Diario de Valladolid

PALMIRA SOLER | GANADORA DEL CONCURSO PROVINCIAL DE PINCHOS DE VALLADOLID

«Lo que me convenció para venir a vivir aquí fueron las tapas»

Titular del ‘5 Gustos’, castellonense afincada en Valladolid –ya «una pucelana más»– y acabando la treintena, ha trabajado en los mejores restaurantes y empresas de eventos gastronómicos de Castellón. Llegó ya aprendida a Valladolid, donde inauguró el ‘Nippon’ y fue segunda jefe de cocina en Abadía Retuerta. Indudablemente, lo suyo es el gusto

Palmira Soler. J. M. LOSTAU

Palmira Soler. J. M. LOSTAU

Publicado por
Santiago G. del Campo
Valladolid

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Lleva grabada a fuego la fecha del 17 de marzo de 2022 , cuando un incendio golpeó su local, el ‘5 Gustos’ de Valladolid , en la calle Torrecilla. Ha surgido de las cenizas más fuerte que nunca, al mando de un establecimiento que es «más que un restaurante y más que un bar» . Su plato fuerte, los arroces y más cosas. El ‘Pincho de Oro’ recibido el pasado 6 de junio, en el Concurso Provincial de Pinchos de Valladolid , es la última guinda de un palmarés en el que ya lucen el Pincho de Oro de 2017 y distintas menciones en las sucesivas ediciones, no solo del concurso provincial sino también del autonómico. Pero el de 2022, asegura, es algo especial, por lo que significa de renacimiento tras ese incendio de hace tres meses. Ahora se prepara para representar a la ciudad en el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas que se celebrará en la Cúpula del Milenio los próximos 7, 8 y 9 de noviembre.

Pregunta.– ¿Qué ha significado para usted ganar el concurso provincial de pinchos?

Respuesta.–  Fue un ‘chute’ muy grande de energía y de fuerza después de lo que nos pasó en el incendio. Nos hacía falta algo así.

P.– ¿El pincho se inspiró en ese suceso? ¿Por eso se llama ‘Ave Fénix’?

R.– Sí, está inspirado en ello el pincho. El 17 de marzo tuvimos un incendio y a raíz de eso fue cuando lo creamos. Se llama Ave Fénix por el resurgir de las cenizas . La cocina sufrió daños, tuvimos que pintar todo el local, pero lo peor fue tener que cerrar en temporada alta quince días.

P.– ¿El ‘5 Gustos’ es un bar o un restaurante?

R.– No me gusta llamarlo restaurante porque hacemos muchas cosas. T enemos sala y barra, me gusta remarcarlo . Tenemos los dos ambientes, para comer sentados o para tapear, en dos plantas.

P.– ¿Se le puede llamar ‘gastrobar’, como se estila ahora?

R.– Sí, podría ser. Hacemos de todo. Cosas muy diferentes.

P.– ¿En qué consiste el bocado premiado, el ‘Ave Fénix’?

R.– Lo componen los ingredientes de una paella . Tengo un cliente que todos los meses me encarga una paella valenciana para llevar. Ese día tenía los ingredientes en un táper para preparar el encargo. 

Con el incendio, el táper se derritió, con los ingredientes dentro. Cuando entramos a limpiar me quedé mirándolo. De ahí surgió la idea. Una vez sobrepasado el susto y recompuesto el local, surgió la idea de hacer algo positivo de algo negativo utilizando esos ingredientes que se derritieron.

La presentación es un táper derretido, tal cual. De él surge un vaso de chupito que lleva un jugo meloso de paella valenciana, ese juguito de cuando echas el arroz y ves qué tal está de sal, qué tal está de sabor… Y luego encima del chupito lo acabamos con una albóndiga de conejo, jugosa –aun siendo conejo, que es una carne un poco seca, conseguimos una albóndiga muy jugosa–; encima un humus de garrofón, que es una alubia que le echamos a la paella, y un alioli de azafrán y un puré de pimiento rojo con un brote de guisante, que le da frescor y simula la planta del garrofón, que es una planta trepadora.

Se come en dos o tres bocaditos , comiéndote la albóndiga y acompañándolo con el juguito, y por eso se llama Ave Fénix, porque de algo negativo hemos surgido de nuestras cenizas y hemos hecho algo positivo.

P.– ¿Cómo terminó en Valladolid, siendo de Castellón?

R.– Conocí allí al que es mi marido. Es de Valladolid y estaba destinado allí.

P.– O sea que le mueven a usted las fuerzas de la naturaleza: el amor la llevó a una ciudad; el fuego a elaborar una receta ganadora...

R.– (Risas). Precisamente una de las cosas que me llamó la atención para venir a Valladolid fue conocer la calidad de sus pinchos

P.– ¿Es cierto que Valladolid es la capital del pincho?

R.– Sí. Fue lo que me convenció para venir a Valladolid . Cuando mi marido me trajo la primera vez en un fin de semana de puente y me llevó por todos los sitios míticos de la ciudad, a mí me encantó. Ahora ya me considero una pucelana más, ya estoy ‘adoptada’ aquí .

P.– ¿Es cierto que atrae el turismo? ¿Hay que seguir potenciándolo?

R.– Sí, por supuesto. Todo lo que sea potenciar las tapas y la gastronomía es una estrategia acertada.

P.– ¿Se sienten los establecimientos apoyados por las administraciones?

R.– Sí, aunque unas veces más que otras. Es mejor correr un tupido velo. Por ejemplo con el tema del Covid lo hemos pasado muy mal .

P.– Va a representar a Valladolid en el concurso nacional de noviembre. ¿Alguna idea para eso?

R.– Iremos también con el Ave Fénix. Puede que cambiemos algo en la presentación, en la puesta en escena … Todavía lo estamos pensando.

P.– ¿Les han pedido muchos desde que recibieron el premio?

R.– Muchísimos. No te puedes hacer una idea la de kilos de conejo que estamos vendiendo . Muchos kilos todos los días.

P.– Quien quiera degustarlo todavía está a tiempo de hacerlo en el ‘5 gustos’, ¿no?

R.– Sí. Lo vamos a mantener. Estamos trabajando mucho . Hacemos lo que podemos porque el día tiene las horas son las que son, y las manos son las que son. Ahora mismo estamos trabajando aquí siete personas.

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