Diario de Valladolid

La "asombrosa" donación vallisoletana sale hacia Ucrania con dos días de viaje por delante

El bar Book ha tenido que pedir el espacio de una iglesia para almacenar los donativos / La impulsora lanza un mensaje: “Pedimos barritas energéticas: es lo mejor porque ocupa poco espacio y alimentan para un día”

Donación vallisoletana con destino Ucrania. - PHOTOGENIC / BALCAZA

Donación vallisoletana con destino Ucrania. - PHOTOGENIC / BALCAZA

Publicado por
Íñigo Arrúe
Valladolid

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Constatado el éxito de la respuesta ciudadana a la petición de aportación de medicamentos y medicinas para Ucrania, la impulsora de la cuestación en Valladolid, Anna Boryachenko, se ve envuelta en la operación de traslado a su país de todo el ingente material que ha recibido.

A las 15 horas de hoy, cuando compatriotas, adultos y niños, clasificaban los productos que seguían llegando en cascada a su bar Book de la calle Puente Mayor, Anna relataba que el destino de todo lo almacenado va a ser la iglesia Nuestra Señora Reina de la Paz, de la plaza de España, lugar del que partirá en pocas horas el primer envío en furgonetas a la frontera de Polonia con Ucrania.

“El viaje, teniendo en cuenta el descanso preceptivo de los conductores, dura dos días. No podemos perder más tiempo y la idea es que, si se puede, este martes por la noche salga el primer envío”, relata Boryachenko, ciertamente abrumada (y feliz) porque su iniciativa, adelantada por este diario, es noticia nacional, incluso de informativos de televisión. La vanidad, en cualquier caso, no le importa. Le motiva la repercusión de la necesidad de ayuda y la respuesta solidaria, y lo ha logrado con creces.

La logística, toda de iniciativa voluntaria, es de una veintena de furgonetas y algún camión, con destino a la frontera de Ucrania con Polonia. Al llegar a esta aduana, la mano amiga será, sobre todo, una red de mujeres ucranianas implicadas en la distribución de las medicinas y de los alimentos, especialmente para bebés. “Tengo una confianza absoluta con estas mujeres”, asegura la dueña del Book, quien vaticina que sus compatriotas tratarán de que el material llegue sobre todo a las ciudades.

“La tendencia en Ucrania es que el que tiene una propiedad en un pueblo, se ha ido a ella. En estas fincas rurales siempre hay un pozo y, mal que bien, se puede comer. Siempre hay algo de la huerta. La situación es diferente en las ciudades, ya que abres el grifo del agua y no sale nada”, explicó.

Tras la abrumadora recolecta de medicinas, vendas y alimentos, especialmente para bebés, Anna pide, si es posible, que a partir de ahora las donaciones se concentren en barritas energéticas. “Es lo mejor. Ocupan poco espacio. Cuatro kilos de garbanzos están bien, pero ocupan mucho más, pesan mucho más y alimentan menos. Pediría incluso que los vallisoletanos compraran de marca blanca para que cunda más el dinero que invierten. Hay que tener en cuenta que una barrita puede aportar la necesidad energética de todo un día”, concluyó.

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