Diario de Valladolid

Encuentran el cadáver de una okupa en un piso con la puerta tapiada en Valladolid

Encuentran el cuerpo sin vida de una mujer que llevaba un mes desaparecida en la calle Azorín de Valladolid. PHOTOGENIC

Encuentran el cuerpo sin vida de una mujer que llevaba un mes desaparecida en la calle Azorín de Valladolid. PHOTOGENIC

Publicado por
Raúl Ruano
Valladolid

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La investigación comenzó por una denuncia de sus familiares el día 16 de enero porque no se tenían noticias de ella desde antes de fin de año

Miembros de la Policía Nacional hallaron el cadáver de Leire Navarro, una okupa de 40 años en el interior de un piso cuya puerta estaba tapiada con ladrillos , los agentes tuvieron que ser auxiliados por los bomberos municipales para poder acceder a la vivienda. Esta actuación se dio el pasado 27 de enero en el 3ºB del número 1 de la calle Azorín en el vallisoletano barrio de Vadillos. 

La investigación por parte de la Policía Nacional (CNP) se inició tras «una denuncia del día 16 de enero», según indicó la subdelegada del Gobierno en Valladolid, Alicia Villar, añadió que «no se tenían noticias de ella desde antes de fin de año». «Se la encontró muerta recostada en la cama, aparentemente sin signos de violencia» , apuntó Villar. No obstante, la investigación continúa abierta para esclarecer lo sucedido.

Fuentes de la investigación consultadas por este periódico apuntan que la vivienda podría llevar tapiada desde el mes de mayo, es decir, hace nueve meses. Las primeras hipótesis apunta que quien mandó tapiar la puerta, probablemente el propietario del inmueble, desconocía que había alguien dentro de ella. Parece que el acto de tapar la puerta de entrada a la vivienda no es un hecho aislado en la zona porque el piso del mismo rellano también se encuentra con la puerta de acceso al tapada para evitar que entre gente a ocuparla.    

La actuación del CNP con la ayuda de los bomberos de Valladolid, diez días después de la denuncia presentada por la hija de Leire Navarro, conseguía encontrar el cuerpo sin vida de la mujer. Una semana después del hallazgo, la Policía Nacional y los forenses están recabando la información necesaria para «determinar las causas de la muerte y la fecha en la que esta se produjo», según indica la subdelegada. Además explica que se esta a la espera de «recibir los informes que tengan que hacer por parte de los forenses y por parte de la Policía Nacional» para esclarecer este suceso en la capital vallisoletana.  

En la puerta de la vivienda donde han sucedido los hecho s tan solo quedan dos bolsas de basura llenas de ladrillos , aquellos que taparon la entrada al piso. Hay rastros de marcas de la tapia en la puerta, pero no se aprecian signos de violencia en la misma o que la cerradura haya sido forzada. El edificio donde tuvo lugar el suceso cuenta con cuatro plantas con dos viviendas por cada una de ellas. 

Un barrendero de la zona afirmaba que el lugar era habitual la venta de drogas, así como que se ocupen algunas viviendas. Indicaba que en esos bloques de pisos la gente «no vive ahí durante mucho tiempo porque muchas casas son de alquiler» y es «habitual que los vecinos no se conozcan entre ellos». El buzón de la vivienda del 3ºB no tiene ningún nombre puesto y tan solo aparece el número y letra de la mencionada vivienda pintada con un rotulador. 

Los vecinos del piso desconocen quien pudo tapar la entrada del 3ºB y no quieren hacer declaraciones sobre lo sucedido. A su vez, vecinos de la zona se quedaban perplejos ante el suceso y ninguno conocía a la mujer fallecida. Se mostraban sorprendidos al enterarse de lo ocurrido porque el pasado 27 de enero no escucharon la llegada de la Policía Nacional ni de los bomberos durante su actuación en la calle Azorín. 

A poca distancia de donde se ha producido este suceso, tuvo lugar otro similar en noviembre de 2022. Esta vez la voz de alarma la daban una familia de okupas que pretendían entrar a vivir en un piso cuando se encontraron que en su interior estaba el cuerpo sin vida de un hombre . Era el cadáver de Antonio Torralba, un varón que residió en la calle Bailarín Vicente Escudero y llevaba muerto  cinco años cuando le encontró la Policía Nacional tras la llamada de los okupas.

Más sorpresa y estupefacción se llevó la propietaria del inmueble porque el fallecido había estado pagando el alquiler de la vivienda en la que se instaló en el 2003. «Pagaba todos los meses la renta, ya que tenía una orden de transferencia permanente en la cuenta del banco. El teléfono lo tenía activo, aunque saltaba el contestador. No somos de preguntar más si todo está en regla. ¡Pero quién iba a imaginar que llevaba tanto tiempo muerto! », exclamaba la mujer. 

Aseguraba la casera que se llevaba muy bien con este inquilino. De hecho, solía pasarse por el negocio que tiene para charlar. Tan buena era la relación que había permitido quedarse a Antonio Torralba como único habitante del bloque de seis viviendas , más la pequeña caseta del patio donde vía. El plan de los propietarios de este vetusto edificio es derribarlo y aguantaban por él. El piso en cuestión, de unos 60 metros cuadrados, tiene salón, un dormitorio, cocina y baño.

Este extraño suceso no terminó ahí. El Ayuntamiento de Valladolid se hizo cargo del entierro a pesar de que tenía un hermano. Este era su único vínculo familiar que se le conocía. Lamentó el triste final, pero no se hizo cargo de los gastos fúnebres alegando que era insolvente. Ambos no tenían relación desde hace muchos años. Antonio era un exempresario de imprenta de 64 años. La autopsia señaló que el deceso ocurrió por muerte natural hace algo más de cuatro años.

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