar, y la cooperativa, somos dos empresas muy diferentes desde el origen. Ella es una multinacional de un país extranjero, Gran Bretaña, y nosotros somos una cooperativa radicada en Castilla y León. A nosotros nos interesa desarrollar y asegurar el cultivo de la remolacha. Cuanto más, mejor, porque cuanto más cultivo de remolacha haya, nuestros socios tendrán más capacidad de cultivo y más rentabilidad. A nosotros nos interesa fundamentalmente el cultivo de la remolacha. A otras empresas igual les interesa más el mercado del azúcar que el cultivo de la remolacha. 

P.– ¿Por qué un agricultor debería contratar con Acor?

R.– Pues muy sencillo, porque al agricultor remolachero, bajo el paraguas de Acor, siempre le sale más rentable el cultivo que con la competencia. Y digo bajo el paraguas de Acor porque no solo somos contratantes de remolacha. Es una cooperativa de muchos socios, con mucha historia y con una industria que se puede ir a ver a Olmedo. El socio se hace socio de todo.

P.– ¿Cuál es el rendimiento por hectárea con este nuevo precio?

R.– Un rendimiento medio, que puede ser de entre 100 a 120 toneladas por hectárea, con un ingreso garantizado de 71 se traduce en entre 7.100 y 8.290 euros por hectárea. Hay muchos agricultores que consiguen 120 toneladas. Hay margen para invertir. Por eso lo que creemos es que en este momento el cultivo más rentable y más seguro que tiene el agricultor es la remolacha, y que debe aprovechar el momento.

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